«Por qué matan las mujeres», un capítulo cargado de dinamita

Por qué matan las mujeres, la tragicomedia de humor negro creada por Marc Cherry nos traslada a finales de los años cuarenta con su segunda temporada. Ya está disponible en HBO el segundo capítulo de la serie.

Si te pilla de nuevas, te comento brevemente lo que nos promete esta temporada. Junto a Alma, interpretada por Allison Tolman, una ama de casa que se siente invisible de cara el mundo, y Rita, interpretada por Lana Parrilla, la que Alma considera su ideal y una figura totalmente ajena a ella;viviremos cómo la magia del Hollywood de finales de los cuarenta no es tan glamuroso como lo puede parecer, que es más purpurina que verdaderas ilusiones y con unos ideales tan marcados que provocan un contraste evidente en la sociedad en que se mueve.

Ya habíamos comentado en la reseña del primer episodio que el objetivo principal había sido plantar bombas sin cesar, con precisión milimétrica. El problema de ello es que sabes dónde están las bombas, pero no quién las va a accionar y si sabrá salir con vida de ello. Una cosa puedes tener clara, los personajes sudarán la gota gorda, darán giros que ni siquiera se le pasarían a uno por la cabeza y, francamente, te tendrán en vilo viendo como se van embarrando cada vez más y más las cosas. Por ahora la pendiente no es muy empinada, pero lo malo del lodo es que es difícil de escalar y muy fácil que te arrastre con él.

Lana Parrilla vuelve a merendarse el episodio con una interpretación memorable llena de sueños perdidos, esperanzas inalcanzables y palabras envenendas. Cada minuto que aparece en pantalla es imposible no estar atenta a cada una de sus palabras y acciones, viéndola danzar entre los giros de guion mientras te sonríe por encima del hombro y te promete sucumbir a su dominio.

En el capítulo anterior se nos presentaron a todos los personajes principales, pero surgen más sorpresas en el desarrollo de este y cómo se empiezan a relacionar entre sí, algunas de forma previsible, otras llenas de sorpresa. Pero esa información me la guardo para cuando desees verlo.

Con un segundo episodio de sucesos explosivos, diálogos venenosos y enredados, las idas y venidas cada vez más contrastadas entre las protagonistas que, al final, nos demuestra que da igual cómo te ganes la vida, puedes acabar igualmente en la mierda, la dramedia mantiene el tono que promete. Ahora, habrá que esperar a la semana que viene.