El pasado 20 de marzo Ediciones Freya publicaba “Quererte.net”, la última novela de Cristina Prieto Solano (a la que quizás conozcáis mejor como Nana Literaria por su faceta de booktuber). Un título enmarcado en la literatura juvenil y el romance (y también con un toque de ciencia ficción) que, sin embargo, sorprende por su premisa.
La historia nos traslada a Matriz, un Madrid futurista donde las valoraciones externas y el perfeccionismo son los nuevos estándares de la sociedad. Unos estándares que afectan mucho a la autoestima de Camilla. Hasta que, navegando por internet, la joven encuentra lo que parece ser la solución a sus problemas de autoconfianza: Quererte.net, un curso que promete hacer que se enamore de sí misma. Pero una vez ha conseguido el dinero para comprarlo, el curso resulta no ser lo que parecía. ¿Acaso es un timo? ¿Y quién esa esa persona que le habla a través del chat de la aplicación?
Mientras intenta resolver este nuevo problema, Camilla debe lidiar a su vez con los típicos de una chica adolescente: el instituto, las expectativas de sus padres, un inesperado evento familiar, y un concurso literario en el que termina haciendo equipo con Anna, la chica de la que está enamorada en secreto.
Lo primero que me llamó la atención de esta novela es que, lejos de parecer una típica historia de romance adolescente, se centra en el amor hacia uno mismo. El mismo título nos lo cuenta. Esta fue la razón de que decidiese darle una oportunidad (ya que no suelo leer mucha romántica pura), y debo decir que fue todo un acierto.
Resulta, por tanto, muy fácil empatizar con ella, ya que todos en su momento nos sentimos así en mayor o menor grado (que levante la mano quién nunca ha tenido algún problema con su autoestima).
La trama se centra fundamentalmente en la peculiar metodología de Quererte.net, y, por lo tanto, en el crecimiento personal de Camilla. El misterio está bien manejado en sus inicios, dando paso más adelante a una inquietud cada vez más intensa sobre lo que sucederá, hasta una resolución muy satisfactoria y que al mismo tiempo da un poco de pena.
Mientras tanto, van desarrollándose el resto de las subtramas, cada una más interesante que la anterior, que nos presentan a su vez a los demás personajes. Por un lado la familia de Camilla, sus padres (de los que la separa un grueso muro de incomunicación) y su abuela Yeyi, una señora un tanto excéntrica pero con ganas de dar mucha guerra y a la que resulta imposible no adorar.
Por el otro, sus dos mejores amigos, a los que terminan uniéndose Anna y otra chica para afrontar un concurso cuyo premio es un libro en papel. Así, juntos deberán resolver las pistas repartidas por todo Matriz al tiempo que se preocupan por sus estudios, su futuro y sus respectivos amoríos. Esta subtrama está muy bien pensada, con acertijos complejos que involucran elementos históricos de la ciudad, y consigue que te emociones cada vez que los chicos resuelven uno. Además, es el lazo que une a Anna y Camilla, lo que las permite pasar más tiempo juntas y hace avanzar la parte más romántica de la novela.
A esta inmersión también ayuda la humanidad que despide cada uno de sus personajes. Todos cuentan con su propia voz, sus puntos fuertes y débiles y su historia al margen de la protagonista, estén estas más o menos desarrolladas.
Por otra parte, la obra tiene su punto esperanzador, ya que en su realidad no existe la discriminación racial ni la lgbtfofia, y es bonito pensar en un futuro donde desaparezca el odio hacia otras personas por cualquier tipo de diferencia. Me parece muy importante abogar por textos en los que estos temas se traten con absoluta normalidad y respeto. Para ello, y aunque resulte duro decirlo en pleno 2020, aún es muy necesario que los creadores introduzcan personajes raciales, del colectivo lgbt+ o con diversidad funcional, entre otros, para que estas personas se vean reflejadas en nuestra cultura, y encuentren en ella sus referentes.
A nivel más técnico, la prosa de Cristina Prieto es clara, directa y sencilla, cosa que en los primeros capítulos me escamó un poquitín pero a lo que enseguida me acostumbré. Por otra parte, tiene todo el sentido del mundo ya que está narrada a través de la voz de Camilla (y en presente, para quienes estéis poco habituados).
No puedo hablar mucho de la edición de Freya, ya que mi ejemplar es digital, pero debo mencionar su preciosísima portada, obra de Katia Meraki. Por lo que he visto en redes sociales el libro en físico tiene muy buena pinta. En cuanto al ebook, se nota cuidado y con una buena maquetación, sin erratas que te saquen de la lectura.
En definitiva, “Quererte.net” va mucho más allá de la típica novela romántica de chica conoce chica o del triángulo amoroso. Nos da un mensaje mucho más importante: que para enamorarse, para querer a otra persona, primero hay que aprender a aceptarse a uno mismo. Una lección valiosísima sobre la que muchos adolescentes (y también adultos), deberíamos reflexionar.
Me voy a permitir cerrar la reseña con una cita que, como los últimos capítulos de la novela, me emocionó hasta el tuétano:
“Quered con fuerza y quered bien. Y no dejéis que os devuelvan ese amor de ninguna otra manera”.
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