Diez años han pasado desde que Capcom lanzara en Xbox 360 la primera entrega de Dead Rising en la que se nos presentaba a uno de los periodistas más famosos de la historia de los videojuegos: Frank West. Dead Rising respiraba originalidad por todos sus poros gracias a un protagonista molesto, pero al que se le cogía cariño, a su propuesta diferente dentro del género zombie y, sobre todo, gracias al mimo puesto por sus desarrolladores para que el jugador pudiera interactuar prácticamente con todos los elementos del centro comercial en el que tenía lugar el título.

Tras el éxito del juego, Capcom siguió lanzando secuelas que, aunque ampliaban y potenciaban parte de los elementos que hicieron grande a la primera entrega, no terminaron de trasmitir esa sensación de obra maestra que si trasmitió la entrega original y, ahora, 10 años después Capcom Vancouver ha lanzado, casi por sorpresa (el juego se anunció hace poco más de seis meses) la cuarta entrega numerada de la saga en la que los protagonistas vuelven a ser Frank West y Willamette, la ciudad de la primera entrega. ¿Estará a la altura?

Dead Rising 4

A nivel argumental, el juego nos sitúa 16 años después de la infección zombie original. Frank ha ganado varios premios como periodista por cubrir los diversos casos de infección zombie que han asolado el planeta, pero, aun así, parece que está decidido a dejar su trabajo y pasar a dar clase de fotografía en la universidad. Sin embargo, Vick, una de sus alumnas decide involucrarle en su viaje para investigar un caso de experimentos ilegales en una base militar de Willamete y, como era de esperar, el resultado de esos experimentos termina provocando que nos veamos envueltos de nuevo en una epidemia zombie que, esta vez, ha infectado a toda la ciudad.
Una vez que nos pongamos a los mandos del protagonista comprobaremos que las mecánicas básicas se mantienen intactas, es decir, el juego nos invita a movernos por un entorno infestado de muertos vivientes mientras utilizamos cualquier objeto como arma. Por supuesto, el juego cuenta con varios cambios importantes que vamos a detallar a continuación.

Hasta ahora, todas las entregas de la saga hacían gala del factor tiempo que jugaba en nuestra contra. En las dos primeras entregas, era prácticamente imposible hacer todas las misiones secundarias o explorar todo el escenario antes de que se acabara el tiempo, por lo que era muy importante saber gestionar qué misión u objetivo se iba a completar a continuación para intentar abarcar todo lo posible antes de que el reloj llegara a cero. Con la tercera entrega, el agobio del tiempo pasó a un segundo plano al ofrecer una mayor cantidad de horas para pasar explorando la ciudad antes de que se agotara y, ahora, se ha puesto punto y final a esa mecánica. En Dead Rising 4 tendremos total libertad para explorar tranquilamente todo lo que ofrece el juego, ya que no tendremos ningún tipo de limitación temporal que nos empuje a terminar el juego. Esta decisión se ha tomado junto a otras más que buscan, en definitiva, hacer del juego una experiencia más accesible y eso no tiene porqué ser algo negativo per se, pero lo cierto es que Dead Rising 4 cuenta con una dificultad demasiado baja y la falta del agobio temporal no hace sino acrecentar la sensación de que estamos paseando por una ciudad repleta de zombies en lugar de luchar por sobrevivir en ella.

Dead Rising 4

El momento en el que terminamos de confirmar que la dificultad del título es mucho más baja que en entregas previas fue durante el primer enfrentamiento con un psicópata. Hasta ahora, estos combates eran dignos de ver gracias al diseño de estos enemigos, de su personalidad y, sobre todo, de su forma de luchar. De hecho, antes de enfrentarnos a ellos veíamos una cinemática para conocer algo más sobre ellos antes de despedazarlos. Sin embargo, en Dead Rising 4 se han convertido en enemigos a los que derrotaremos sin problemas y a los que no llegaremos a dedicarles más de tres minutos de juego. De hecho, se han eliminado hasta las cinemáticas de presentación, convirtiéndolos en un elemento descartable dentro del juego. 

A diferencia del resto de títulos en los que siempre teníamos una base o refugio central al que volvíamos con frecuencia, en esta cuarta entrega el desarrollo es más lineal, es decir, en lugar de partir siempre de nuestro refugio inicial, iremos avanzando y descubriendo otros nuevos en zonas cada vez más alejadas del inicio del juego y, de hecho, será bastante raro que queramos volver hacia atrás salvo para conseguir objetos coleccionables. Aunque este hecho ha sido bastante criticado, en nuestra opinión es un punto a favor del título, ya que la sensación de avance en la historia se hace más patente al explorar zonas nuevas continuamente. Eso sí, se ha perdido esa sensación de conocernos al dedillo ciertas zonas del juego que hacían que enfrentarnos a los zombies en ellas fuera aún más divertido al poder aprovechar todas las trampas del mismo.

A nivel de armamento, el juego recoge la mayor parte de los objetos y combinaciones que ya hemos visto en otras entregas y amplia el repertorio con nuevas incorporaciones igual de surrealistas que las vistas hasta ahora. Así, podremos equiparnos con un bate de béisbol, un palo de hockey, una pala, una sierra mecánica, una katana o una maceta entre cientos de opciones más y terminar combinando varias de esas armas para crear herramientas de destrucción tan poderosas como un desatascador explosivo, una corona de flores eléctrica o una ballesta que lanza fuegos artificiales. La variedad de combinaciones es prácticamente infinita y las posibilidades de destrucción son tan divertidas que muchas veces pasaremos el tiempo buscando hordas de muertos para hacerlos trocitos de mil y una formas diferentes.

Dead Rising 4

Lo que nos ha decepcionado es que muchos objetos han dejado de tener efectos especiales para convertirse en objetos clónicos con otro aspecto, es decir, en las primeras entregas, lanzar un bidón de gasolina o de producto limpiasuelos hacia que los zombies se escurrieran con el líquido y, ahora, esos objetos se han convertido en simples armas arrojadizas que hacen daño al impactar y, como estos ejemplos, hay muchos más.

El sistema de combate se ha mejorado y pulido para ofrecer una experiencia más completa y fluida que la vista hasta ahora en la franquicia. Así, ahora encadenar golpes de un enemigo a otro es más intuitivo y fluido y la posibilidad de rodar, esquivar y realizar contrataques como si de un Batman Arkham se tratara, da la versatilidad que el sistema de combate necesitaba.

La interfaz para elegir armas también ha sufridos cambios a mejor. Ahora tendremos espacios dedicados a las armas cuerpo a cuerpo, a distancia, arrojadizas y a los objetos de salud, cada uno por su lado, por lo que podremos organizar mejor nuestro inventario y prepararnos mejor de cara a futuros enfrentamientos.

En esta ocasión, las habilidades de Frank se han dividido en cuatro ramas que recogen habilidades centradas en el combate cuerpo a cuerpo, a distancia, supervivencia y construcción de nuevas armas. Las cuatro ramas cuentan con decenas de habilidades distintas que iremos desbloqueando con puntos que obtendremos cada vez que subamos de nivel y la verdad es que será difícil decidirse por una habilidad u otra, ya que todas ofrecen mejoras muy interesantes para aplicarnos cuanto antes.

Dead Rising 4

Por último, teniendo en cuenta que controlamos a Frank West, la cámara ha vuelto a cobrar protagonismo. En algunos momentos del juego tendremos que investigar y recoger pruebas haciendo fotos y, en otras ocasiones, podremos aprovechar la visión nocturna de la cámara para superar zonas de oscuridad o utilizar la visión de infrarrojos para detectar mensajes ocultos o datos de acceso a zonas ocultas.

En lo que respecta a la duración, hemos tardado unas 10 horas y media en completar el juego junto a la mayor parte del contenido secundario. Una duración que se nos antoja escasa y que creemos que se podría haber duplicado ofreciendo un contenido secundario más interesante y variado.
Junto al modo historia, el juego cuenta con un modo multijugador cooperativo online para cuatro jugadores en el que hay que sobrevivir a una serie de oleadas mientras superamos varios retos y desafíos que van apareciendo de forma aleatoria. Este modo es más complicado que el modo historia, por lo que colaborar y coordinarse nos parece algo fundamental para terminar con éxito las misiones.

En lo que respecta al apartado gráfico, el juego luce mucho mejor que lo visto hace tres años en Dead Rising 3. Esta entrega cuenta con el escenario más amplio y variado de toda la saga y la posibilidad de explorar una ciudad tan grande sin ningún tipo de limitación es algo que se agradece enormemente. Además, la cantidad de zombies en pantalla que vemos de forma simultanea es aún mayor que lo visto anteriormente llegando, en ocasiones, a ver a más de 300 o 400 muertos vivientes a la vez.

La tasa de frames se mantiene totalmente estable en todo momento, algo que no ocurría en Dead Rising 3, donde en los momentos de mayor acción, había pequeños parones que afectaban a la jugabilidad. En esta entrega no hemos sufrido ni una sola ralentización, lo que demuestra que Capcom ha trabajado duro para ofrecer un resultado sólido.

Dead Rising 4

Pese a todo, el juego cuenta con varias taras que hay que destacar. La primera tiene que ver con un bug recurrente que afecta al movimiento del personaje y, es que, en tres ocasiones nos hemos encontrado con que no podíamos avanzar en línea recta porque chocábamos con una pared invisible que nos acompañaba en todo momento, obligándonos a caminar en diagonal para poder avanzar. Por otro lado, en dos ocasiones hemos perdido los objetos comprados en las tiendas de los refugios al apagar la consola. Entenderíamos que al salir de la partida no se guardara la compra, pero lo que no tiene sentido es que no tengamos las armas compradas, pero el dinero si nos aparezca como gastado.

En lo que respecta al apartado sonoro, lo primero que destaca es que el juego ha llegado doblado al inglés con subtítulos en castellano. No parece una novedad teniendo en cuenta lo visto recientemente en Forza Horizon 3, Quantum Break o ReCore, pero sigue resultando molesto al recordar que Dead Rising 3 llegó totalmente doblado a nuestro idioma. En lo que respecta a la banda sonora, los desarrolladores han optado por temas navideños readaptados con leve tono siniestro que le sienta realmente bien al juego.

Los efectos de sonidos están muy bien logrados, sobre todo a la hora de reproducir el sonido de una horda de zombies acercándose a nuestra posición. También destaca la gran labor realizada para que, dependiendo del arma que usemos, el sonido al golpear sea totalmente personalizado.

Dead Rising 4

Conclusión

Dead Rising 4 no es, ni de lejos, la mejor entrega de la saga, pero eso no lo convierte en un mal juego. Controlar a Frank West sigue siendo tan divertido como siempre y la libertad de acción y el aumento del armamento disponible permite que pasemos horas probando nuevas formas de descuartizar enemigos mientras reímos a carcajada limpia.

La reducción de la dificultad y ciertos cambios a nivel jugable no gustarán a los fans acérrimos de la saga, pero sigue siendo un título disfrutable y bastante rejugable con el que pasar varias horas bañados en sangre.

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Luis Collado
Director de la sección de videojuegos. Economista especializado en marketing. Hablo de videojuegos, cine y libros siempre que puedo.

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