Loki, episodio un de la serie de Marvel Studios

Después de “Vengadores: Endgame” (2019) no fueron pocos los que dieron por terminadas las andanzas de Loki en el Universo Cinematográfico de Marvel, no ya por la finalidad de su destino (después de todo, ¿qué es una muerte más o menos para el Dios del Engaño?), sino más bien porque parecía que el personaje había agotado la lista de lugares a los que la narrativa podía llevarle: villanía, caída en desgracia, redención, muerte. Se cerraba así un arco de personaje completo y continuarlo no podía más que restar valor a lo anterior, ¿verdad?

Para probar lo equivocado de esta afirmación llega “Loki” con su primer episodio, ampliando el UCM más que ninguna otra serie de Disney+ hasta la fecha, gracias a la introducción de la Agencia de Variación Temporal (AVT), con un Tom Hiddleston en plena forma (que promete tener espacio para lucirse también en su faceta más emotiva) y un —por esta vez— protagonista que, fiel a su esencia, se reinventa y se rebela contra las restricciones que quieran imponérsele a su naturaleza caótica.

Me siento ante la tele con nerviosa anticipación y lo que veo no me decepciona. Había ansiedad, no lo niego, y es que cuando se trata de historias que levantan pasiones, las expectativas frustradas resultan más letales para sagas y franquicias que la simple mediocridad. Pero podemos estar tranquilos, Loki está a la altura. Este solo es el principio, claro, pero el potencial es innegable.

Las ideas que plantea la serie ya desde el principio son complejas e intrigantes y sus implicaciones completas aún están por verse y habrán de ser analizadas más adelante, pero en lo que a nuestro bribón embustero favorito respecta, el reto que se presenta está más que claro: ¿Puede Loki escapar del camino marcado para él? ¿Puede alguien? Destino vs Libre Albedrío, clásico dilema, siempre de fondo y ahora en primer plano, con todas las letras y en brillantes luces de neón.

ATENCIÓN, SPOILERS DE «LOKI»

Serie LokiEste Loki es el que todos conocemos y al mismo tiempo no lo es: una “Variante” de acuerdo a la AVT, tras escapar de su sino en 2012, Teseracto en mano, y atentar contra la Sagrada Línea Temporal. Me ha parecido brillante (y bastante meta) la forma en que le han enfrentado con la dura realidad, la de ser un villano en la historia de otro, destinado siempre a perder. La derrota como glorioso propósito vital. Es frustrante y, aunque no deja de ser cómico ver a Loki en poder de una agencia de burócratas, que responden a su grandilocuencia con papeleo y contra los que poco puede hacer, también es desolador.

Despojado de su magia, el príncipe de Asgard se encuentra de pronto inmerso en una trama con tintes de procedimental criminalístico, con una estética cuidada que mezcla el futurismo más Sci-fi con unas oficinas que bien podrían haber salido de los años 70. Completamente fuera de su ambiente, se ve obligado a mirarse al espejo y dejar de mentir, no solo al agente Mobius (Owen Wilson), sino también a sí mismo. Y es que cuando Loki, hace ya tantos años, pronunciaba las palabras: “¿No es este vuestro estado natural? […] El brillante señuelo de la libertad reduce vuestra alegría de vivir a una loca búsqueda de poder, de identidad. Fuisteis creados para ser gobernados” no hablaba de oídas.

La serie redefine el personaje de Tom Hiddleston y nos obliga a ver las cosas con otros ojos

La pregunta ahora, por tanto, sería ¿qué hacer una vez que la ilusión de la libertad se desvanece por completo? ¿Hacia dónde ir? La respuesta es, espero, hacia donde quiera. Las posibilidades son infinitas. Cuando uno ha visto su vida, literalmente, como una película y ha llegado al final, repetir los pasos ya dados no es una opción. Solo queda salir de la carretera y caminar campo a través.

«Loki» no solo ofrece una nueva perspectiva del personaje que le da nombre, sino también del mismo universo del que forma parte. Lo redefine y nos obliga a ver las cosas con otros ojos. Olvidaos de Thanos: hay fuerzas mucho más poderosas a tener en cuenta. Está en juego algo más que la vida, pues se trata de la naturaleza de la propia realidad. Se nos habla de una guerra multiversal que tuvo lugar en el pasado… Sería una auténtica, ejem, locura que algo así volviese a suceder, ¿no es cierto? Pero no nos adelantemos más de la cuenta hablando de asuntos tan extraños. De momento, quedémonos con Loki. Quién sabe, quizás termine convirtiéndose en el libertador que dice ser, oponiéndose a esta predestinación meticulosa y opresiva, aunque para ello deba enfrentarse al que en el fondo, y con permiso de Thor, siempre ha sido su peor enemigo: él mismo.

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