“Las lunas de Sartre” o la rebelde órbita de una exiliada y una prófuga

Las lunas de Sartre entran en conexión con el lector gracias a su pequeño mundo delicadamente detallado, sus personajes carismáticos y la rueda del destino que arrasa con todo al empezar a girar a cada vez mayor velocidad. La novela de literatura fantástica y de aventuras escrita por Vanessa R. Migliore llega gracias a la publicación de Editorial Hidra.

Sarte es una ciudad que se extiende desde los confines del cielo hasta la profundidad de la tierra. Las lunas otorgan a la ciudad luz, vida y poder y, mientras algunos pueblan las calles como si ese paraíso no tuviera fin, otras se han visto en la obligación de protegerlo: como Sigrid, cuyos dones la han arrastrado a un camino sin voz ni voto. Mientras, los que habitan bajo tierra, marginados y con la pobreza mordisqueándoles los tobillos, subsisten como buenamente pueden, como le sucede a Rhea. Ambas continuan sus vidas, siguiendo la rutina marcada como un peso sobre sus cabezas. Todo hasta que un terrible asalto sacude la ciudad amurallada de Sartre y lo cambia todo.

Uno de los mayores puntos fuertes de la novela se encuentra en los personajes. Aunque empezamos la aventura con Sigrid y Rhea, poco a poco se irán uniendo más y más personas que nos harán ver Sartre con otros ojos. Cada uno de ellos está perfectamente delineado en su carácter, su historia, las capas profundas que los hacen ser quienes son. Está tan bien hecho que fácilmente puedes imaginar a los personajes en un contexto distinto al de la historia y saber cómo actuarían, pensarían o reaccionarían.

El problema que acarrean estos personajes tan potentes es que al ponerlos juntos, la balanza se desequilibra y no terminan siempre de encajar.

La interacción entre los personajes se ve a veces favorecida y otras dificultada por todos aquellos diálogos que incitan a la reflexión. Son potentes e intensos, pero al darse con tanta frecuencia a lo largo del libro, pierden la naturalidad y el efecto de impacto que quieren conseguir.

Migliore cuenta con una pluma excelente. Toda la narración es muy cuidada, nítida y rica. Estupenda para el ojo al detalle, sabe mostrar el pequeño mundo en el que Sartre se ha convertido para los propios personajes como para el lector, un mundo con un extraordinario claroscuro de virtudes y defectos.

Es interesante analizar Sartre, esa ciudad estado que, aunque pequeña, parece convertirse en un diminuto mundo en el que solo existe ella. Migliore lo transmite de tal manera que genera una sensación de asfixia, de necesitar que se abran las puertas, que las paredes que componen sus muros desaparezcan. También puede ser un efecto secundario de la cuarentena, no lo voy a negar. La autora se detiene mucho en explicar ese mundo y sus normas, por no hablar de que mientras también aprovecha para definir a los personajes de cara al lector, por lo que tarda mucho en entrar en acción.

Podría sacarle más partido a muchos de los elementos que componen la historia, porque están ahí, brillando, expectantes de ser explorados, pero viéndose opacados por otros elementos de la novela.

La edición planteada por Hidra es maravillosa, tanto en el interior como en el exterior. La portada está diseñada por Ziuk y da una muy buena impresión de aquellos elementos que orbitan alrededor de Las lunas de Sartre.

Con su lectura detallada, ingeniosa y aguda; Las lunas de Sartre es esa historia que te espera con su magia evocadora y sus personajes llenos de encanto y coraje.