
Hace unos meses llegó a las librerías Mañana será otro día. Una ficción histórica con toques de realismo mágico escrito por Damian Dibben. Cuenta con la traducción de Daniel Casado y está publicado por Letras de Plata, el sello de narrativa de Ediciones Urano.
Mañana será otro día nos cuenta la historia de Mañana. Un perro cuyo dueño ha encontrado el elixir de la vida eterna. Una mezcla de diferentes sustancias y de una piedra llamada Jhyr. Los dos han vivido juntos cientos de años. Unos años en los que han conocido diferentes ciudades, palacios y cortes. Siglos en los que Valentyne, el amo de Mañana, ha ejercido sus conocimientos médicos en distintas guerras y combates.
Por desgracia, un día mientras visitan Venecia, Valentyne desaparece sin dejar rastro. Mañana le esperara durante más de cien años, hasta que se encuentra con Vilder. Un hombre malvado, obsesionado con Valentyne y su elixir. Junto con él, el animal emprenderá la búsqueda de su amo. Una búsqueda que le llevará por diferentes escenarios de la época de la Restauración en el continente. Teniendo como culmen la batalla de Waterloo y la derrota de Napoleón.
Mañana será otro día es una conmovedora historia de lealtad. Del inalterable vínculo entre un perro y su amo. Del incondicional amor que un perro puede llegar a sentir por su dueño. Pero sobre todo es un canto a la esperanza y a la perseverancia.
Durante siglos vamos a ir conociendo la perspectiva de Mañana. Narrado desde el punto de vista canino, conoceremos parte de la historia de Europa. Nos iremos encontrando con distintos personajes de la cultura europea como Lord Byron o el Rey Jacobo. Nos sumergiremos en las fiestas de la corte y visitaremos campos de batalla.
Mañana será otro día está narrada con dos líneas temporales bien definidas. Por un lado en el presente, en 1815, cuando Mañana comienza a relatarnos su aventura. Por el otro de 1602 en adelante, en la que el cánido nos cuenta como era su vida itinerante al lado de Valentyne.
Si tengo que destacar algo de la obra es el punto de vista canino de la historia. Pero no solo la de Mañana, también la de otros canes con los que se va encontrando. Y sobre todo la de Sporco, un perro callejero fiel a Mañana hasta la médula y que le acompañara en su viaje, aunque en ocasiones nuestro protagonista no esté de acuerdo.
Algo que toma mucha importancia en la narración son los olores y los aromas. Me ha parecido muy curioso como en las descripciones de los lugares y las personas Mañana siempre acababa describiendo los fragancias que los rodeaban. Algo que por otro lado no debería sorprenderme tanto teniendo cuenta que el narrador es un perro que se guía por su olfato.
La prosa del autor es poética y envolvente. Llena de descripciones y de detalles que hacen que la lectura sea mucho más visual.
Mañana será otro día es un novela diferente, muy alejada de lo que suelo leer normalmente. Pero también es una lectura especial y delicada con una voz narrativa conmovedora.
Sin embargo, con todas las cosas buenas que tiene la novela, habiendo empatizado con el protagonista tan maravilloso que tiene, no me ha hecho sentir todo lo que esperaba. La narración perdía ritmo en algunos puntos y aun habiendo disfrutado del viaje y de la búsqueda de Valentyne, en ocasiones la lectura se me ha hecho pesada. No me ha conmovido tanto como cabría esperar de una historia tan emocional.
Lo que de verdad me ha fascinado es la ilustración de la cubierta. Diseñada por Luis Tinoco en ella podemos ver a Mañana y varios iconos de la arquitectura europea.
«La mejor cualidad de nuestra especie es también nuestro peor defecto: la confianza por encima del sentido común».