Harrow County 3: Doctor Serpiente

¿Recordáis la última reseña relativa a Harrow County en esta página? Viendo que la trama entre Emmy y Kammi llegaba a un final muy bien llevado, di por hecho que era la última entrega, pero patiné miserablemente. ¡Emmy no queda liberada de los influjos de Hester Beck así por las buenas! Además, hay otros peligrosos y sobrenaturales enemigos a los que antes o después deberá enfrentarse. Pero, posiblemente, encuentre algún aliado donde menos se lo espera.

En “Harrow County 3. Doctor Serpiente”, de Norma Editorial, encontraremostres nuevas historias, una de ellas autoconclusiva, que nos presentan a dos nuevos enemigos contra los que, antes o después, Emmy deberá enfrentarse. 136 páginas a todo color que nos indican que esto aún no ha acabado.

Vamos a hablar de la primera historia, que tiene como protagonista al niño sin piel. Un forastero errante llega al condado. A los que hayáis leído “Apocalipsis”, de Stephen King, enseguida os recordará a Randall Flagg: un vagabundo de aspecto impasible, cínico, con curioso encanto y cierto poder. Es capaz de saber cosas que, a priori, no debería, y puede fabricarse una ocarina con el cuerpo de un pájaro. Parece ser que esa música atrae al niño sin piel, que acude al encuentro del desconocido. Éste se le presenta como el “Psicopompo”, que es la figura mitológica que se encarga de conducir las almas de los difuntos hacia el más allá. Sólo quiere una cosa del niño: su nombre. ¿Para qué? Puedo intuirlo, queridos lectores, pero no os lo voy a decir. ¿Se lo dirá? ¿No se lo dirá? ¿Abandonará a Emmy? ¿Qué quiere el Psicopompo?

Pasamos ahora a la segunda historieta, protagonizada por Berenice, la amiga negra de Emmy. Todo comienza con un chavalín y su tío, que recogen moras. Pero malignas culebras se esconden entre las zarzas y muerden a este buen hombre. Parece que la picadura tiene un extraño efecto en él, y le impulsa a tomar un camino que la gente procura no transitar, un camino que lleva a la cabaña de la vieja señora Lovey, otra mujer con fama de bruja. Berenice, tras una cita con Emmy, regresa a su casa, y recibe noticias del extraño comportamiento del tío Early. Dicho y hecho, su sobrino ha de ir a buscar a Berenice porque su tío ha desaparecido en medio de la noche en dirección a casa de la vieja. Ni cortos, ni perezosos, acudirán a ver qué ocurre, y lo que descubrirán cambiará para siempre la vida de la pequeña Berenice. ¿Por qué? ¿A qué me puedo referir?  Sólo os diré que las serpientes tienen un significado oculto, que la señora Lovey jugaba un papel en todo lo que ocurre en el condado de Harrow, que es lógico que los familiares de esta bruja sean mangostas, y que la joven amiga de Emmy está destinada a ser su testigo. ¡Descubridlo!

La última historia, de Hannah Christenson, me recuerda mucho al estilo de Bastién Vives: falsamente precario, de trazo incompleto, pero claro y muy expresivo. No es que sea una historieta muy original, ya que se trata de un Poltergeist que recuerda mucho a la película homónima de 1982, dirigida por Tobe Hooper y Steven Spielberg. Emmy tiene que ir a Creech’s Crossing, desde donde la han llamado ante un caso relacionado con una casa encantada. Los niños de esa familia ven cosas… turbadoras. Y algo les dice que Emmy puede ayudarla. Esos niños saben cosas que no deberían saber, y la protagonsita de esta historia decide ayudarles, aunque no será fácil. ¿Cómo evolucionará el poltergeist? ¿Será capaz de librar a la familia de esos espíritus que los atormentan? Ahí es donde entráis vosoros, queridos lectores. ¡A saberlo tocan!

No hemos hablado aún de Carla Speed McNeil y Tyler Crook, que parece que se han compenetrado de tal manera que parece que casi dibuja el mismo. Crook puede estar orgulloso de haber escogido a alguien que es capaz de adaptarse tan bien a su estilo. Sólo sutiles diferencias marcan la autoría: McNeil usa un trazo más definido que el de Crook, por lo general.

Y, en cuanto al guion, Cullen Bunn siempre con su habitual maestría a la hora de generar ese ambiente típico del horror sureño estadounidense. ¡Y haciéndose eco de ese viejo dicho que dice que “pueblo pequeño, infierno grande”! Sabe representar esas ambiguas relaciones de vecindad teñidas de vierta desconfianza tan típicas de la zona sur de los EEUU.

Además, viene con un generoso número de extras: 33 páginas de bocetos, diseños de portada y exlibris, alguna que otra broma, notas de producción y pequeñas explicaciones sobre el nacimiento de la obra, publicidad… un aporte harto interesante para todos los que disfrutamos de esta obra.

Una especie de reinicio de trama muy atrayente que enmarca un cómic fantástico que encarna una nueva y buena manera de hacer terror que, además, parece estar de moda. ¿Qué clase de atractivo tiene el sur de los Estados Unidos? Para empezar, unas supersticiones, una Historia y un folklore mucho más atractivo que el de la urbana y cosmopolita costa este.

¡Animaos a continuar esta serie!

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