
Aquí y solo aquí es la nueva novela de Christelle Dabos, autora de la serie La pasaespejos. Con la traducción de Alicia Botella Juan y la edición de Puck, llegó a librerías en octubre.
Aquí es una escuela de lo más inquietante, un sitio con muchísimas reglas no escritas que se van transmitiendo a los alumnos año tras año.
En Aquí cada aula está jerarquizada. El alumno impar de cada una de ellas sufre un acoso constante. Los de cuarto tienen un príncipe al que no pueden mirar a la cara. El club ultrasecreto investiga el próximo fin del mundo. Una alumna que pasaba desapercibida acaba por desaparecer. Otra de las alumnas crea una especia de religión.
Aquí y solo aquí es una novela llena de intrigas extrañas. Un libro coral en el que conocemos la historia particular de cada uno de los protagonistas, a cada cual más bizarra.
Iris, la alumna de primero, traiciona a su mejor amigo y a consecuencia de esto acaba desapareciendo de la vista de todos, incluida su familia. A excepción del alumno que desapareció el curso pasado.
Guy siempre ha sido el impar de su clase, pero este año una alumna nueva llega a su aula y se convierte en su pareja de pupitre. Una alumna que se niega a respetar las reglas.
Pierre, otro impar que también deja de serlo. No obstante, no sabe cómo integrarse así que hará todo lo posible para volver atrás.
Madeleine este año ha sido elegida. Con una pluma de paloma al cuello se convierte en alguna especie de mesías y comienza a cumplir los deseos de quienes acuden a pedirle ayuda.
Aquí y solo aquí es seguramente el libro más extravagante y desconcertante que he leído. Estaba tan perdida durante la lectura que no podía dejar de pasar las páginas intentando enterarme de qué narices pasaba.
Con esta historia la autora, a mi entender, quiere mandar un mensaje: «el instituto es el lugar más tóxico en el que jamás estarás». Algo con lo que casi todos los adultos estaremos de acuerdo.
Un claro alegato contra el bullying constante que prácticamente todos los personajes principales sufren. Aún así, no termina de cerrar el tema porque no soluciona los conflictos. En consecuencia, el final del libro es un caos total.
La trama aborda temas importantes en la vida de un adolescente. Quién eres y quién tienes que ser a ojos de los demás. Los cambios físicos propios de la pubertad. Las normas y las jerarquías que tienes que respetar durante la secundaria. Cuestiones como la autoaceptación, la madurez, el sentir que no eres suficiente y no tener agallas para romper el orden preestablecido.
Disfrazar todo esto con un toque de realismo mágico es del todo brillante. Pero, en mi opinión, la ejecución del libro es una completa locura.
Aquí y solo aquí está compuesto de un montón de relatos cortos que se van intercalando. Aunque cada uno de estos relatos está encapsulado en su propia burbuja. Todas estas situaciones te hacen reflexionar sobre lo que ocurre.
Como adulta que lo veía desde el exterior, quería entrar en el libro y decirles cuatro cosas a cada uno para que abrieran los ojos. ¡Por favor, menuda impotencia he sentido ante lo que ocurría!
No obstante, me ha faltado algo durante la lectura de Aquí y solo aquí. Creo que ese algo me ha impedido involucrarme del todo con los protagonistas. Están todos tan aislados en su propia realidad que no he llegado hasta ellos.
He entendido lo que les estaba sucediendo y su manera de sentir. Sin embargo, la narración es tan extraña que no he podido empatizar con ninguno.
Hay algo que me ha gustado mucho a lo largo del libro y es que la autora le atribuye al edificio la culpabilidad de lo que ocurre. Como si estuviese maldito. Aquí es el nombre de la escuela y juega con él constantemente: «no se puede salir de Aquí», «quedarme sola Aquí me da miedo», «es Aquí donde debe suceder»…
Creo que ésto dota a la narración de un carácter paranormal y fantástico.
En definitiva, si me preguntáis directamente si el libro me ha gustado o no, mi respuesta será que no lo sé. Cerré el libro con la sensación de no tener ni idea de lo que había leído.

























