Xurxo Mariño

Xurxo Mariño (Lugo, 1969) es doctor en Neurofisiología por la Universidad de Santiago de Compostela y profesor de la Universidad de Coruña. Hizo su posdoctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y también es miembro del grupo Neurocom, de la Universidad de Santiago de Compostela. Es divulgador de la ciencia a través de cafés teatros científicos, discurshows, programas como Naukas o Julia en la onda, y de su blog Cultura científica. Fue galardonado con el Premio Especial del Jurado del I Certamen FECYT de Comunicación Científica en el 2011.

Actualmente es profesor del Departamento de Fisioterapia, Medicina y Ciencias Biomédicas​ de la Universidad de A Coruña e investigador en el Grupo de Neurociencia y Control Motor​ de la misma universidad.​ Su labor como investigador se centra en investigaciones para caracterizar las propiedades biofísicas y los circuitos que establecen las neuronas implicadas tanto en el control motor como en la percepción somatosensorial y visual.​ Desde 2019 también imparte la asignatura «Introducción a la Historia de la Tierra y de la Vida» en el Máster en Cultura Científica​ coorganizado por la Universidad del País Vasco y la Universidad Pública de Navarra.​

Xurxo Mariño: «Para que el lenguaje despegue es necesario que se desarrolle la capacidad de pensamiento simbólico»

Desde su fundación (2011) es miembro de la Asociación Gallega de Comunicación de Cultura Científica y Tecnológica (DivulgACCIÓN), participando activamente en las actividades de la asociación.​ Es miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC). Es socio de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC). También forma parte de la Sección de Ciencia, naturaleza y Sociedad del Consello da Cultura Galega.

Además de su carrera como investigador, profesor y divulgador científico, cultiva otros intereses como la programación informática, la geología, la paleoantropología, la astronomía, la filosofía de la ciencia o la fotografía.

Ha publicado las obras «Os Dados do Reloxeiro. Ciencia amena para mentes inquietas» (2005), «​Po de estrelas» (2008), «​Neurociencia para Julia» (2012), «​Tierra. Ciencia, aventuras y sorpresas de un viaje alrededor del mundo» (2017),​ «El misterio de la mente simbólica. Cerebro, lenguaje y evolución» (2018), «La conquista del lenguaje» (2020) y «Unha mente que voa» (2020).​

Hoy en Fantasymundo entrevistamos a este polifacético científico y divulgador lucense.

Alejandro Serrano: El ser humano, como otros mamíferos, termina de desarrollarse neurológicamente a medida que su cuerpo madura, años después del nacimiento. ¿Hacia qué edad tenemos una red neuronal suficientemente extendida y en qué momento puede considerarse un cerebro humano “maduro”, según un criterio cognitivo? ¿Cuál es el proceso madurativo?

Xurxo Mariño: En los primeros años de vida se generan la mayoría de conexiones principales entre las distintas regiones del encéfalo, de tal manera que un humano de unos 3 años ya puede ejecutar movimientos con cierta precisión y hablar con una gramática bastante desarrollada. Sin embargo, la corteza cerebral sigue organizándose durante bastantes años más, de manera que un encéfalo no se considera maduro hasta alrededor de los 20 años, que es cuando termina de formarse la corteza prefrontal.

Alejandro Serrano: El lenguaje vehicula el pensamiento, la reflexión interna que conduce a una mejor comprensión de uno mismo y del mundo que nos rodea. Los niños incluso crean lenguas propias de forma espontánea. Pero ¿cómo pudo ser la primera versión del lenguaje que tuvimos los seres humanos y cuándo pudimos armarnos con él? ¿Qué umbral de pensamiento básico fue indispensable para crear el primer lenguaje?

Xurxo Mariño: No hay una respuesta clara para ninguna de esas preguntas. Es probable que el primer lenguaje exteriorizado consistiera en una combinación de gestos y sonidos de naturaleza icónica (es decir, no simbólica, sino con base en onomatopeyas y gestos fácilmente reconocibles). Las pistas paleoantropológicas y neurocientíficas apuntan a que esto pudo comenzar a ocurrir hace un millón y medio de años, en época del Homo ergaster/erectus. Respecto al humbral de pensamiento, para que el lenguaje despegue es necesario que se desarrolle la capacidad de pensamiento simbólico. En la actualidad no conocemos en qué momento se generó esta capacidad, ya que las muestras inequívocas de simbolismo pertenecen todas a Homo sapiens.

Alejandro Serrano: El ser humano es el único animal capaz de transmitir a otros congéneres pensamiento complejo. El lenguaje es una habilidad propia de los humanos modernos hasta donde sabemos, aunque otros animales modernos sí se comunican de otras maneras, que comparten con nosotros (gestos voluntarios e involuntarios). ¿Cuáles son las diferencias entre un lenguaje establecido y la comunicación animal básica más o menos elaborada?

Xurxo Mariño: El lenguaje posee tres características básicas que, en conjunto, no existen en ningún otro animal: sintaxis, desplazamiento (la capacidad de trascender el aquí y el ahora) y simbolismo. Por su parte, los sistemas de comunicación animal tienen su base, en su mayoría, en índices, signos que tienen una relación directa con lo que se pretende comunicar.

Xurxo Mariño

Alejandro Serrano: La evolución ha llevado a todas las especies vivas existentes en el planeta hasta el ahora durante unos 3.500 millones de años a partir de las primeras formas de vida, mediante cambios adaptativos a las circunstancias del momento. Sin embargo, la evolución como proceso no es lineal, ni supone la existencia de progreso. ¿Podemos llegar a degenerar hasta el punto de convertirnos en una especie irreconocible con respecto a lo que somos ahora? ¿Cómo podría ocurrir? ¿Podría haber un papel del lenguaje en un hipotético proceso de involución?

Xurxo Mariño: La evolución no supone progreso, sino cambio. Ese cambio puede ocurrir en cualquier dirección. Ya en tiempos de Darwin, el zoólogo Ray Lankester escribió un libro titulado “Degeneration” en el que explica cómo la evolución puede llevar a una simplificación de las estructuras y las funciones. Es difícil predecir qué procesos de degeneración biológica pueden ocurrir en el ser humano; si el lenguaje tiene algún papel en algún hipotético proceso de ese tipo, puede ser para compensar pérdidas, dada su gran capacidad para adaptarse con rapidez –de forma cultural- a los cambios.

Alejandro Serrano: ¿Hay características físicas humanas influenciadas o determinadas por la evolución del lenguaje? ¿Hay pistas sobre cómo y por qué se empezó a producir un aumento espectacular del encéfalo hace unos dos millones de años?

Xurxo Mariño: El lenguaje necesita una infraestructura cerebral capaz de albergarlo, por lo que muchos de los cambios que han tenido lugar en la corteza cerebral en los últimos dos millones de años deben de estar relacionados con él. El aumento del encéfalo se relaciona con varios cambios fundamentales, entre los que están las habilidades manuales, el acceso a una dieta carnívora y la vida en sociedad en grupos grandes.

Alejandro Serrano: Los humanos tenemos autoconsciencia, memoria autobiográfica y de trabajo, y también una gran memoria semántica, gracias al ingente número de neuronas que alberga el encéfalo (unos 86.000 millones de ellas), y que se comunican por impulsos eléctricos. ¿Podría decirse que SOMOS nuestra actividad neuronal? ¿Qué ocurre en el interior de las neuronas en patologías como la demencia para que poco a poco perdamos nuestros recuerdos y finalmente la propia identidad?

Xurxo Mariño: Desde luego, todo lo que somos, nuestros procesos mentales, dependen de forma directa de la actividad neuronal. En enfermedades como el Alzheimer se produce una importante pérdida de neuronas, cuyas conexiones son la base para el establecimiento de la memoria y de la identidad personal. Al desaparecer las neuronas también se evapora la propia identidad.

Alejandro Serrano: Hay dos zonas del encéfalo encargadas del proceso del lenguaje, pero sin embargo, según ha comentado usted en alguna charla reciente, las neuronas que almacenan la memoria semántica (nuestro diccionario) están distribuidas por toda la corteza cerebral. Y no sólo eso, sino que están organizadas por similitud, según las palabras que almacenamos. ¿Cómo es eso posible? ¿Cuánto de nuestro proceso cerebral podría estar destinado al lenguaje?

Xurxo Mariño: No conocemos cuántas regiones del encéfalo se encargan del procesamiento del lenguaje, pero los estudios recientes indican que éste se encuentra distribuido por gran parte de la corteza cerebral. Además del procesamiento sintáctico, de la capacidad simbólica y semántica, el lenguaje requiere también una poderosa memoria de trabajo; todo ello supone una importante carga cognitiva para lo que, suponemos, se requiere un gran número de neuronas. Es probable que la capacidad lingüística sea una de las razones principales que explican que poseamos cerebros tan voluminosos.

Alejandro Serrano: ¿Qué nos diferencia de los neandertales en cuanto a capacidades sociales y neuronales? ¿Podrían haber contado con el lenguaje en su acervo?

Xurxo Mariño: Aunque la cuestión es muy controvertida, la mayoría de indicios apuntan a que los neandertales no poseían una capacidad simbólica y lingüística tan desarrollada como los humanos modernos (si es que las poseían en algún grado). Vivían en grupos reducidos que, durante decenas de miles de años, apenas experimentaron cambios en su tecnología. Este “estancamiento” sugiere que no poseían un lenguaje complejo.

«La imaginación consiste en utilizar la experiencia acumulada en la memoria para generar contenido de nueva factura»

Alejandro Serrano: Las neuronas normalmente miden menos de 0,1 milímetros, pero en el sistema nervioso periférico hay axones (prolongaciones de una neurona) que miden mucho más. El más largo mide metro y medio, y va desde la punta de los dedos hasta la espina dorsal. ¿Qué influencia tienen los axones en nuestra expresión física (incluida la verbal) y en la conexión entre músculos y pensamiento? ¿Qué diferencias hay con otros animales?

Xurxo Mariño: Los axones son una parte esencial de todas las neuronas, así que su influencia es total. Muchos pensamientos y gran parte de las emociones se exteriorizan mediante alguna expresión física, lo cual es una forma de mostrar a los otros individuos una parte del pensamiento. En algunas emociones innatas y viscerales como la ira o el miedo la exteriorización es en gran medida automática, y similar entre los mamíferos. Sin embargo los humanos modernos podemos modificar consciente y racionalmente la mayoría de nuestras emociones, modulando qué transmitimos a los demás. Un buen ejemplo de ello es el cine y el teatro, en donde se generan expresiones y emociones a voluntad.

Xurxo Mariño en el programa Órbita Laika
Xurxo Mariño en el programa Órbita Laika.

Alejandro Serrano: En su obra «De Anima», Aristóteles señalaba los cinco sentidos clásicos que alberga el ser humano, pero desde entonces la ciencia ha avanzado mucho; ¿cuántos sentidos tenemos realmente?

Xurxo Mariño: Aristóteles se refiere a la “exterocepción”, formada por el conjunto de sentidos que captan información ajena al individuo (vista, oído, olfato, gusto y tacto). Pero tenemos también un conjunto muy importante de receptores sensitivos que nos proveen de la capacidad de “interocepción”, mediante la cual se informa al encéfalo de varios procesos corporales como la contracción muscular, la posición del cuerpo en el espacio, el equilibrio, el dolor, etc.

Alejandro Serrano: A grandes rasgos, ¿cómo se origina la imaginación en el cerebro, una capacidad que nos lleva a concebir cosas que no existen o no hemos visto? ¿Qué hace que unas personas sean más propensas que otras a desarrollarla o expresarla?

Xurxo Mariño: La imaginación consiste en utilizar la experiencia acumulada en la memoria para generar contenido de nueva factura. Sin embargo no conocemos cómo se origina la imaginación porque no conocemos con detalle ni como se almacena la memoria, ni como se accede a ella, ni como emerge el estado de mente consciente que permite todas esas funciones.

Alejandro Serrano: ¿Qué cambios en nuestra fisiología cerebral o en nuestras capacidades podrían inducir una exposición prolongada a lo largo de muchas generaciones al actual universo digital? ¿Las redes sociales y la interacción con tantas personas o con dispositivos adheridos a nuestro cuerpo cambiarán literalmente nuestra forma de pensar?

Portada de La conquista del lenguaje, de Xurxo MariñoXurxo Mariño: Las tecnologías digitales pueden cambiar con facilidad una mente a lo largo de la vida mediante procesos de asimilación cultural –que ocurren a muy corto plazo-, o también mediante modificaciones epigenéticas –que afectan a la expresión de los genes pero no a la información genética en sí-. Para que se produzcan cambios que modifiquen la estructura biológica humana es preciso que ocurran modificaciones genéticas, que ocurren a largo plazo y que además requerirían: 1) que las personas que sufren esos cambios o adaptaciones a las tecnologías digitales tuvieran ya, de entrada, una modificación genética que las hiciera propensas a ello y 2) que esas personas se reprodujeran y tuvieran una descendencia mayor que el resto.

Alejandro Serrano: ¿Qué tiene que decir la neurociencia sobre la educación? ¿Cómo podríamos mejorarla?

Xurxo Mariño: En la actualidad la neurociencia apenas tiene capacidad prescriptiva respecto a la educación. Si tiene algo que decir, es esto: cada vez que lean la palabra “neuroeducación” o les presenten un programa educativo que proclama que tiene su base en la neurociencia, duden de ello.

Alejandro Serrano: ¿Cuáles son los próximos proyectos de Xurxo Mariño y qué lecturas, programas o canales de Youtube nos recomendaría para iniciarnos en neurociencia?

Xurxo Mariño: Mi principal proyecto actual es un libro sobre las emociones humanas. Además de ello, sigo con mis charlas y espectáculos de divulgación científica, así como con colaboraciones en revistas, radio y TV. Respecto a recomendaciones de libros sobre neurociencia, llevo con frecuencia más decepciones que alegrías. El mejor libro que he leído en los últimos años sobre la mente y el cerebro es “Antropología del cerebro. Conciencia, cultura y libre albedrío”, de Roger Bartra, editado por Pre-Textos.

Alejandro Serrano: Muchas gracias por permitirnos hacer esta entrevista, ¡ha sido todo un placer!

Xurxo Mariño: El placer es mío 🙂

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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