Una historia ambientada en el universo de «La polilla en la casa de humo» repleta de lucha de clases, violencia, constructos hombre-máquina, modificaciones corporales, peleas de bandas callejeras, conspiraciones políticas…

«El último sueño» de Guillem López (Minotauro 2018) se encuentra ambientada en el mismo universo que su novela «La polilla en la casa de humo» (Aristas Martínez 2016), aunque solo tiene eso que ver con esta, porque se trata de una novela más al uso que aquella estupenda y breve historia. Pero a cada cual lo suyo, «El último sueño» nos sumerge en un mundo muy trabajado, con unos personajes muy interesantes y una historia que atrapa desde las primeras páginas que le permite al autor muchas más posibilidades.

En Paraíso cuentan con un gran problema: la energía que usan para mover toda la ciudad, la Kamé, se está terminando. El ser místico de la que extraen esa energía, la última de las Kas, está muriendo. Cuando lo haga no habrá forma de seguir obteniendo ese fluido que hace que todo funcione. Al mismo tiempo, Midkemia, Kemi, ha escapado del templo en el zigurat y la buscan tanto nobles como sacerdotes porque puede ser una solución para el problema de la Kamé.

El desencadenante de la historia va a ser cuando Kemi se tope con una banda de delincuentes callejeros Los Abandonados.

En Paraíso vamos a ver una sociedad muy estratificada que nos recuerda a la del Antiguo Régimen, con una cúpula en la que se sitúan nobles y sacerdotes, un segundo estamento formado por burgueses, artesanos; y un tercero por el pueblo llano al que pertenecen la mayoría de los habitantes de Paraíso como las diferentes bandas, como los Abandonados. Hasta estos llega Kemi, y a través de ellos se nos cuenta la historia de las diferentes bandas de delincuentes que tienen delimitado su territorio en la ciudad, con ritos y costumbres de paso, peajes y concesiones, que es necesario hacer para operar, delinquir, en terreno ajeno. Por medio de cada uno de los abandonados nos enteramos cómo funcionan las cosas a ese nivel.

Porque la otra trama es la política, los mismos hechos pero contados desde las altas esferas y cómo los nobles ante el posible cambio de paradigma buscan aferrarse de cualquier manera a su posición. En esta parte de la historia veremos las conjuras palaciegas, maquinaciones e intrigas más interesantes del libro. Como unos buscan conservar el poder, oprimiendo a los de siempre, al pueblo; en cambio otros promueven un punto de infléxión que termine con la caída de unos pocos y que el resto continúen manteniendo su riqueza. También nos sirve para conocer la jerarquía en Paraíso y por qué es tan importante Kemi para los habitantes del zigurat.

El autor nos da las pinceladas suficientes, sin llegar al exceso, para hacernos una idea de cómo es y cómo funciona Paraíso, un sociedad decadente a punto de terminar sus días. En realidad vamos descubriéndolo a medida que va avanzando la historia.

Hay un capítulo titulado «La Factoría» del que subrayé párrafos enteros porque está repleto de perlas por completo extrapolables a nuestros días. Aunque el género fantástico, a ojos de unos, sea meramente escapista, se pueden desarrollar ideas y conceptos que hagan pensar y reflexionar. Como sucede en todo este capítulo, pero que viene gestándose desde el principio de la historia y se ratifica en el colofón final.
A veces hay lectores que se quejan de que en los sufijos de los subgéneros del fantástico etiquetados como -punk, hay muy poco de esto, escasea esa revolución y esa lucha que te golpea en el estómago con ganas.

«El último sueño» es una obra muy punk en este sentido, me da igual la raíz que se le añada, porque es reivindicativa, se guarda varios buenos golpes que pueden noquearte como lector y sobre todo te hace pensar en si la sociedad de Paraíso no es tan diferente a la nuestra. No creo que las partes más revolucionarias sean ligeras o un intento de subirse al carro de otros autores o de añadir párrafos comprometidos de manera superficial. Si has leído las obras anteriores del autor, sabes que esto no es así, de ninguna manera. Guillem es el mismo que nos maravilló con su fantasía en las novelas río de «La Guerra por el Norte» (Grupo AJEC 2010) y «Dueños del Destino» (Grupo AJEC 2011 ), una saga por el momento inacabada; nos hizo levantar una ceja con «Challenger» (Aristas Martínez 2015), las dos con «La Polilla en la casa de humo» y nos dejó con el culo torcido con «Arañas de Marte» (Valdemar 2017). Leed su trayectoria, no es un escritor de postureos, ni se anda con chiquitas, ni medias tintas, va hasta el fondo de la cuestión y no deja indiferente.

Dicho esto, la última novela de Guillem López es más lineal en sus planteamientos y más convencional que sus predecesoras, pero esto no significa que sea de peor calidad, menos literaria o que baje el nivel. Si no que, evidentemente, el target de Minotauro no es el mismo que el de Aristas Martínez o el de Valdemar, sin que eso sea menospreciar a nadie. Editoriales distintas con planteamientos y líneas editoriales diferentes para alcanzar lectores diferentes. Sin más.

Por eso, no podéis perderos sus obras, ni la de autoras como Concepción Perea, Aranzazu Serrano, Sofía Rhei; o autores como Jesús Cañadas, Emilio Bueso o Juan Cuadra. Todos ellos y muchos más, son escritores españoles de género que van más allá y merece la pena leer las historias que nos cuentan.

«El último sueño» resulta una novela estupenda para empezar a conocer al autor y a través de esta novela llegar hasta otras obras suyas. Espero que un gran número de lectores lo descubran por esta historia y que gracias a ello se acerquen a buscar el resto de sus trabajos.

En un mundo de privilegiados y discriminados, sobrevivir en los bajos fondos de Paraíso es una lucha constante y diaria. En especial cuando la violencia es el pan de cada día y las afrentas se pagan con la muerte.

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