Puedes empezar a leer nuestro repaso a las series de ciencia-ficción en este artículo sobre los años 70 y en este otro sobre los 80. Y ahora llegamos a los 90… una época dorada para el género, sobre todo en el 93. Es en este año donde surgen tres series emblemáticas en el género que nos ocupa: “Seaquest”, “Babylon 5” y “Expediente X”.
Comenzaremos con la menos exitosa, “Seaquest”: esta serie supuso un nuevo esfuerzo por parte de Steven Spielberg –como productor ejecutivo- por recuperar la línea del clásico “Viaje al fondo del mar” de mano de las ideas de Rockne S. O’Bannon, a la postre el creador de la serie. Estuvo en antena del 93 al 96, y se nos presentaban las aventuras del submarino “Seaquest”, un avanzado sumergible perteneciente a la Organización de Océanos Unidos, una federación de naciones creada tras un conflicto mundial en el año 2010, y que vela por la correcta administración de los recursos naturales del fondo oceánico. La acción se desarrolla a partir del 2018, y seremos testigos de las misiones del Seaquest para proteger esos recursos de naciones hostiles no alineadas y de su labor de mediación.
También nos encontramos actores de renombre en esta serie tan injustamente denostada por la crítica: Roy Scheider (el archiconocido jefe Brody de “Tiburón”) en el papel del capitán Bridger; Michael Ironside (sí, el de “V” que hemos comentado antes) como su relevo, el capitán Hudson, Jonathan Brandis como el científico niño prodigio Lucas Walenczak, Ted Raimi (hermano del famoso director Sam Raimi) como el teniente Tim O’Neill…
Pasemos ahora a la segunda de las series mencionadas, obra de J.M. Straczynski: “Babylon 5”. 110 episodios distribuidos en 5 temporadas entre el 93 y el 98. Una serie rompedora por dos razones principales: la primera es por la cantidad de efectos infográficos de la que hace gala, haciendo de ella una pionera en esas lides (todas las naves y los efectos visuales están generados por ordenador), y la segunda por su argumento poco convencional. Sí, un argumento poco convencional que no hace de ella una “space opera” al uso: Babylon 5 es una estación espacial construida tras un sangriento conflicto entre los humanos y la raza alienígena de los minbari con objeto de que sirva de punto de encuentro y acercamiento entre todas las razas de la galaxia… Una especie de “Casablanca”, pero con alienígenas en vez de alemanes, ingleses y franceses. Obviamente, esta no es una tarea fácil, pues la tripulación y el cuerpo diplomático de diversas razas acantonado allí deberán afrontar intrigas políticas, sabotajes, ataques injustificados, sediciones, comportamientos poco apropiados, xenofobia, guerras civiles, enemigos poderosos… Sus tramas son tremendamente agudas, y nos muestran en ellas temas tan cotidianos como la corrupción política, las adicciones humanas o la toma de decisiones impopulares con objeto de escoger un mal menor. Esta serie se hizo tremendamente popular, y llevó a la realización de 7 películas con objeto de dar información complementaria sobre la trama de la serie.
Pero eso no fue todo, porque dio lugar a dos spin-offs: “Crusade”, que nos contará las vicisitudes de la nave Excalibur, que buscará un remedio para la plaga Drakh; y “Los relatos perdidos”, diseñados para su salida en DVD, que nos contarán la historia desde el punto de vista de los protagonistas.
El trabajo de los actores es excelente, destacando ante todo la labor de Bruce Boxleitner (conocido por su papel como “Tron” en la película homónima) como el capitán Sheridan; Jerry Doyle, como el jefe de seguridad Michael Garibaldi; Mira Furlan (la francesa de “Perdidos”) como la embajadora Delenn de los minbari; Peter Jurasik como el embajador Londo Mollari de los centauri junto con Vir Cotto (Stephen Furst), su ayuda de cámara; o el papel de Andreas Katsulas, como el embajador G’Kar, de los narn.
Y llegamos al gran ganador de este trío: “Expediente X”, de Chris Carter. 9 temporadas entre el 93 y el 2002 en las que veremos las aventuras de los agentes especiales de FBI Fox Mulder y Dana Scully a lo largo de 202 episodios. Podríamos decir que esta serie es una revisión moderna y adaptada a una trama de “The twilight zone” merced a su mezcla de paranoia, conspiración, ocultismo, milenarismo, fenómeno OVNI, terror… Al mismo tiempo combinado con ciertos elementos propios del cine negro. Se trató de una serie que consiguió catapultar a la ciencia-ficción televisiva más allá de las aventuras espaciales, consiguiendo estabilizar un nuevo modelo. Fue la serie de mayor longevidad en la TV en su tiempo, aunque no tardó en ser desbancada por otra serie de la que hablaremos más tarde.
Su temática resultó bastante novedosa: Los agentes federales Mulder (David Duchovny) y Scully (Gillian Anderson) son designados a investigar los llamados “Expedientes X”, casos inexplicables que quedaron sin resolver. Fox Mulder es el “creyente”, psicólogo titulado por la Universidad de Oxford, puesto que está motivado por querer resolver el caso de su hermana secuestrada y desaparecida, posiblemente abducida por extraterrestres… Obsesión que le ha valido el apodo de “el siniestro”. Dana Scully, sin embargo, en la doctora forense “escéptica”, que procura explicar científicamente los casos, aunque respeta el trabajo de su compañero. Pronto verán que sus investigaciones apuntan a ciertas tendencias conspirativas llevadas a cabo en las más altas esferas.
Esta serie lanzó al estrellato a sus actores principales… Pero no debemos dejar aparte el respaldo de Mitch Pileggi como el Director Walter Skinner (al que hemos visto posteriormente como el coronel Stephen Caldwell al mando de la nave “Dédalo” en “Stargate: Atlantis”, por ejemplo), o el de William B. Davis, el recalcitrante fumador.
Ahora seguiremos comentando otro intento de reverdecer una vieja gloria… En este caso la idea de “Perdidos en el espacio”, otro conocido clásico. En el 94 se lanzó “Tierra 2”, que sólo llegó a durar 22 capítulos de una única temporada. Nos encontramos en el año 2192, y la raza humana ha emigrado a estaciones orbitales debido a que la Tierra se ha vuelto inhabitable. La exposición prolongada al espacio provoca una epidemia en la población infantil conocida como “el síndrome”… Y la única manera de poder curarlo y asegurar la supervivencia de estos chavales es la colonización del planeta G889, un planeta habitable a 22 años-luz de la Tierra. Pese a la inclusión como personajes recurrentes de actores de la talla de Terry O’Quinn (el conocido John Locke de “Perdidos”) o Tim Curry (Pennywise en “It”, el Dr. Frank’n Furter de “The Rocky horror’s picture show” o el cardenal Richelieu de “Los tres mosqueteros”), la serie se vino abajo, sin gran éxito de crítica y público.
Llegamos al año 1997, fecha en la que se lanza el que ha sido hasta ahora el mayor pelotazo del género en televisión: “Stargate: SG1”, serie basada en la película de Roland Emmerich de 1994. 10 temporadas en otros tantos años (del 1997 al 2007) a lo largo de 214 capítulos… ¡Esta fue la serie que destronó a “Expediente X”!
Pero no es ese el único indicador de su éxito: dos películas (“Stargate: el arca de la verdad” y “Stargate: Continuum”) y otros dos spin-offs (“Stargate: Atlantis” y “Stargate: Universe”) continúan con la historia, utilizando personajes y tramas comunes ya conocidas.
Aquí seremos testigos de cómo el comando Stargate, denominado como “SG-1”, formado por un equipo multidisciplinar y multinacional de militares y científicos, utilizan los portales “Stargate” para desplazarse a otros planetas de forma casi instantánea realizando misiones diplomáticas y de comercio a la par que se despliegan para combatir la amenaza constante de razas alienígenas hostiles, como los Goa’uld.
Esta serie supuso una segunda juventud para el actor Richard Dean Anderson (el conocido McGyver), que asumió el papel protagonista del coronel Jack O’Neill. Otro carismático actor encumbrado por esta serie fue Christopher Judge, en su papel de Teal’C, un jaffa aliado del comando. Otros actores como Amanda Tapping como la doctora Samantha Carter o Michael Shanks como el doctor Daniel Jackson completan el dignísimo elenco.
De aquí saltaremos a otra serie hecha a la antigua usanza, que nos plantea un nuevo tipo de trama: “Farscape”. Estamos ante una serie hecha con marionetas por la mano de Jim Henson, dejando los efectos infográficos exclusivamente para situaciones en las que no queda otra que utilizarlos. Esta fue una serie muy maltratada tanto por las televisiones como por los productores, que no dudaron en cortarla a medias… Duró cuatro temporadas, del 99 al 2003, y se hizo una miniserie posterior (producida por la Jim Henson Company ante el feo plantón de Sci-fi Channel) para cerrar los hilos argumentales cortados.
En los 89 capítulos que tiene la serie nos encontraremos con una trama novedosa en este mundo de la ciencia-ficción televisiva en la que “Farscape” fue pionera: El objetivo no es la exploración, o el mantenimiento de la ley, o la guerra… Es, simplemente, el sobrevivir en un ambiente hostil.
Aquí seguiremos las dichas y desventuras de John Crichton (interpretado por Ben Browder), un astronauta estadounidense que atraviesa accidentalmente un agujero de gusano y es transportado a un lugar indeterminado de la galaxia, donde es recogido por un heterogéneo grupo de prófugos extraterrestre que viajan en Moya, una nave viva de la especie Leviatán… Sus aventuras nacen de la necesidad de huir constantemente de sus perseguidores y de ser testigos de los conflictos interplanetarios e interpersonales entre los miembros de tan variopinta y accidentada tripulación. Una serie entrañable que recibió también un trato injusto.