Erase una vez cómic | Fantasymundo

Os traemos la reseña de Érase una vez, del reconocido autor Esteban Maroto. Esta obra nos la trae Planeta Cómic en una cuidada edición en formato cartoné con una impresionante portada.

Todos conocemos las clásicas historias de Caperucita Roja o La Sirenita. Eran cuentos que nos contaban nuestros padres antes de ir a dormir, o que hemos vista en las películas Disney.

Pero puede ser que algunas personas no sepan esto: Los cuentos que conocemos tienen un final diferente. La mayoría solían ser más crudos y realistas, así que se endulzaron para que los niños pudieran disfrutar de ellos.

Esteban Maroto quiere devolver parte de su esencia a algunos de estos cuentos. Por esto, en esta obra nos presenta cuentos tan conocidos como La Bella Durmiente o El lago de los cisnes, y otros no tan conocidos, como Alas de Venganza, Paris o Caza de Lobos. La diferencia es que renueva las versiones conocidas de estos clásicos de la literatura, dándoles un toque personal.

Revisionado de los clásicos Érase una vez

En este cómic, Esteban Maroto realiza un revisionado de los clásicos cuentos que todos conocemos. Cambia ciertos elementos, introduce ciertos personajes, quita ciertas escenas, y consigue presentar al lector unas versiones alteradas de los cuentos de Érase una vez sin que pierdan parte de su esencia.

En este sentido, el autor hace un buen trabajo. El lector todavía puede reconocer a los personajes típicos de su infancia, pero como una perspectiva totalmente distinta que le dan cierta frescura a la historia. Lo malo es que esto ya se ha hecho en otras ocasiones. Sin ir más lejos, el canal de Youtube de Pascu y Rodri tiene cientos de canciones (conocidas como destripando la historia) que cuentan la historia original de los cuentos tradicionales.

Si bien no es exactamente lo mismo, el hecho de que esta revisión de los cuentos ya haya sido hecha quita parte de frescura y originalidad a la obra de Maroto.

Aún así, el reconocido dibujante hace una gran labor, añadiendo a estas historias algunos giros finales que buscan sorprender e invitan a repensar estas historias por todos conocidas. Por poner un ejemplo que no desvele demasiado, el cuento de La Bella Durmiente se centra mas en las hazañas que tiene que superar el príncipe que en la princesa, por no mencionar la conclusión de esta historia. O las vivencias de Caperucita Roja, que convence al cazador para que la acompañe a casa de su abuelita.

Los puntos negativos de esta historia

En general, las historias son interesantes, con ciertos elementos y sorpresas que sorprenderán a cualquier lector conocedor de los cuentos. Quizás lo peor es la selección de estas historias de érase una vez. Y es que se han dejado fuera mucho de los denominados «clásicos Disney» (que en su origen nada tenían que ver con la empresa de Micky Mouse) para meter historias poco conocidas. Y dado que el punto fuerte de la obra radica en las diferentes versiones de estas historias y personajes, si no conoces la versión «tradicional», no puedes disfrutar de los cambios.

Cuentos como Pinocho, Hansel y Gretel e incluso la Cenicienta (que en la contraportada de Érase una vez… aparece como contenido, pero que luego no es así) son sustituidos por historias como Paris, Alas de Venganza, o el Lago de los Cisnes. Y en el caso de este último, versiona el ballet, adaptándolo a dibujo, lo que hace que la historia pierda una parte fundamental de su esencia.

El maestro al dibujo

Esteban Maroto hace de autor completo en este cómic. Todas las ilustraciones de este cómic son obra suya, incluida la fantástica portada que llama la atención de cualquier lector. El dibujo de la parte principal de la portada, con un estilo ligeramente distinto al resto, y con los maravillosos colores de Santi Casas, hacen que Érase una vez… destaque entre el resto de novedades del mes.

Una vez abres el tomo, descubres que la obra esta en blanco y negro en su totalidad, con la salvedad del manto de Caperucita Roja, coloreado como todo el mundo imagina. Si bien nadie puede negar la calidad y detalle del dibujo de Maroto, creo que es el punto más negativo de esta obra.

A partir de estas líneas la subjetividad tiene un gran peso en esta reseña. Y es que el dibujo me ha estropeado gran parte de la experiencia de esta obra.

Se decolora esta obra

Vuelvo a destacar que es un buen dibujo, con un alto nivel de detalle, un trazo fino y un entintando y sombras elegante y cuidado. en la mayoría de historias, cada viñeta bien podría considerarse una ilustración única, y se aprecia el tiempo y dedicación que el autor ha dedicado a esta obra.

Pero no es el estilo que esperaba para esta obra, y que consideró que la portada juega sucio en todo esto. Y es que la portada está formado por una parte central, con un dibujo de Caperucita y el Lobo, con un estilo de dibujo y color más propio del cómic al que los lectores suelen estar acostumbrados.

Alrededor de esta imagen central, a modo de marco, aparecen pequeños dibujos de elementos distintivos de cada uno de los cuentos que contiene Érase una vez… Y aquí ya se nota que el estilo es más detallado, con colores más encajados con el color verde del tomo. Pero bueno, es una portada, es normal que hayan tirado de detalle y color.

El problema es que este estilo de dibujo se mantiene en toda la obra. Se abandona el estilo más cómic de Caperucita y el lobo para dar paso a un estilo de ilustración que recuerda a los cuentos ilustrados de los años 70-80 del pasado siglo.

Los cuentos que tenía mi abuela y que me leía antes de dormir tienen un estilo de ilustración muy similar a este, pero a color. Y es aquí donde peca este cómic. El estilo artístico es igual que el de hace 50 años, pero en blanco y negro. Y eso juega en su contra.

Conclusiones sin color

Érase una vez… tiene elementos que podrían haber hecho de él un gran cómic, pero no sabe aprovecharlos.

La idea de presentar nuevas versiones de los cuentos clásicos es algo original e interesante (aunque ya se haya realizado anteriormente). Maroto tiene buenas ideas a la hora de enfocar otra puntos de vista y reversiona cuentos como Caperucita Roja o La Bella Durmiente introduciendo cambios que hacen que casi olvidemos su versión «tradicional».

Si bien la elección de cuentos podría ser más interesante, este es el menor de los problemas.

También ha tenido la valentía de tratar temas adultos, alejando estas nuevas versiones de los niños. Desnudos, violencia, acoso, manipulación… son cosas que no se han visto en estas historias. O al menos no de esta forma.

Incluso el nivel de detalle y las grandes ilustraciones son un acierto. Pero el estilo, muy característico de los clásicos cuentos ilustrados que se vendían por fascículos, o que regalaban con ciertas revistas y periódicos, ha quedado demasiado atrás. Una renovación del estilo, parejo a la renovación de las historias, hubiera sido todo un acierto.

Y si se pretendía mantener el estilo, los colores de Santi Casas hubiesen ayudado enormemente a esta obra.

Por desgracia, no he conseguid disfrutar de este cómic. Creo que he explicado los motivos en esta reseña y, si habéis llegado hasta aquí y no estáis de acuerdo conmigo, os agradecería que en los comentarios me ayudaseis a ver cosas que se me han podido pasar por alto y que ayudarían a valorar de forma diferente este Érase una vez…

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