Mapa de Terramar
Mapa de Terramar

Ursula K. Le Guin (leer entrevista aquí) (Ursula Kroeber Le Guin), nació en Berkeley (California), el 21 de octubre de 1929, en el seno de una familia sin problemas económicos. Las respectivas profesiones de sus padres tendrían un efecto considerable en la joven Ursula: su madre era escritora de cuentos infantiles, y su padre antropólogo. Su educación, eminentemente académica, la llevó a interesarse por la lectura y la escritura, y a los 11 años envió un manuscrito a la conocida revista Astounding Science Fiction, que fue rechazado, pero el hecho nos da una idea del empuje creativo que ya se gestaba en la mente de Ursula. Ingresó en la Escuela Radcliffe de la Universidad de Harvard, en la que se graduó en el año 1951; posteriormente asistió un año a las clases de la Universidad de Columbia, en la que hizo un postgrado de lenguas romances. Tras finalizar este curso, consiguió la beca Fulbright, gracias a la cual pudo viajar y estudiar en Francia, donde conoció al que sería su marido hasta ahora, Charles Le Guin, con quien se casó en 1953 y con quien tendría tres hijos. Más tarde volvió a los EE.UU. y comenzó la que sería una larga carrera literaria.

Esta “gran dama” de la fantasía y la ciencia ficción completa una de las carreras más variadas de estos géneros: desde la poesía hasta los libros infantiles y los ensayos, nada se resiste a Ursula K. Le Guin. A lo largo de su actividad como escritora, ha ganado varios premios Hugo y Nebula, y fue galardonada Gran Maestra por la Asociación de escritores Estadounidenses de ciencia ficción y fantasía (SFWA), la primera mujer en conseguirlo. Ha publicado seis libros de poesía, veinte novelas, más de cien relatos, cuatro colecciones de ensayos, once libros para niños y algunas traducciones poéticas y políticas. Ursula K. Le Guin se confiesa feminista, pacifista y taoísta, y sus obras se tiñen de sus convicciones sutil pero eficazmente. Actualmente vive en Portland (Oregón, EE.UU).

Tras publicar varias historias, su primera novela, El mundo de Rocannon (1966), una obra de ciencia ficción que se convertiría en una serie, continuada por Planeta de exilio (1966), La ciudad de las ilusiones (1967) y la obra que le dio el reconocimiento internacional, La mano izquierda de la oscuridad (1969), con la que ganó un Hugo y un Nebula.

Historias de Terramar: Edición Completa, de Minotauro
Historias de Terramar: Edición Completa, de Minotauro

En 1968 inició su saga más conocida, y por la que entraría en la puerta grande en el género fantástico, tras sorprender en el ámbito de la ciencia ficción. Con la primera novela de la saga, Un mago de Terramar, continuada en 1971 por Las tumbas de Atuan y La costa más lejana, la escritora estadounidense se convirtió en un referente para los amantes del género que J.R.R. Tolkien “reinventó” en 1954 con la publicación de El Señor de los Anillos. La saga continuaría en 1990 con Tehanu, y en 2001 con En el otro viento. Todos los libros de Terramar podéis encontrarlos en la antología Historias de Terramar, Edición Completa, que Minotauro publicó en noviembre de 2006 en una magnífica edición y que tuvo a bien enviarnos.

Tras finalizar su primera etapa con Terramar, Ursula K. Le Guin volvió a resurgir con El nombre del mundo es Bosque (1972), con la que el año siguiente conseguiría el premio Hugo, y Los desposeídos: una utopía ambigua (1974), sin dejar de lado la ciencia ficción, con «La rueda celeste» (1971), «El ojo de la Garza» (1983) y «El eterno regreso a casa» (1985).

El año pasado publicó en España, también de la mano de Minotauro, Los Dones (Gifts), que obtuvo un PEN Center USA de Literatura Infantil en el 2005, y que significa el inicio de la saga de La Costa Oeste (Western Shore), que continúa con Voices (Voces), aún no publicado en castellano, y culminará con Powers (poderes), aún no editado en inglés.

Pese a su completa bibliografía, la saga de Terramar ha marcado a esta prolífica autora, tanto en el terreno mediático como en el profesional. La acertada mezcla de misticismo y contenido social y humano, tan ajeno en muchas obras de fantasía o ciencia ficción, convierte a Ursula K. Le Guin en un referente muy valioso, y a menudo alejado de la épica que domina a casi todos los autores de estos géneros. En Terramar el protagonismo se aleja de las batallas tradicionales, de los consejos de los reyes, de las espadas de los héroes, para depositarse en el desarrollo social y humano de un mundo en constante peligro. Criaturas fantásticas, magos, brujas, reyes corrompidos y gente sencilla ocupan la narración y ponen las bases del ideario fantástico de la saga. Las victorias no se conquistan con la fuerza de las armas, sino que los protagonistas han de utilizar todo el caudal de su saber y comprensión para salvarse del peligro.

Ursula juega continuamente con conceptos tan universales como la ambición, la ecología sostenible, la crítica social y la maduración. Terramar basa su supervivencia en un acertado equilibrio de sus habitantes con el medio donde viven. El poder reside en las palabras: un mago ha de conocer el “auténtico nombre” de un objeto o persona para influir sobre él, y el más poderoso es aquel que puede adivinar el nombre verdadero que durante la Creación se asignó a cualquier objeto en la lengua universal: las nubes, el mar, cada colina y región tienen sus nombres verdaderos, y hay que conocer cada uno para influir sobre los elementos. El mundo de la magia “verdadera” se centraliza en la Isla de Roke, una comunidad de magos que a la vez es escuela, y a donde van los muchachos con “habilidades” para aprender sobre el equilibrio del mundo y como dominar a las criaturas que lo pueblan. Precisamente Gavilán será uno de los alumnos de Roke, y a través de él entenderemos Terramar y las complejas relaciones que rigen los poderes que la dominan.

Ursula K. Le GuinPese a que la primera novela fue calificada en su día de “juvenil”, el mundo de Terramar es un lugar duro e inhóspito, donde la crueldad es moneda común. Los magos son la base del tejido social de los pueblos del archipiélago, y su poder asiste a la gente común: labriegos y aldeanos veneran a los alumnos que salen de Roke, conscientes de la inestimable ayuda que representan en la vida común. Junto a su poder, eminentemente masculino, en Terramar también existen las “brujas”: mujeres con ciertos poderes que se ven apartadas por los hombres de Roke del saber común, y son consideradas por éstos como un peligro para el equilibrio del mundo, gentes iletradas y peligrosas que no entienden el “verdadero poder y equilibrio del mundo”. Este es otro de los temas centrales de Terramar, la contraposición entre los poderes masculinos y los femeninos, la eterna lucha de género por el poder y la influencia en un mundo cambiante. El abismo insalvable entre ambas visiones del mundo en Terramar es utilizado por Ursula para establecer paralelismos con nuestro propio mundo de forma sutil.

Pese al enfoque social de las historias de Terramar, la acción forma parte esencial de los libros. El lector no debe esperar batallas brutales de grandes ejércitos, sino que a menudo los duelos personales de hechizos entre magos, hechiceros, brujas o dragones son la base de la lucha de poderes, y a menudo una palabra o una acción meditada es suficiente para decantar la victoria a favor de unos u otros. Terramar está poblada de protagonistas carismáticos, personajes que por sí solos sostienen una narración, y sin duda Gavilán es el principal de ellos, pero no el único. A través de los diferentes libros que conforman la edición de Minotauro encontraremos distintos escenarios, aventuras sombrías y peligros constantes que engancharán al lector desde las primeras páginas. Nada puede darse por sentado en el archipiélago, y a menudo, cuando un peligro es evitado, otro viene a tomar su lugar. El delicado equilibrio de Terramar cambia, y un nuevo y desconocido estado de cosas viene a sustituirlo.

La prosa de Ursula K. Le Guin es preciosista, sincera y no se entretiene en complicadas descripciones de lugares o culturas, sino que nos describe Terramar con los ojos de cada uno de los protagonistas y su relación con el medio en el que habitan y sufren. Tampoco la autora se recrea en ningún momento en las emociones, sino que anima al lector continuamente a seguir leyendo, renovando el interés en cada párrafo. La sinceridad con la que trata a sus personajes evita que el lector los mitifique demasiado, lo que incluso los convierte en más humanos, sin duda el principal hecho responsable de su éxito. Precisamente ahí radica la diferencia entre Ursula y Tolkien y otros muchos autores que siguieron al autor británico y a su éxito de crítica y público. El proceso de maduración personal que continúa durante toda la saga ve su reflejo en los cambios en el equilibrio que rige Terramar, y que hacen evolucionar también al mundo que describe Ursula.

Ged en Miralejos
Ged en Miralejos

Su éxito animó a Hollywood a adaptar sus obras, al igual que sucedió con Tolkien y su trilogía de “El Señor de los Anillos” y la rumoreada película de El Hobbit. Rob Lieberman dirigió una miniserie sobre Terramar que se estrenó en el canal estadounidense Sci Fi en 2004, y que resultó ser un intento fallido de adaptar la obra maestra de Ursula K. Le Guin. La misma autora renegó de esta producción, que cambiaba “demasiadas cosas” y desvirtuaba el ideario de la saga. En España llegó a la televisión de la mano de Antena 3 en 2005, y tampoco interesó demasiado a los fans de Terramar, que vieron en ella una confusa visión de los libros. En julio de 2006 se estrenó Gedo Senki, de Studio Ghibli, dirigida por el hijo del maestro de la animación Hayao Miyazaki, Goro Miyazaki, que adapta “La costa más lejana”, el tercer volumen de la saga. Aún no se sabe cuando se estrenará en España, pero se murmura que llegará para 2008. En esta ocasión, también Ursula se mostró disconforme con el resultado. La mejor adaptación cinematográfica de Terramar aún está por llegar.

A continuación reseñamos brevemente cada uno de los libros, sin mostrar demasiado su trama, aunque recomendamos leérselos directamente:

Un mago de Terramar:

Duny, un niño que habita en la aldea de Diez Alisos en la isla de Gont, vive plácidamente en un entorno rural sin demasiadas preocupaciones, pero un día escucha como su tía, la bruja de la aldea, gobierna a las cabras con palabras. Duny, intrigado, hace lo mismo que la bruja, pero las cabras comienzan a perseguirle hasta la aldea. Allí, por primera vez su tía se da cuenta del poder que habita en el niño y empieza a iniciarle en sus artes. Por medio de las palabras influye en el mundo, aunque de forma algo tosca, pero efectiva para sus necesidades. Duny aprendió primero a dominar a las bestias y a las aves, y sus vecinos acostumbraban a verle a menudo rodeado de aves de rapiña, que revoloteaban en torno suyo. De este modo, comenzaron a llamarle Gavilán, uno de los nombres que conservaría toda su vida.

Un día, soldados del imperio de Kargad irrumpen en las costas e invaden su aldea, pero Gavilán, sorpresivamente, aún un niño, declama un conjuro llamado “tramanieblas”, para esconder el camino a la aldea de los kargos. Pero éste no solo consigue levantar la niebla, sino que acosa a los soldados enemigos con formas construídas con ella. Gracias a ello, muchos hombres de las aldeas vecinas pudieron unirse y combatir a los invasores hasta que no quedó ni uno.

Pero Gavilán, pese a salir físicamente ileso, cae enfermo por agotamiento: el conjuro era demasiado para su joven cuerpo y sus poderes casi inexplorados. Lo llevan ante la bruja pero ésta no puede hacer nada, pero la historia de su hazaña había ya corrido por toda la isla de Gont, hasta llegar a oídos del mago Ogión el Silencioso, de grandes poderes y mayor sabudiría, que le cura al instante. El mago, consciente de que Gavilán podría convertirse en el más grande, decide tomarlo como aprendiz. Pero antes ha de recibir su verdadero nombre.

Gavilán pasa por la Ceremonia del Pasaje, en la que es despojado del nombre que su madre le dio al nacer y recibe uno nuevo, el verdadero: Ged. Tras su paso por las heladas aguas del lecho del Ar, su nombre le acompañará ya por siempre y será la llave del poder que otros tengan sobre él. Ged viaja con Ogión a su aldea, con el fin de aprender las artes mágicas, pero tras un tiempo pierde la paciencia y el mago le propone una alternativa: la isla de los magos de Roke, donde existe la escuela de magia más importante de Terramar. Allí podrá avanzar más deprisa en las enseñanzas secretas, y empezará a conocer el delicado equilibrio que la magia mantiene con el mundo físico. Una vez allí, durante una fanfarronada con otro estudiante, Ged desata una sombra, un poder secreto, que se abalanza sobre él para adueñarse de su vida, y que ya le perseguirá por siempre.

Las tumbas de Atuan:

Una niña llamada Tenar es llevada a las Tumbas de Atuan, en la isla del mismo nombre del reino de Kargad. Nació la misma noche en que la última sacerdotisa de las Tumbas murió, y es reconocida por los enviados del templo como su reencarnación. Al llegar, le despojan de su nombre y le dan un apodo, Arha, “la devorada”. Arha ya no tendrá un nombre verdadero, pues el pueblo de Kargad no rinden culto a la magia de la isla de Roke, y no tienen “nombres auténticos”.

Fotograma de Gedo Senki, de Studio Ghibli
Fotograma de Gedo Senki, de Studio Ghibli

Al cumplir los trece años, rodeada de servidoras, Arha deja de ser una niña y comienza a asumir sus deberes como nueva sacerdotisa de las Tumbas de Atuan, donde se rinde culto a Los Sin Nombre. Las tumbas están formadas por inmensas galerías y criptas donde se oculta un tesoro, una ofrenda a los Sin Nombre, y tan solo Arha tiene pleno acceso al complejo subterráneo. Las sacerdotisas y los eunucos pueden entrar a determinadas salas, pero tan solo ella puede traspasar todos los umbrales. Sin embargo, sus entradas a las Tumbas ha de hacerlas sin luz alguna, por lo que se ve obligada a tantear cada galería y recoveco. Poco a poco comienza a manejarse en ellos, y en una de sus correrías descubre a un hombre, un intruso, que pretende mancillar el templo subterráneo de los Sin Nombre. Arha se verá obligada a capturarle, aunque al mismo tiempo le fascine un hombre tan osado.

La costa más lejana:

Arren, el joven príncipe de Enlad y heredero del trono de Morred, llega a la isla de Roke enviado por su padre: algo inquieta a las gentes de los Confines, los magos ya no tejen encantamientos, la gente olvida sus oficios y sus cantos y enloquece, los animales enferman, las leyes ya no rigen la voluntad de los hombres y las palabras verdaderas están perdiendo su poder. El equilibrio que rige Terramar está deshilachándose, y el caos es ahora ley.

Ged y Arren parten juntos en su barca Miralejos por todos los confines del archipiélago, intentando descubrir la causa de los males que ahora afligen al mundo. En su camino, se topan una y otra vez con las consecuencias de la pérdida de la magia y ponen en peligro sus vidas. Muchos habitantes de las islas son adictos a una terrible sustancia, el hazia, que provoca el olvido de los nombres y el sometimiento de la mente a una voluntad externa, y Ged y Arren comienzan a sospechar que alguien o algo está detrás de los cambios que se han producido en Terramar.

Tehanu:

Tenar, viuda del granjero Pedernal, vive en Gont y tiene dos hijos, y su mente navega continuamente hacia el pasado mientras atiende su hacienda. Un día, descubre a una niña en el campo medio quemada: un grupo de hombres la violó, la golpeó y la arrojó a las llamas, creyéndola muerta. Tenar la adopta y le da un nombre: Therru. La niña crece huraña y temerosa de la gente que no conoce, pero sobre todo está marcada, y no solo por sus quemaduras faciales. Los lugareños la evitan y temen su pasado y sus cicatrices.

Ambas se trasladan a la casa de Ogión, el maestro de Ged, ya muy anciano y apunto de morir, para asistirle en sus últimos días. Tras la muerte de éste, Tenar y Ged volverán a encontrarse, ambos con su propia herida a cuestas, e intentarán curarse mutuamente en compañía de Therru, como en los viejos tiempos.

Este libro marca un punto de inflexión en la saga, orientado hacia un escenario mucho menos mágico y más social y adulto. La autora deja de lado los “grandes asuntos” de palacio para mostrar la intimidad de dos personajes heridos, y las muescas que la vida va dejando en cada uno de nosotros.

En el otro viento:

Aliso, un hechicero capaz de enmendar objetos dañados, comienza a tener sueños lúgrubres, en los que su mujer muerta intenta atravesar el Muro de los Muertos para escapar del otro lado. Incluso los muertos le piden “ser liberados”. Desesperado, Aliso acude a Roke, pero el Maestro de las Formas, Azver, le envía a Gont, en busca de Ged. Pero éste, tras pasar unos días con él, le envía a su vez a Havnor, donde podrá hablar con su hija Tehanu.

Al mismo tiempo, los antiguos dragones han despertado de nuevo, y se dedican a asolar Terramar, reclamando sus antiguos territorios. En Havnor, el Rey Lebannen, junto con Tenar, Tehanu y el propio Aliso, tendrán que liberarse de la terrible amenaza que se cierne sobre ellos. Al mismo tiempo, el Rey de los Kargos ofrece a Lebannen a su hija como esposa.

Esta es, presumiblemente, la última de las aventuras de Ursula K. Le Guin y el universo de Terramar. Tras el paréntesis en la acción del anterior libro de la saga, en esta quinta parte vuelve la magia con renovado esplendor.

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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