Imagen promocional de "Por qué matan las mujeres", segunda temporada.

La semana pasada, el 4º capítulo de la segunda temporada de ¿Por qué matan las mujeres?, nos trasladó a la ironía cruel de intentar ser una buena persona a través de un camino que solo va hacia abajo. ¿Expectativas de un cambio de dirección? Ningunas. Y yo que me alegro. El nuevo capítulo se encuentra ya disponible en HBO España.

Para los recién llegados, un pequeño resumen: Alma, interpretada por Allison Tolman, una ama de casa cuyas únicas amigas son las petunias de su jardín, y Rita, interpretada por Lana Parrilla, una actriz retirada y diva y centro de su comunidad; enfrentadas, pero con sonrisas en los labios, nos llevarán por un laberíntico jardín con secretos mortales y mucha utilería de jardín oxidada.

En el episodio anterior de ¿Por qué matan las mujeres? nos encontramos con Alma corriendo cual pollo sin cabeza, intentando con todas sus fuerzas encajar en un mundo que desea aunque no siente como propio, a la espera de que si logra entrar en ese lugar todo lo que odia de sí misma desaparecerá. Testigo de algunos de sus actos más desesperados está Rita, que por un segundo siente simpatía por ella al ver que tiene lo que ella desea y por mucho esfuerzo y glamour que ponga no consigue. Pero vamos, eso duró poco.

El leve atisbo de empatía que demostró Rita se tornó en un agrio sentimiento de repulsa y rabia

Alma, con su espíritu cándido y amable, empieza a sorprender a su entorno con comentarios sagaces, ideas maliciosas y unos increíbles deseos de usar sus tijeras de podar. ¿Alguien creía posible caminar por el sendero al infierno y que eso no te cambie? Dee, que es testigo de forma muy parcial y lejana al cambio de su madre, se consterna ante lo que sale de boca de su madre. Y eso que no sabe de la misa la mitad… Y el paseo de Alma parece que no será en solitario, ¿puede que su marido la acompañe allá donde el aire huele a azufre y las plantas no crecen?

Rita, mientras tanto, demuestra por qué es la abeja reina de la sociedad de Los Ángeles. Aunque más que una abeja es una avispa venenosa y con muy mala leche. El leve atisbo de empatía que demostró se tornó rápidamente en un agrio sentimiento de repulsa y rabia. Que su propia casa sea un campo de guerra definitivamente no ayuda a que su humor cambie, con la lucha constante con la hija de su marido que parece no tener fin. Tanto por venganza como por desahogo, Rita ataca el hogar de Alma y su imagen con toda su artillería. Sus encontronazos con Dee desde luego no es que la ayuden a aliviar su humor. La pregunta ahora es, ¿cuál será la respuesta de Alma ante sus fechorías?

Dee y Vern siguen siendo el alivio de ánimo, sinceridad y dulzura en la serie, lo que ayuda a equilibrar las cada vez más ponzoñosas escenas de las protagonistas. Su historia se ha mantenido fluyendo tranquila y sosegadamente y suponen el equilibrio perfecto para la trama total.

Las emboscadas, los encuentros y las cartas amañadas son las jóvenes promesas de los futuros capítulos. Aunque habrá que esperar a la semana que viene para averiguar que nos depara con ¿Por qué matan las mujeres?.

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Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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