Explora la historia y evolución de una de las series más influyentes de la séptima generación de consolas.
Si hay una franquicia que impactó en la ya lejana séptima generación de consolas, fue sin duda alguna la trilogía de BioShock. Desarrollada por 2K Games e Irrational Games y proveniente de las inspiraciones de Kevin Levine en System Shock, la trilogía ha dejado una marca indeleble en el mundo de los videojuegos. Combinando una narrativa envolvente, mecánicas de juego innovadoras y profundos temas filosóficos, BioShock se ha convertido en una de las franquicias más aclamadas y queridas por los jugadores.
En este reportaje, exploramos los elementos más importantes de cada título de la trilogía: BioShock, BioShock 2 y BioShock Infinite.
BioShock: Un descenso a Rapture
Lanzado en 2007, el primer BioShock nos introduce a la ciudad submarina de Rapture, creada por el magnate Andrew Ryan. Esta utopía objetivista, construida para escapar de la opresión del gobierno y la religión, se convierte en un infierno distópico debido a la codicia y la corrupción. Los jugadores asumen el papel de Jack, un hombre que sobrevive a un accidente aéreo y se encuentra atrapado en Rapture.
Una atmósfera e historia difícil de olvidar
Personalmente, la primera entrega de BioShock, la pude probar a través de la demostración disponible en la Store de PlayStation 3, fue uno de los momentos más impactantes de mi vida como jugador. Jamás podré olvidar la llegada a Rapture y los primeros pasos desorientados mientras Atlas me gritaba por la radio de onda corta. El argumento se desarrolla a través de la exploración y la recolección de grabaciones de audio que revelan los eventos que llevaron a la caída de la ciudad.
Temas como el libre albedrío, el poder y la moralidad se exploran en profundidad. Una de las frases más icónicas del juego, «¿Acaso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente?» captura la esencia de las ideas objetivistas que Andrew Ryan quería implementar.
Una jugabilidad basada en un clásico adelantado a su tiempo
BioShock bebe directamente de juegos como System Shock, un título que fue adelantado a su tiempo. BioShock combina elementos de disparos en primera persona con poderes sobrenaturales llamados Plásmidos, que permiten a los jugadores obtener diferentes habilidades. Algunas van como poder lanzar rayos, fuego y controlar a los enemigos. La mezcla de combate tradicional con estas habilidades únicas crea una experiencia de juego dinámica y estratégica.
Una obra maestra sin duda alguna
BioShock fue aclamado por su atmósfera, diseño artístico y narrativa profunda. Recibió numerosos premios y es considerado un hito en la evolución de los juegos de disparos en primera persona. Personalmente, invito a todos los lectores a disfrutar de este grandísimo juego. Para mí, uno de los mejores juegos de la historia.
BioShock 2 y el retorno a Rapture
Tras el enorme éxito de la primera entrega, BioShock 2 llegó en 2010 y se sitúa ocho años después de los eventos del primer juego. Esta vez, controlamos al sujeto Delta, uno de los primeros Big Daddies que busca a su hija adoptiva, Eleanor. La ciudad de Rapture sigue siendo el escenario principal, ahora bajo el control de Sofia Lamb, una líder que promueve una ideología colectivista.
Una historia de sacrificio y amor paterno
BioShock 2 explora temas como el sacrificio, la paternidad y el colectivismo frente al individualismo. Sofia Lamb cree en una sociedad donde el bien común prevalece sobre el individualismo, llevando a un conflicto ideológico profundo.
Bioshock 2, más y mejor
BioShock 2 mejora las mecánicas de combate de la primera entrega, permitiendo a los jugadores usar armas y Plásmidos simultáneamente. La introducción del taladro del Big Daddy como arma principal y la posibilidad de adoptar o cosechar Little Sisters para recolectar ADAM agregan nuevas capas de estrategia.
Una continuación a la altura
Aunque BioShock 2 no fue tan innovador como su predecesor, fue elogiado por mejorar las mecánicas de juego y ofrecer una narrativa emocionalmente rica. Su expansión, «Minerva’s Den,» es particularmente destacada por su excelente diseño de niveles y trama.
BioShock Infinite: Un vuelo a Columbia
Finalmente, en 2013, con Ken Levine nuevamente en la dirección, se lanzó BioShock Infinite, que nos lleva fuera de las profundidades del océano a las alturas de la ciudad flotante de Columbia. Situado en 1912, el juego sigue a Booker DeWitt, un ex Pinkerton que debe rescatar a una joven llamada Elizabeth para saldar una deuda. Columbia, gobernada por el fanático religioso Comstock, se revela como una sociedad profundamente racista y xenófoba.
Un desarrollo narrativo increíble
BioShock Infinite aborda temas como el excepcionalismo americano, el racismo, el determinismo y la redención. La relación entre Booker y Elizabeth se desarrolla de manera profunda, y el juego presenta uno de los giros argumentales más sorprendentes en la historia de los videojuegos.
Recopilando lo mejor de cada título y ampliando
BioShock Infinite introduce el sistema de «Vigorizadores,» equivalente a los Plásmidos, y el gancho aéreo, que permite a los jugadores moverse rápidamente entre los rieles aéreos de Columbia. Elizabeth no es solo un personaje de escolta, sino una compañera activa que ayuda en combate y resuelve puzles.
Una obra maestra que no deberías perderte
BioShock Infinite es sin duda alguna un juego único que ofrece una experiencia que no deberías perderte. Fue aclamado por su narrativa, personajes y diseño de mundo. Sin embargo, algunos críticos señalaron que su enfoque en el combate frenético restaba importancia a la exploración y los elementos de rol.
Un regreso muy esperado
La trilogía BioShock no solo destaca por su jugabilidad y gráficos impresionantes, sino también por su capacidad de explorar temas filosóficos y sociales complejos a través de una narrativa envolvente. Por ello, jugadores de todo el mundo esperan con ansias una nueva entrega de la serie que nos vuelva a sumergir en su rico universo cargado de experiencias únicas. No os perdáis una de las mejores trilogías de la historia de los videojuegos.