Pilar Pedraza

Entrar a discutir si Pilar Pedraza (Toledo, 1951) es una de las mejores escritoras en lengua castellana, es enredarse en una discusión estéril y fatua: la enorme calidad y talento que encierra cada uno de sus libros (nueve novelas publicadas hasta la fecha, más diversos ensayos y antologías de relatos), basta para aportar una respuesta tan categórica como fiable. Quizás por lo evidente de esta aseveración, la mejor presentación que puede hacerse de Pedraza es la de “outsider literaria”, ajena y alejada de tendencias, escuelas y preferencias literarias.

Fantasymundo se enorgullece de poder presentar, para sus lectores, una entrevista en exclusiva con la rara avis de las letras españolas. Que nadie se asuste por ello: Pedraza podrá inquietar, sobresaltar o fascinar, pero nunca defrauda. Sus libros así lo testimonian.

Si circula por las inmediaciones algún visitante impresionable con ganas de salirse del tópico, y con tiempo y gusto para la extravagancia, no será mala idea detenerse ante esta vitrina y abismarse a las profundidades de este gabinete privado, en cuyo fondo habita la más excelsa de los monstruos. Una Esfinge que saca a relucir nuestros miedos, al igual que nuestros quebrantos.

Fantasymundo: La crítica se empeña en considerarte escritora gótica. ¿Eres en verdad la Anne Radcliffe española?

Pilar Pedraza: No. Yo soy Pilar Pedraza. La señora Radcliffe, cuya obra no me mata, es una escritora del siglo XIX. Yo soy del XXI, posmoderna. Pero si la crítica no pusiera etiquetas, ¿para qué serviría? Y en el fondo, ¿a mí qué más me da?

Fantasymundo: No obstante considere que buena parte de esta crítica te entienda poco y mal, durante tu primera etapa como escritora, sí que redactaste libros que podrían ser definidos como “góticos”. ¿De dónde viene tu interés por el género? ¿Y a qué se ha debido tu alejamiento posterior, y la creación de una rica mitología propia que te hace inclasificable?

Pilar Pedraza: No soy consciente de esos cambios. Escribo lo que me apetece en cada momento y suelo publicarlo todo sin apenas proponérmelo y sin moverme en los circuitos de género. Por suerte o por desgracia, yo no soy “de género”, sino una persona aficionada a los aspectos siniestros de la cultura, que no es lo mismo. Me gusta mucho al cine y escribo sobre Fritz Lang, Fellini o Villaronga, leo a Ovidio y a Norberto Romero, y me interesa el llamado “arte coño” de Judy Chicago. Quiero decirte con eso que me muevo en un caldo cultural en el que están fuera de lugar los planteamientos racionalistas o simplemente mamporreros. De todas formas, no me importa decir que la afición por lo horroroso, pues afición sí tengo, me viene de la lectura temprana del Marqués de Sade y de Lovecraft.

Fantasymundo: Eres, ciertamente, una rara avis. Una escritora con talento centrada en el Terror. ¿No te parece demasiado “riesgo” en un país que desdeña, sistemáticamente, su acervo fantástico y que suele ningunear a quienes lo tratan? ¿O ha sido este acervo el que te impulsó a escribir sobre Terror?

Pilar Pedraza: No me lo planteo así. El único riesgo que procuro evitar es el aburrimiento infinito que produce el querer hacer carrera literaria en un país que se precia de no leer. Nunca he aspirado a ser escritora, y en las pocas ocasiones en que lo he sido o lo soy, o actúo como tal –algún premio, algún viaje profesional, ferias del libro, congresos de escritores-, suelo sentir un gran deseo de salir corriendo y meterme en un cine.

Fantasymundo: ¿Qué tal ves el Fantástico en castellano?

Pilar Pedraza: Peor que el francés y el inglés, pero mejor que el italiano, sin lugar a dudas. No, en serio, no sé contestar a esa pregunta.

Fantasymundo: Estás muy influida por Edgar Allan Poe. ¿Podrías dedicarle unas palabras en el doscientos aniversario de su nacimiento?

Pilar Pedraza: Otros tienen un harén palaciego o imaginario; él tenía una cripta habitada por amadas muertas.

Fantasymundo: ¿Qué viene antes en tu caso, la escritora, la mujer, o la Historiadora del Arte?

Pilar Pedraza: El monstruo.

Fantasymundo: Tu literatura es profundamente feminista, incluso andrógina. Las Bellas Atroces que protagonizan tus libros son siempre Bellas Dolientes. Raramente logran amar sin sufrimiento. ¿Tan estrecha es la relación entre Eros y Thanatos?

Pilar Pedraza: Tiendo a borrar las fronteras de los géneros. Me aburren. En cuanto al amor, es una invención literaria medieval, refundada en el romanticismo y degenerada en la cultura burguesa. La muerte, me temo que lo mismo. A mí el amor y la muerte me interesan como elementos del juego literario, pero en la realidad me dan bastante repelús, como todo lo referente al cuerpo.

Fantasymundo: Además de tus temas tradicionales, hay uno que me fascina principalmente: la piel. Parece casi una letanía en el conjunto de tu obra (“Piel de sátiro”; “Artículos de Piel”; “Paisaje con reptiles”). ¿A qué se debe esta fascinación dérmica?

Pilar Pedraza: La piel es un forro que hace soportable al amor. ¿Te imaginas acariciando un cuerpo desollado? Yo sí, por eso soy políticamente incorrecta, perversa y gótica. Como Clive Barker y Angela Carter. Todo es imaginario, naturalmente. Soy sadiana, no sádica; y desde luego, nada masoquista. No le haría daño ni a una mosca, soy socia de Amnistía Internacional y odio la guerra y la caza.

Fantasymundo: Llamas a tus “obritas” (empleo tus propias palabras) “gabinetes privados”. ¿Te sientes entonces coleccionista de curiosidades antes que cronista de lo extraño? ¿Escribes para exponer o te expones al escribir?

Pilar Pedraza: En esto sí me reconozco como historiadora del arte. Las “obritas” son como radiografías del alma, resonancias magnéticas del espíritu, electrocardiogramas amorosos, encefalogramas de Antonin Artaud y de Raymond Roussell. En los “gabinetes” hay algunos vampiros caducados, zombis que se secaron con el tiempo y el esqueleto de Krao, el eslabón perdido. Si eso es o no “gótico”, lo ignoro. Escribo para exponer delante de mí misma pequeños espectros que saco de mi cabeza y monto con ellos fantasmagorías para entretenerme. Lo guay es que algunos transeúntes se paran a mirar y se quedan mucho rato.

Fantasymundo: En “Arcano trece” [Valdemar, Club Diógenes, número 150], un libro espléndido lleno de relatos espléndidos, tienes un cuentecito que me ha entusiasmado particularmente, “¿Qué demonios?”, en el que das una simpática y monumental vuelta de tuerca a la literatura de vampiros. ¿Para el enfoque de tus ideas te basas en la ruptura con la tradición? Porque este relato es verdaderamente brillante y vanguardista…

Pilar Pedraza: Gracias, eres muy amable. Puede que yo sea vanguardista –ojalá-, pero no porque rompa sino porque lo devoro todo, lo amo todo desmesuradamente y me apropio de ello para mis construcciones. La perra de Alejandria [Valdemar, El Gran Diógenes, número 1] parece una pasada surrealista y algo gore, pero está documentada y escrita con pasión y con celo, teniendo en mente el Satyricon de Fellini (1968). O la última novela, El síndrome de Ambras [Valdemar, El club Diógenes, número 263], da la impresión de un relato de viajeros del XIX, sin embargo se alimenta de cierto cine francés de los 90, posmoderno, tipo El pacto de los lobos de Christophe Gans (2001).

Fantasymundo: Te consideras posmoderna. Antes de que la reconocieras como postura ideológico- vital, pensaba que la posmodernidad era una invención teórica para suplir un cierto desconcierto, el del arte actual. ¿Qué es exactamente la posmodernidad? O mejor dicho, ¿qué es exactamente tu posmodernidad?

Pilar Pedraza: Posmodernidad es lo que está más allá de los logros de la Ilustración y de la modernidad filosófica. Cuando se borran los límites del pensamiento y la tecnología, y cuando el hombre toma conciencia de no ser dueño de su destino, cuando los valores se ablandan y chorrean, ahí tienes la posmodernidad. Así lo entiendo yo. Mi actitud con lo fantástico es posmoderna. No creo en nada, pero no voy a prescindir de ello, porque es tan mío como una prótesis. Algo de eso hablamos varios amigos en un libro publicado por el festival de Sitges y Valdemar llamado La nueva carne, gracias al cual conocí en persona a Cronenberg y casi me desmayo de lo guapo que es.

Fantasymundo: Has comisariado una exposición llamada El salvaje europeo. ¿Los sueños de la Razón producen, acaso, monstruos?

Pilar Pedraza: La razón produce más monstruos que el sueño, pero los monstruos más hermosos son los producidos por el arte.

Fantasymundo: Ya puestos, ¿qué es más difícil, escribir un libro o montar una exposición multidisciplinar? ¿Qué exige más dedicación?

Pilar Pedraza: Las dos son obras muy laboriosas y cada una tiene lo suyo. Montar una exposición es dificilísimo, primero porque debe tener un discurso inteligible y además atractivo, y segundo porque se compone de piezas que pertenecen a otros, los cuales te odian por pedírselas, pero no pueden negártelas ni tú pasar de ellas. Un libro es más llevadero en ese sentido, pero también resulta a veces difícil hacerse con un artículo, con una foto, con una idea que no llega a cuajar. Sin embargo, no sé de nada que me haya proporcionado tanto placer en toda mi vida que sacar adelante un libro o contribuir a que El salvaje europeo viera la luz, mano a mano con el antropólogo Roger Bartra.

Fantasymundo: En una ponencia, llegaste a decir que cada ser humano tiene un monstruo interior. ¿Qué te dice el tuyo?

Portada de El síndrome de Ambras, de Pilar PedrazaPilar Pedraza: El mío es terrible, como todos, y me las veo negras para mantenerlo a raya. Se llama perfeccionismo o conciencia escrupulosa. Tortura con gran inteligencia y aunque sabe que el trabajo que se toma solo sirve para hacer daño, persevera. Sólo retrocede ante la belleza. El arte le espanta.

Fantasymundo: Fuiste Consellera de Cultura de la Generalitat Valenciana. ¿Es la política la madre de todos los monstruos? ¿Qué es lo que más echas de menos de aquel tiempo, en el que posiblemente había más calidad política?

Pilar Pedraza: Fui Consellera de Cultura dos años en la Generalitat Valenciana de Joan Lerma, antes de que el PP llegara al poder. Soy un raro ejemplo de socialista sin carnet, con unas gotas de anarquismo de izquierdas. La política me interesa, del mismo modo que me interesa el feminismo, las vanguardias y el cine europeo, es decir, de una manera radical, porque forman parte de mí misma. Eso, por encima. Por debajo de mí se extiende una gruesa capa de misantropía. Odio a la humanidad porque no ha sabido montárselo y ya es demasiado tarde.

Fantasymundo: Tu paso por la política quizás haya condicionado tu visión del poder como algo caduco, inevitable y, en ocasiones, ineficaz. ¿Tan mala fue la experiencia o simplemente es que adoptaste una postura crítica? ¿Aprendiste algo de la política?

Pilar Pedraza: De la política se aprende que no siempre los abyectos son los políticos –salvo los corruptos y los ignorantes, que no son todos-. Mucha culpa de los males es de los medios de comunicación, de los ciudadanos alienados, de los jóvenes que no quieren enterarse de nada ni desear un mundo diferente, de los zombis que van dando tumbos por ahí sin más motivación que la de comerse a los vivos, de los hombres lobo y su voracidad, de los científicos locos que se empeñan en no buscar un remedio eficaz para los resfriados pero montan grandes pollos por lo de las subvenciones, de los fabricantes de armas, de los fanáticos religiosos, de los hipócritas y del capitalismo suicida.

Fantasymundo: Hay dos cosas que me sorprenden de tu obra, analizándola en su conjunto. La primera es tu enorme admiración por los cambiantes, casi por encima de los muertos. Lo último que has escrito (o que te han publicado), “El síndrome de Ambras”, y “Loba Menguante” [relato incluido en el libro “Hombres Lobo”, editorial Re:make 451], se inspiran en la licantropía. Lo mismo puede decirse de parte de tus ensayos, donde tratas con fruición el tema de la mujer pantera, o de la Esfinge. ¿Quizás se deba este entusiasmo a la tesis decimonónica de que toda transformación conlleva una perversión?

Pilar Pedraza: Es verdad, soy una loca de las metamorfosis. La novela en que estoy trabajando actualmente trata sobre todo de híbridos. Me fascinan. Circe y sus hombres animales, la isla del Dr. Moreau, la mujer pantera, los cruces de leones y tigres, las especies de laboratorio, los gatos sphinx… Me gustaría vivir lo suficiente para ver clones humanos. Y también, por cierto, para presenciar la desaparición de los zoos. El que quiera ver animales salvajes, que se apriete el cinturón una temporada y vaya a Kenya.

Fantasymundo: La segunda cosa que me ha chocado es tu pasión por Fritz Lang. Entiendo que Lang creó a algunas vamps absolutamente fascinantes, pero, ¿no sería más adecuado, dada tu propia tendencia hacia lo raro, decantarse más por Jean Cocteau, Jacques Torneur, o, incluso, Mario Bava?

Pilar Pedraza: No, en el cine prefiero lo excelente a lo bueno, trate de lo que trate. Fritz Lang es un genio; los otros que mencionas tienen talento, son buenos, curiosos, me gustan, pero el amor es otra cosa. Recuerda que te dije que yo no soy “de género”. Hay películas de fantástico y terror que son una ofensa al cine y a la inteligencia, y otras que tratan de la antigüedad clásica que son una belleza. Y lo mismo pasa en literatura. He escrito sobre Fritz Lang y sobre Tourneur con muchísmo interés por los dos, pero los gustos no deben hacernos perder los papeles.
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Fantasymundo: ¿No es un poco injusto que digas que Tourneur es simplemente “bueno”, “talentoso” o “curioso”. Ya sólo por Yo anduve con un zombie (1943), puro lirismo visual, se ha ganado su pedacito de gloria. Y además, rodó dos películas sobre la mujer pantera…

Pilar Pedraza: A mí me encanta Tourneur, es exquisito sobre todo cuando trabaja con Val Lewton y el equipo de la RKO, pero qué quieres, sus estupendas películas están vivas pero para mí no resiste la comparación con los grandes. ¿Y quiénes son los grandes? Pues Fritz Lang, Murnau, Eisenstein, Mizoguchi, Dreyer y otros. Lo cual no quiere decir que le regateemos su parte de gloria correspondiente ni que yo no me lo haya `pasado guay escribiendo un libro sobre él. ¡Viva Jacques Tourneur!

Fantasymundo: Como sibarita cinematográfica, querría preguntarte por un director injustamente caído en el olvido, inclasificable también él, como tú. ¿Qué te parece Henri- Georges Clouzot? Francia, país muy orgulloso de sus artistas y su cultura, le tiene olvidado, a pesar de ser maestro reconocido de Hitchcock…

Pilar Pedraza: Henri Georges Clouzot es un gran cineasta que tuvo la desgracia de colaborar con los alemanes durante la invasión de Francia, trabajando en la productora Continental impulsada por Goebbels. Sus paisanos no se lo perdonaron o lo hicieron a regañadientes. Me gusta especialmente El cuervo (1943).

Fantasymundo: ¿Es verdad que ahora ya no se hacen películas como antes?

Pilar Pedraza: Afortunadamente. Cada época tiene su manera de expresarse y de producir. Desde los años sesenta el cine dio un giro radical, sobre todo en Europa, y hay que tenerlo en cuenta. En la cultura no sirve de nada la nostalgia, hay que ir con los tiempos y sacudirse la pereza. Llorar sobre las ruinas de la Hammer o rendir culto a Casablanca sólo denota falta de curiosidad. Hasta los vampiros han evolucionado, no siempre para mal. A veces pongo The Addiction (1995) de Ferrara o Nadja (1994) de Almereyda en alguna conferencia y el público queda deslumbrado.

Fantasymundo: Antes hemos mencionado “El síndrome de Ambras”: temática licantrópica, con protagonista femenino y ambientación española. ¿No es un (excelente) tributo a la Olalla de Stevenson?

Pilar Pedraza: Tantas veces traigo y llevo a Olalla de aquí para allá en publicaciones, conferencias, congresos y demás, que sin duda ha podido adherirse a mis lobos algo del esplendor de la dama felina y campestre de Stevenson. En lo que más se parecen, ahora que lo pienso es en que en ambas obras lo español está visto con ojos extranjeros: los de Stevenson y su protagonista, y los míos. No me identifico con España ; conozco y me gusta más Italia; pero no la de Berlusconi sino la del Renacimiento.

Fantasymundo: En el momento en que charlamos, Valdemar reedita «La fase del rubí», una de tus primeras novelas, aparecida anteriormente en Tusquets. ¿Qué puedes decir al público lector de esa novela?

Pilar Pedraza: Es una obra de juventud viva, rebelde y trasgresora, en la tradición dieciochesca francesa –no por azar está traducida al francés por Seuil-; es la más sadiana de mis obras y quizá desde ciertos puntos de vista, la mejor. El director de cine mallorquín Antoni Aloy (El celo) y una servidora hemos disfrutado mucho convirtiéndola en un guión cinematográfico en español y en inglés, pero no creo que llegue a ver nunca la luz o mejor dicho la oscuridad de una sala de proyección. Es demasiado atrevida y demasiado cara, según parece.

Fantasymundo: Por cierto, y perdona la pregunta, ¿por qué te “cambiaste a Valdemar” luego de que Tusquets te publicase tus primeros cinco o seis libros? ¿Era un sello más acorde con tus inquietudes artístico- literarias?

Pilar Pedraza: Tusquets es una editorial estupenda, en la que he publicado obras muy queridas tanto de narrativa como de ensayo. Simplemente, llegó un momento en que prevaleció lo que Valdemar significaba para mí como lectora: un mundo “dark”, mi mundo, sobre la literatura convencional. Me siento muy a gusto entre los muertos de Valdemar y me llevo bien con los vivos, Juan Luis y Rafael. Tengo excelentes experiencias también con otras editoriales con las que he trabajado como Lumen, Acantilado, Akal, Cátedra, Paidós, La Nau, etc., pero ya sabes que en el mundo editorial y con los autores hay un grado bastante alto de azar. Lo importante es no perder de vista cómo murió el pobre y querido Edgar A. Poe, y hacer diariamente un ejercicio de lo que los franceses llaman “anéantissement”.

Fantasymundo: ¿Es decir?

Pilar Pedraza: Anonadamiento, destrucción. Hay que ser un poco budista para no caer en la tentación de creerse alguien.

Fantasymundo: Al haber citado Acantilado, me permites introducir en esta charla una de tus facetas más sobresalientes, la de traductora. En este sello, te encargaste de la edición y traducción de “El sueño de Polífilo”, de Franceso Colonna, “uno de los libros más curiosos y enigmáticos que hayan visto la luz”. Como portavoz literaria de la Esfinge, ¿dónde reside el enigma de Polífilo?

Pilar Pedraza: En primer lugar, en el autor. Uniendo las primeras leras de cada capítulo, se lee su nombre: Francesco Colonna. Pero, ¿quién es Francesco Colonna? ¿Un miembro de la casa principesca de los Colonna romanos, que dedica el libro a su esposa muerta? ¿O un monje veneciano del mismo nombre, enamorado de la Antigüedad? Ambos existieron simultáneamente. Además, el libro está escrito en una lengua hibrida de italiano, latin y griego, lo que impide que lo lea un lector poco versado en los tejemanejes de la literatura cortesana y en la cultura clásica. Es una gran alegoría sobre el amor, sobre los misterios de Venus y Marte, y sobre el esplendor de la antiguedad pagana, y está ilustrado con grabados venecianos de la época, bellísimos. En la Bibloteca Nacional de Madrid hay dos ejemplares de la edición original, pero no es fácil acceder a ellos y además no se entiende ni palabra.

Fantasymundo: Este libro conlleva una exigencia monumental: para comprenderlo, para leerlo, supongo que para traducirlo. Me resulta chocante que cuando se habla de la obra de un escritor, tienda a obviarse su labor traductora. Hace poco, circuló por la Red una discusión sobre creación y traducción. ¿Una voz autorizada como la tuya opina que traducir es crear o es simplemente interpretar?

Pilar Pedraza: Sólo crea el creador. Lo cual no quiere decir que la labor del traductor no sea importantísima, ni que un libro mal traducido no sea un libro ilegible y traidor. Yo no soy traductora, sólo he traducido algunas cosas extrañas, a las que pocos se habían atrevido a hincar el diente, pero tengo amigos traductores profesionales y su labor es maravillosa, porque si bien el traductor no crea, tiene la misión de mantener la literatura viva, sin desbaratarla con obviedades y explicaciones, y debe gestionar su propio estilo sin matar el del original. Les profeso una gran admiración.

Fantasymundo: Que te pusieras a traducir, ¿era inevitable, respondía a tu innato afán didáctico o fue una oportunidad que se te presentó y no rechazaste? Por cierto, ¿cuántos Polífilos ha habido en tu vida desde entonces?

Pilar Pedraza: Debo la traducción del Polífilo a uno de los maestros que han influido en mi trayectoria, el profesor Santiago Sebastián, que me señaló la importancia del libro y la ausencia total de traducciones españolas, y me empujó –casi literalmente- a hacerlo. Luego traduje el Tratado de Arquitectura de Filarete, del siglo XV también, cuyo original es un manuscrito que está en Florencia y que consulté acompañada por un guardia con sus armas al cinto como debe ser. No ha tenido mayor repercusión salvo la estrictamente universitaria, pero es un libro precioso, con muchos dibujos, que cuenta la construcción de la ciudad ideal de Sforzinda por los príncipes de MIlán, los Sforza. También traduje los poemas alquímicos de un libro misterioso del siglo XVII llamado La fuga de Atalanta, de Michael Meier, en latín; y los Emblemas latinos de Alciato, renacentistas.

Fantasymundo: Sostienes que a ti lo que te interesa de Italia es el Renacimiento. ¿Es ésta una época muy literaria? El siglo XIX, con todas sus corrientes artísticas, lo dejó un poco de lado para centrarse más en la Antigüedad y el Medioevo. ¿Ha conseguido recuperarse o sigue padecido las consecuencias de este “olvido”?

Pilar Pedraza: El Renacimiento es una época genial de la humanidad, un despertar juvenil de la razón, el erotismo, el poder, la técnica, los viajes, los placeres, la belleza humana, el cuerpo, la antigüedad, la imprenta, la contestación a la iglesia católica. Hay más arte que literatura, porque el arte se usa para legitimar el poder y para ostentarlo, pero también hay literatura amorosa, mística, teatral. No hay arte fantástico propiamente dicho, y menos terror: ambos se refugian en la religión. Una película refleja estas características con bastante dignidad. Me refiero a Los señores del acero de Paul Verhoeven.

Fantasymundo: Tu labor docente goza de una gran reputación. El Ministerio de Educación reconoce la calidad de tu curso de doctorado “El cuerpo tecnológico”. Suponte que quiero matricularme en ese curso, ¿qué me voy a encontrar? ¿Con qué enfoque afrontas este tema?

Pilar Pedraza: Con el de los llamados estudios culturales. Realizamos un recorrido trasversal por el arte, la literatura y el cine, teniendo como tema la construcción de la mujer ideal desde la antigüedad (mito de Pigmalión y Galatea) hasta el Cyborg de los años 90, y comprobamos cómo la mujer ideal es en realidad una mujer fatal que termina destruyendo al creador. Es un poco complicado resumirlo aquí, pero te aseguro que tanto los estudiantes como yo misma nos divertimos y aprendemos mucho. Para mí el aprendizaje comporta una fuerte dosis de diversión por ambas partes.

Fantasymundo: Has escrito un ensayo sobre muebles y aposentos. ¿Cuánto puede haber de horroroso –u horrible- en objetos inanimados distorsionados por nuestra sugestión?

Pilar Pedraza: Desde que tenemos luz eléctrica, poco. Por eso me gustan tanto las épocas pasadas, cuando se viajaba a uña de caballo y se llegaba a una casa en tinieblas que había que ir iluminando con luces de fuego.

Fantasymundo: Por último, voy a someterte a un rápido escrutinio, en el que te propongo una frase o palabra y tú respondes lo que se te ocurra:

Monstruo: Yo quitando al Otro la máscara.
Esfinge: Enigmas banales, ignorancia, abrazo sofocante.
Hipertricosis Lanuginosa Congénita: La ternura de los lobos.
Brujas: Aquelarre de la película Haxan de B. Christensen (1921)
Gótico: Término equivocado para nombrar algo inconsistente.
Expresionismo Alemán: Mandrágora, caligarismo, sombras animadas.
Horror: No me dice nada. Es más bien anglosajón. Prefiero “siniestro”.
Metrópolis: Ballet mecánico.
Agustí Villalonga: Cine contemporáneo de calidad. Aproximación valiente al Mal.
Vamps: Un poco de humo y pavesas.

Fantasymundo: Muchísimas gracias por atendernos con tanta paciencia, entusiasmo y amabilidad. Esperamos volver a leerte pronto.

Pilar Pedraza: Muchas gracias a vosotros por vuestro interés. Yo también espero que hablemos pronto de peludas, barbudas, híbridos y otros frikis suculentos. ¡Hasta entonces!

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