Lemon Cake – Análisis

En una industria en la que abundan videojuegos del género de acción, los deportes y plataformas, a veces simplemente necesitamos sumergirnos en una experiencia mucho más idílica y calmada como puede ser Lemon Cake. Desarrollado por Cozy Bee, esta entrega nos desafía a sacar adelante una adorable pastelería, una labor que parece sencilla pero que tiene mucha miga detrás.

*El siguiente análisis ha sido realizado gracias a una copia para PlayStation 5 facilitada por Cozy Bee.

¡Enciende los fogones y manos a la masa!

La premisa de este tipo de juegos suele ser muy sencilla: creas tu avatar repostero y a poner las manos en la masa para sacar adelante el negocio. Gestionar este local es muy sencillo, no tiene realmente ninguna complicación y nos recuerda a esos primeros minutos en cualquier juego de gestión de cocina de móviles, es entretenido, sencillo pero algo frustrante a la larga.

Todo tiene un inicio y en esta aventura de simulador de pastelería comenzaremos con lo más básico. Una cocina con un horno, tres recetas y una mesa para servir dulces y postres a nuestros clientes. Las mecánicas son muy sencillas y enseguida nos haremos con ellas. Comenzaremos con pocas recetas, las cuales podremos ir cocinando siguiendo unos sencillos pasos. Sin embargo, tenemos que estar pendientes de muchos factores, nadie dijo que gestionar un negocio fuese sencillo.

Debemos tomar comandas a los clientes, cocinar su postre y mantener limpias todas las instalaciones. Todo muy razonable y lógico pero, según vamos avanzando, se puede hacer un poco pesado. Lemon Cake no es que sea un juego difícil, pero sí que puede ser algo repetitivo a la larga. El precio de las mejoras es bastante alto y los ingresos muy bajos, por lo que vamos a tener que jugar muchas horas para mejorar nuestro negocio.

Una aventura divertida pero también desafiante

Lemon Cake es un juego muy divertido pero un poco desafiante, va a poner a prueba nuestra coordinación, gestión y también nuestra paciencia. Lo que comienza como una aventura muy tranquila, puede convertirse en una experiencia bastante estresante. Vamos a tener a nuestro pobre repostero corriendo de un lado para otro para llevar todo el trabajo adelante.

Comprar mejoras es indispensable para que negocio prospere, pero también para obtener beneficios que mejoren la calidad de nuestro trabajo y la percepción de nuestros clientes. Todos los factores importan y entre ellos está el del menú. Repetir los mismos dulces penaliza de alguna manera, pues nuestros clientes vienen buscando la variedad y si no la encuentran se verá reflejado en nuestros ingresos. Tampoco recibiremos ninguna propina si no ven saciados sus dulces deseos.

Aunque comprar mejoras nos va a llevar un tiempo, desbloquear nuevas recetas será más rápido. Debemos escoger con cabeza porque cada una tiene un precio concreto y un proceso diferente de realización. La jornada laboral se hace muy corta y debemos elegir bien qué ponemos en nuestro menú para que nos dé tiempo y sea más rentable. Desde luego, es un juego muy completo y encontramos una gran selección de dulces que van desde bollería de lo más variada, pasando por numerosas tartas hasta postres helados. Desde Fantasymundo no recomendamos jugar a este título con el estómago vacío, es altamente posible que os entre hambre.

Una dulce y recomendable propuesta indie

En cuanto a su apartado artístico es muy sencillo y tiene un arte  de dibujo animado que lo hace visualmente bastante adorable. Además, el juego llega con subtítulos en varios idiomas, entre ellos el castellano. Quizá como punto negativo, destacaríamos que las animaciones de los personajes son un poco básicas y la música se hace algo repetitiva y cansina.

Sin duda, estamos ante una entrega perfecta para pasar el rato,  su ligera dificultad que no te permite acceder a las mejoras de forma rápida, hace que no se quede en un juego que te pasas en unas cuantas horas y te olvidas. Sin duda, es una dulce propuesta en el mercado de los juegos indies, apta para los más golosos que simplemente quieran pasar el rato como repostero.