Interferencias, de Raúl Ansola: thriller, investigación y ciencia ficción

“Interferencias” (Punto en boca, 2016) es la última novela del autor Raúl Ansola. En ella nos habla de cómo un hecho anacrónico puede cambiar la historia del mundo que conocemos para siempre.

La historia comienza cuando Claire, una experta en biografías, se le encarga la escritura de la biografía de un americano conocido de los ambientes de las discotecas del Nueva York de los años 70 y 80: sexo, drogas, rock’n’roll y el peligroso SIDA. Brandon le presta los diarios de un amigo suyo, que se dedicaba a la prostitución, para documentarse; en ellos asistiremos al ambiente de la época, los muchos famosos que pueblan los locales de moda como el Studio 54: Madonna, Warhol… Entonces Claire encuentra un dato que no cuadra, un anacronismo que echaría por tierra la historia hasta el momento. En ese instante se pone en contacto con Diego, un escritor y librero que es especialista en el periodo de tiempo, para ver si consigue ayudarle a corroborar la información que ha encontrado en los diarios. Más adelante entrará en escena un periodista de lo paranormal, Gabriel, que terminará por formar el trío de investigadores.

“Interferencias” está planteada como un thriller, medianamente esotérico en su primera parte, más enfocado a la ciencia ficción en el final. El comienzo trata algunos temas paranormales en la investigación de los tres personajes, y la teoría de la conspiración asociada al diario de un hombre que frecuentaba Studio 54 y las celebridades que acudían al local. Este punto de partida no me resultó lo bastante sólido para sustentar toda la trama sobre ello. Más que nada, esa parte más centrada en la investigación conspiranoica no me pareció creíble, hablamos de un anacronismo encontrado en los diarios de un adicto a las drogas, al que se le da total credibilidad por parte de los personajes. No llegan a plantearse con rigor si la nota es falsa, o una broma, o el resultado del consumo de estupefacientes, más bien parece como si estuviesen deseando abrazar esta teoría.

Relacionado un poco con la construcción de los personajes, y esto sí que me parece un fallo, son los diálogos. Los tres protagonistas hablan exactamente igual, sin inflexiones, sin una voz propia, sin coletillas características que los diferencien de los otros. En ocasiones, las conversaciones de los personajes se me antojaron muy poco naturales, con alguno de ellos soltando auténticos discursos, y otro replicándole con una parrafada semejante, todo ello sin ninguna intervención del narrador en la que se nos indique si el personaje se mantiene en la misma posición o se mueve, o gesticula, o levanta la voz, o tiene un tic, etc. Excepto por sus nombres y sus ocupaciones me resultó complicado diferenciarlos, en el sentido que sus personalidades son muy parecidas, me refiero a que agradecería más matices en su comportamiento, porque eso es lo que me hace recordar a los personajes tras acabar cualquier libro.

En el primer tercio de la novela me resultó difícil empatizar con la trama y con los personajes, se me hizo confusa y me costó avanzar en la lectura. En muchos pasajes me aburrí, porque creo que el ritmo es mucho más pausado que en el resto del libro, donde las tramas fluyen de una forma más dinámica. El suspense para enganchar al lector no está bien dosificado, más en el tercio final, muy poco en las primeras páginas. Pero los requiebros finales del argumento no fueron suficientes para que recuperara el interés en la historia, aunque esta parte fue la que más me gustó.

Este es el caso de una novela que puede resultar interesante y estar bien escrita, pero con la que no he conseguido conectar, porque lo más probable es que yo no sea su público objetivo. En mi lectura ha sido la premisa de partida de la historia lo que no me ha atrapado, y a partir de ahí ya no he logrado engancharme con lo que quería contar el autor.

Una idea original aunque queda diluida su fuerza inicial por una trama que no me ha resultado convincente, que tarda demasiado en arrancar y que no avanza casi hasta el mismo final. A pesar de los tropiezos que he tenido a lo largo de la lectura, habrá que seguir la trayectoria de este autor.

Compra aquí "Interferencias".