Dragon Quest Treasures – Análisis

Como estamos viendo últimamente en el mundo del videojuego, ahora, Dragon Quest: Treasures, también ha recibido un port para PC a través de la plataforma de Steam. Las aventuras de los jóvenes Erik y Mia pasaron con bastante éxito por la híbrida de Nintendo, un juego pegadizo de principio a fin que hace las veces de spin-off de uno de los mejores juegos de la franquicia: Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido.

Dragon Quest Treasures cumple con creces

Aunque está claro que no tiene el nivel de un título principal de la saga, sí que cumple muy bien su papel como obra complementaria. En ese sentido, ofrece justo lo que promete: una experiencia divertida, entretenida y amena que nos brinda nuevos detalles sobre la premisa original, pero sin la necesidad de conocerla para poder disfrutar de la experiencia. Es decir, no necesitamos haber jugado a Dragon Quest XI para disfrutar de Dragon Quest Treasures.

Como os hemos comentado anteriormente, Dragon Quest Treasures es una precuela de la undécima entrega de la franquicia, y nos cuenta la historia de unos jóvenes Erik y Mia. Debido al arduo deseo de los chicos por explorar el mundo, estos deciden escapar del barco vikingo donde vivían desde pequeños. Tras rescatar a Porcus y Púrsula, dos seres mágicos alados, llegaremos a una isla misteriosa donde encontraremos dos dagas de dragón que nos teletransportarán hasta Draconia, una tierra repleta de dragones y tesoros… muchos tesoros, una de las cosas que más feliz hace a nuestros protagonistas.

Jugabilidad poco novedosa pero efectiva

En cuanto a jugabilidad, Dragon Quest Treasures nos permite jugar como cualquiera de los dos hermanos según la parte de la historia en la que nos encontremos. A diferencia de los títulos principales de la franquicia, aquí los combates son a tiempo real. Tendremos que hacer uso de nuestra daga para acabar con nuestros rivales, sirviéndonos de la ayuda de nuestros fieles monstruos de compañía que nos guiarán en todo momento.

Como ocurre en otros títulos de Dragon Quest, aquí también podremos reclutar a toda clase de criaturas del universo de la saga. Estas no solo nos ayudarán en combate, sino que también nos servirán para desplazarnos por el mundo abierto volando, saltando, planeando, etc…

El atractivo principal de su jugabilidad lo tenemos (como indica el propio título) en la caza de tesoros. Por el mundo encontraremos todo tipo de botines gracias a la ayuda de nuestros compañeros. Aunque pueda volverse algo repetitivo a la larga, resulta bastante divertido ir por ahí desenterrando cofres tanto de la historia como de nuestros amigos y buscándolos por el mapa.

Al poder visitar muchos lugares y poder aliarnos con muchos tipos de monstruos, la exploración cobra mucho peso. Forma parte del gameplay y no se hace pesada, además, la sensación de recompensa es bastante alta.

Un juego precioso en su apartado audiovisual

Como ocurre con el resto de juegos de la franquicia, Treasures no iba a ser menos y ofrece a sus jugadores lo que llevamos viendo años: unos gráficos animados por Akira Toriyama con una paleta de colores y unos paisajes preciosos.

Su rendimiento en la versión de PC, que es la que estamos analizando, ha mejorado considerablemente con respecto a la de Switch. Posiblemente este salto técnico y cualitativo a PC sea lo más destacable de Dragon Quest Treasures. Pero… al César lo que es del César, la versión de Switch está muy bien, es un placer a los mandos, aunque su apartado técnico sea limitado.

En la versión de PC, la tasa de frames por segundo no solo es más alta (se llega muy fácilmente a los 60 FPS), sino que además es más estable. En general, el juego está bastante bien optimizado, por lo que es fácil que obtengamos buenos resultados sin tener un PC demasiado potente. Aparte, le han dado un upgrade gráfico bastante evidente. Lo podemos ver en casi todas las texturas, en el perfil de los personajes y en los mismos escenarios.

Conclusiones de Dragon Quest Treasures

Si sois amantes de la franquicia Dragon Quest, Treasures es un título casi obligatorio. Aunque carece de una historia sólida como hemos visto en otros juegos de la saga, sus mecánicas hacen de él un juego super divertido y que nos mantendrá durante horas pegados a nuestro monitor.