Portada de "El bosque de los mil ojos" de Frances Hardinge.
Portada de "El bosque de los mil ojos" de Frances Hardinge. | Fuente: Editorial Bambú.
Portada de "El bosque de los mil ojos" de Frances Hardinge.
Portada de «El bosque de los mil ojos» de Frances Hardinge. | Fuente: Editorial Bambú.

Lo desconocido da miedo, la desesperanza paraliza, pero, ¿hay algo que pueda detener a una niña empecinada en salvar a los suyos y regresar a casa? El bosque de los mil ojos es una novela infantil de aventuras que se sumerge en lo perdido, lo escondido y lo esperado. Escrita por Frances Hardinge, la historia cuenta con la traducción de Noemí Risco Mateo y la publicación editorial de Bambú. Además, las ilustraciones en negro, blanco y verde tienen la firma de Emily Gravett, reconocida por su trabajo en libros infantiles.

La historia comienza en el último tramo en pie de El Muro, La Puerta del Hombre Gris, donde una resiliente y pequeña comunidad trata de sobrevivir como buenamente puede. Pluma quiere ser una más, pero eso no encaja del todo con su infinita curiosidad. Sin embargo, cae en una trampa. Se ve en la obligación de cruzar las ruinas y el peligroso bosque en busca de aquello que ha perdido.

Existe valentía en la ignorancia y miedo en el conocimiento. Es precisamente por esa razón que, para muchos adultos, los componentes de terror de esta novela son evidentes desde el principio. Un mundo en el que incluso los niños tienen que jugarse el pellejo para buscar comida, donde una mala pisada puede terminar, con suerte, con una muerte rápida contra el suerte. O bajo las garras de ese bosque que no para de crecer y ansiar devorar lo que queda de la humanidad.

A Pluma no le asusta todo esto porque forma parte de su vida diaria. Sin embargo, no es muy difícil que tú, como persona adulta, vea todos los peligros a los que esta niña se enfrenta nada más despertar.

Pese a ello, para los lectores más jóvenes, El bosque de los mil ojos es una historia con aventuras apasionantes, buen ritmo, secretos del pasado y promesas de futuro. Para ellos el terror del bosque no se evidencia hasta después, en un pasaje que recuerda al miedo y la desesperanza que sufre Alicia al verse perdida en el País de las Maravillas.

Pluma es intrépida, curiosa y valiente, pero eso no evita que aparezcan las dudas y el miedo. Y verte de repente, sola, en un paraje lleno de peligros y con la posibilidad de ser el aperitivo de algún bicho no es el entorno ideal para calmar los nervios.

Aún así, la protagonista se abraza a ese miedo para sobrevivir sin dejar que la domine. Sabe que si lo hace no podrá continuar su camino. Así, Pluma va superando retos, adversidades y, más aún, descubre que su comunidad no es la única que queda sobre La Tierra. Todos piensan que son los últimos, incluso hay un grupo que se denomina así mismo «El Ultimo Bastión». Algunos se las han arreglado para salir adelante, otros, en cambio, están vivos de milagro. O por haberse conseguido un sistema inmune de hierro después de beber únicamente agua estancada.

Cada comunidad que habita su porción aislada de El Muro ha cultivado sus propias habilidades para sobrevivir. Todo en base a sus conocimientos y a los recursos más próximos con los que contaban. Pero esos lugares acogedores no la detienen de su misión, que la lleva más lejos y profundo de lo que jamás creyó posible.

El bosque de los mil ojos es una novela infantil de aventuras bellamente ilustrada y que, mediante su protagonista, narra una historia de empatía, tenacidad y resiliencia.

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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