Bootblack comic

¿Podrá un simple limpiabotas abrirse paso en la Nueva York de los años 30?

Hablar de Bootblack es hacerlo de una historia en la que predomina el drama, el patriotismo y la falsa imagen de un sueño americano que ha arruinado miles de vidas a lo largo de los años. El cine, la literatura y los propios cómics están repletos de historias en las que un grupo de inmigrantes llega a Estados Unidos con la idea de conseguir un futuro mejor para toda su familia.

Habitualmente, estas historias nos cuentan la vida de personas maravillosas a las que la vida no deja de ponerles la zancadilla una y otra vez generando en el espectador o lector una sensación de impotencia que suele terminar en alegría cuando los protagonistas alcanzan sus metas después de tanto sufrimiento. Por suerte, Mikaël, guionista, dibujante y colorista de Bootblack – y al que leímos en 2019 en el notable Giants – parecía saber perfectamente que su obra necesitaba dar una vuelta de tuerca a esas clásicas historias que hemos visto repetidas veces a lo largo de los años.

Bootblack

Una vida en la calle

Bootblack narra la historia de Al Chrysler, un niño de padres alemanes que se ha criado en Nueva York después de que sus padres llegasen al país huyendo de la miseria y la ruina de su país natal. Sin embargo, pese a tratarse de un niño de padres inmigrantes, Al siente un profundo rechazo por cualquier extranjero que se cruce en su camino siendo, sin duda, uno de los rasgos más definitorios de su carácter y que le llevará a tomar algunas de las peores decisiones de su vida.

Por motivos que no vienen al caso, Al se ve obligado a vivir en la calle desde bien pequeño, lo que le lleva a conocer a otros niños como él para intentar sobrevivir día a día en las calles de la ciudad sin nada que llevarse a la boca. Durante gran parte del relato vemos como Al y su pandilla trabajan como limpiabotas – bootblacks – para gente que los desprecia y que se encuentran en un nivel socioeconómico muy superior al suyo solo para seguir viviendo en la miseria durante unas horas más.

Bootblack norma editorial

Problemas en los bajos fondos

Esta situación termina desembocando en que el grupo de protagonistas comience a robar y a trabajar con delincuentes para mejorar su estatus, lo que nos permite ver las contradicciones constantes de unos adolescentes que sueñan con ser ricos y respetados mientras roban carteras a cualquier incauto que se cruza en su camino.

Son estas contradicciones las que cimientan el interés principal de toda la obra y, es que, resulta muy chocante sentir lástima por unos niños que se han visto obligados a sobrevivir en la calle y que, solo unos minutos después, sintamos un rechazo absoluto hacia ellos al ver cómo le dan una paliza a otro chaval sólo por ser inmigrante. Esa dualidad constante es la que hace especial a Bootblack, y el autor le saca partido hasta la última viñeta.

Pese a todo lo bueno que se puede decir de la obra, no podemos dejar pasar un problema que empaña un poco la lectura y que tiene que ver con los protagonistas. Aunque la imagen del grupo de granujas que, aunque son buena gente, se relacionan con quien no deben está bien representada, lo cierto es que la personalidad de cada uno de ellos está muy diluida, especialmente en el caso de Buster – un chaval que aparece y desaparece de la historia a conveniencia del guion – y del propio protagonista. No es problema terrible, pero lo cierto es que destaca en medio de una obra que da la sensación de intentar pulir todas sus aristas.

Bootblack – Explorando Nueva York

En lo que respecta al dibujo, lo primero que destaca es el grandísimo trabajo realizado para representar la Nueva York de los años 30. Es impresionante ver a los protagonistas pasear por los barrios bajos de la ciudad, con calles sucias, repletas de gente que parece no tener claro a dónde va. Además, aunque muchas veces la acción sucede en calles estrechas y oscuras, siempre tendremos la sensación de estar en medio de una gran ciudad repleta de grandes edificios.

Bootblack cómic

Por su parte, los personajes están dibujados con muchísimo detalle lo que favorece que en todo momento podamos reconocer sin problemas a cada uno de ellos, algo muy importante en una historia en la que los protagonistas y todos los que los rodean visten con ropas prácticamente idénticas.

La ambientación de la obra se apoya constantemente en escenas en las que los tonos ocres, azules y verdes tienen un papel fundamental para representar los bajos fondos de Nueva York, la miseria de las vidas de los protagonistas y el pasado de una época que muchas veces se representa en la ficción mucho mejor de lo que fue en realidad.

En lo que respecta a la edición, Norma Editorial – que últimamente se está luciendo con las sagas de enorme calidad que está publicando en España – ha traído el cómic en encuadernación cartoné, y cubiertas en color que guardan en un interior 132 páginas a todo color.

Conclusión de la reseña de Bootblack

Bootblack es una muestra más de cómo el cómic europeo es capaz de escarbar en historias tradicionales para ofrecer una perspectiva diferente. Una historia melodramática en la que la amistad, el amor y el odio se entremezclan y pasean de la mano entre las calles de una ciudad que no tiene nada que ofrecer a quién vive en sus cloacas.

Si estás buscando una historia autoconclusiva editada en un formato de calidad y que sea capaz de engancharte de principio a fin, no dejes pasar la oportunidad de añadir Bootblack a tus estanterías.

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Luis Collado
Director de la sección de videojuegos. Economista especializado en marketing. Hablo de videojuegos, cine y libros siempre que puedo.

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