Pokémon Espada y Escudo: La Isla de la Armadura

Tras un lanzamiento repleto de críticas por los problemas técnicos y los recortes en el contenido, Pokémon Espada y Escudo ya están listos para recibir la primera de las dos expansiones que todos los jugadores podrán disfrutar durante este 2020. En este caso, La Isla de la Armadura nos invita a explorar y capturar a más de 200 pokémon que no estaban presentes en el juego original.

Explorando un nuevo territorio

La Isla de la Armadura parece ser el primer paso de Game Freak para dar solución a algunos de los problemas que presentó el juego base y que muchos usuarios criticaron durante su lanzamiento, concretamente el de la exploración y el diseño de niveles.
Esta expansión renuncia definitivamente a las rutas tradicionales heredadas de los juegos en 2D que, con el paso del tiempo, se habían convertido en meras líneas rectas que debíamos recorrer combatiendo, una y otra vez, contra entrenadores que no suponían ningún reto para el jugador. En esta ocasión, toda la Isla de la Armadura es una gran zona abierta que sigue la misma formula que el Área Silvestre del territorio de Galar pero que cuenta con un diseño mucho más pensado y complejo que el primero. Así, durante nuestro viaje encontraremos todo tipo de entornos, muchos más desvíos y caminos secundarios, cuevas, bosques, playas y otros entornos que nos invitan a seguir caminando y capturando criaturas sin descanso.

Como decíamos, la isla cuenta con más de 200 nuevas criaturas que podremos capturar y, esta vez sí, sentiremos que tendremos que explorar hasta el último rincón del nuevo territorio si queremos hacernos con todos. Game Freak ha aprovechado la ocasión para recuperar a muchísimos pokémon clásicos que los jugadores echaban de menos y que ahora podremos capturar y entrenar sin ningún problema. De esta forma, y teniendo en cuenta que con la segunda expansión se añadirá otro buen puñado de criaturas clásicas, casi tendremos a los 900 pokémon disponibles en esta edición.

Una historia breve

A nivel argumental, La Isla de la Armadura nos presenta una nueva historia que podremos completar en unas tres horas en las que Kubfu, un nuevo pokémon legendario, es el principal protagonista. No vamos a desvelar nada de la historia, pero si podemos adelantaros que es entretenida y nos invitará a explorar la isla para completarla.
Además, una vez que completemos la historia podremos participar en la Prueba Ceñida, un desafío para los que busquen un reto algo mayor en el que tendremos que participar en una serie de combates siguiendo unas reglas especificas que nos pondrán en aprietos en más de una ocasión.

Por desgracia, salvo el desafío de la Prueba Ceñida, esta expansión vuelve a sufrir el mismo problema de falta de dificultad del juego base. Es muy probable que muchos jugadores prueben esta expansión después de completar la historia original y, en ese caso, la dificultad será anecdótica. Los combates serán un auténtico paseo y, en el mejor de los casos, encontraremos pokémon al nivel 60 mientras los nuestros pueden estar al 100.

Continuan los problemas técnicos

Donde La Isla de la Armadura no ha cambiado es en su relación con los problemas técnicos. El popping vuelve a ser el protagonista de un juego AAA del catálogo de Nintendo Switch en el que es una constante ver aparecer árboles, flores y piedras a nuestro alrededor. Además, si jugamos conectados a internet, las caídas de frames serán continuas y los tiempos de espera hasta encontrar jugadores en algunas raids es, simplemente, desesperante.

La parte positiva es que, como comentábamos antes, el diseño de escenarios ha mejorado visiblemente. Esperemos que Game Freak aproveche el tiempo y sea capaz de crear un motor gráfico decente de cara a la próxima entrega principal de la franquicia.
En lo que respecta al apartado sonoro, el juego sigue cumpliendo con nota como lo lleva haciendo desde hace más de 20 años. Las melodías acompañan a la perfección durante la aventura y los efectos de sonido mantienen su tónica habitual.

Conclusiones sobre La Isla de la Armadura

Aunque su dificultad y apartado gráfico continua muy por debajo de lo aceptable, el diseño de la isla, los nuevos pokémon y la sensación real de exploración convierten a esta primera expansión en un aperitivo muy apetecible que nos prepara para Las Nieves de la Corona que llegará antes de que acabe el año con un nuevo contenido más centrado en el combate.