Hablar de Toni Morrison y de Beloved es hacerlo siempre de una apuesta segura pero difícil, puesto que no me cabe la menor duda que el tipo de literatura que Morrison cultivó a lo largo de su vida no está al alcance de los lectores con prisas, los lectores de verano o aquellos que buscan un divertimento que no les haga replantearse, a un nivel filosófico, nuestro propio ser. Pero Toni Morrison era tan espectacularmente buena que jamás me atrevería a decir que con calma y el interés suficiente, cualquier persona de este mundo puede llegar a disfrutar su obra y descubrir algo nuevo e íntimo del ser humano.

Beloved es un libro que no admite ninguna discusión. Se podrá aceptar más o menos el tema, se podrá sufrir poco o mucho con lo que se nos presenta o incluso con el drama de sus protagonistas, pero es imposible discutir, criticar o ponerle una coma de más a esta obra, no en vano es ganadora del Premio Pulitzer en 1988 y su autora Premio Nobel de Literatura en 1993.

Argumento

Beloved está en la línea de otras novelas de Morrison en cuanto al argumento y la ambientación. En ella, nos trasladamos a una época poco después de la Guerra Civil Americana, donde Sethe, una esclava huida, vive con su hija adolescente, Denver, en una casa que parece estar encantada y de la que huyeron los hijos varones de Sethe hace ya bastante tiempo. La casa, el 124 de Bluestone Road, en Cincinnati, Ohio, había sido adquirida por Baby Suggs, la suegra de Sethe y en ella se había acogido, popularmente, a los esclavos huidos de las plantaciones que llegaban por el río y buscaban un lugar donde esconderse. Pero con la muerte de Baby Suggs el hogar parece haber perdido su encanto y cuando aparece Paul D, otro fugado de Sweet Home (la plantación donde vivían todos anteriormente), las cosas se complican, puesto que Sethe necesita cariño, Denver comienza a estar celosa y a la casa tampoco parece hacerle mucha gracia su presencia.

Pero entonces, un día que la medio asentada nueva familia vuelve de una feria, aparece una niña mojada en el porsche de casa que dice llamarse Beloved, como la hija muerta de Sethe a quien solo pudo escribir “Beloved” en la lápida porque no tenía dinero para más. A partir de aquí, la vida de todas las habitantes del 124 de Bluestone Road se complica, puesto que Beloved empieza a exigir más amor y atención mientras todos se preguntan quién es la misteriosa niña y por qué ha aparecido o reaparecido en sus vidas.

Beloved es una obra maestra de la literatura americana y así está considerada desde su publicación en 1987 y desde que Toni Morrison ganase el Pulitzer por ella, pero no deja de ser sorprendente y especial pasados los años. La pluma de Morrison toca todos los temas importantes, desde las relaciones familiares madre-hija, el amor fraternal, la masculinidad en un mundo de mujeres todo ello imbricado, como no podía ser de otra manera, en las consecuencias fatales de la esclavitud: el dolor, la dispersión de las familias, el abandono del yo, el temor hacia los blancos y el saber que siendo un esclavo huido jamás podrás tener una vida tranquila, puesto que los cazadores de esclavos campan a sus anchas en todo el territorio.

Beloved es una lección de vida, un libro magistral que define una época que aún no conocemos bien en el resto del mundo y que mucha gente quiere evitar. Es un canto a la vida pero con las consecuencias de cargar una mochila demasiado pesada y demasiado dolorosa, la voz de los millones de esclavos negros que jamás la tuvieron. Pero es que cada día es más necesaria, sobre todo si, cotilleando un poco, nos encontramos con que en varios lugares de Estados Unidos “Beloved” está prohibido en cinco escuelas por hablar de racismo o infanticidio.

A modo de anécdota, para concluir esta reseña, un amigo al que suelo dejar bastantes libros mensualmente (Armando es un devorador de libros, un lector exquisito que recuerda pasaje por pasaje, toma notas y luego gusta de discutirlos mientras se bebe las existencias de un bar, aunque admite que su conocimiento de la literatura femenina es escaso), se leyó “Ojos azules”, la primera obra de Toni Morrison hace unos días y, aunque sobra decir que ya está desesperado por obtener “Beloved”, me envió la mejor crítica que se puede hacer de la obra de Toni Morrison que, entre otras cosas más exaltadas, dice:

“Es para decirle a Mark Twain: Mark, vete al rincón de pensar y medita porque nunca lo has hecho tan bien. Rediós, qué grande la tía”.

La autora

Toni Morrison fue una escritora norteamericana nacida en Ohio en 1931 y fallecida en 2019 en Nueva York. Cuando era pequeña su padre le contó haber presenciado el linchamiento de dos hombres de negocios negros que vivían en su calle, lo que le causó un gran trauma; con dos años, el dueño de su casa le prendió fuego con ellas dentro porque no pudieron pagar la renta. Afortunadamente en 1949 pudo entrar en la Universidad de Howard en Washington D. C., graduándose en 1953 y realizando un máster en Artes en 1955 en la Cornell University con un trabajo sobre la alienación en Virginia Woolf y William Faulkner. Con 39 años publicó su primera novela “Ojos azules”, a la que seguirían “Sula”, “La canción de Salomón”, “La isla de los caballeros” hasta conseguir el premio Pulitzer por “Beloved”. Después, hasta 2015, publicó: “Jazz”, “Paraíso”, Amor”, “Volver”, “Una bendición” y “La noche de los niños”. La cantidad de premios que ha conseguido Morrison, además del Nobel en 1993 y el Pulitzer, es abrumadoramente larga, pero destacar los doctorados honoríficos en Harvard, Oxford, Princeton, Geneve o Pennsylvania y las medallas: National Humanities Medal en el año 2000 y la Medalla Presidencial de la libertad en el año 2016. El 18 de febrero ha sido designado, además, como “Toni Morrison Day” en Ohio y se conmemorará anualmente la fecha de su nacimiento.

 

La fotografía de la autora es de:

De John Mathew Smith (celebrity-photos.com) – Flickr (archive), CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=74749549

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Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista y voluntaria como arqueóloga en la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Trabajo en la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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