Por fin, después de una larga espera, tenemos ante nosotros el último Uncharted de parte de Naughty Dog, que se ha encargado de hacernos valorar definitivamente la que ya es una de las sagas más exitosas del mundo del videojuego con una entrega que todo aquél que se considere jugador debería completar.

No es la primera vez. La verdad es que Naughy Dog ha realizado un trabajo excelente en varias de sus últimas producciones, aunque un servidor siempre les recordará por Crash Bandicoot. Pero quizá ese recorrido de la compañía, que nunca ha dependido del éxito de una sola serie, es lo que les ha facilitado la decisión de, en vez de exprimirlo hasta que no se pueda más, de darlo todo para cerrar como se merece su historia, aprovechando además su paso, por fin, a la actual generación de consolas.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

Para comenzar, explicar un poco la última razón de Nathan Drake para saltar de nuevo a la palestra, cuando ya íbamos viendo en Uncharted 3 que poco a poco se ha ido cansando de los excesos de la vida que ha llevado los últimos años. Eso sí, no os preocupéis porque no va a haber spoilers en todo el análisis, solo quiero comentar algunos aspectos del guión que merece la pena recalcar precisamente porque, como suele ser, es el principal punto fuerte de este desenlace.

Estamos frente a un juego que se toma mucho más en serio el desarrollo de los diferentes personajes principales, de un modo que recuerda más que otras veces a The Last of Us y que te hace pensar en cuántas otras ocasiones una compañía aprende de las ventajas de un título y lo aprovecha para otro diferente. Esto genera un ritmo más lento que en anteriores entregas, sobre todo al principio, donde prácticamente pasaremos el mismo tiempo observando cinemáticas como controlando a Nathan. Esto no genera problemas, básicamente por el interés que genera incluso entre los que nunca habían probado la saga antes (comencé a jugar en casa de un amigo que no conocía Uncharted más que de oídas y que desde entonces me lo pide insistentemente). Los capítulos avanzan más rápido en esta primera parte, emocionalmente intensa y muy cambiante, donde descubrimos muy rápido muchas facetas de los protagonistas que no conocíamos y que encajan muy bien con su personalidad actual.

Una vez en faena, nos dejamos de prólogos y del pasado para centramos exclusivamente en el presente, la búsqueda de un tesoro primero y más tarde la de una ciudad perdida, todo en relación al pirata Henry Avery y a una parte importante del pasado de Drake; el ritmo sigue siendo más pausado de lo que estábamos acostumbrados, pero aun así está extraordinariamente bien medido para evitar cualquier atisbo de aburrimiento o de repetición. Los capítulos están más o menos organizados todos de una forma similar: nos dejan a una distancia bastante importante de un objetivo concreto y que siempre tendremos muy claro. Una vez llegamos allí, fases más centradas en exploración y resolución de puzles hasta que, por una cosa u otra, acabamos a tiros en secuencias a cada cuál más espectacular.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

No quiero comentar nada del argumento general porque merece la pena llegar sabiendo lo menos posible para disfrutar de una de las mejores experiencias narrativas del sector. Solo comentar que en la mayor parte de la aventura estaremos acompañados al menos de un compañero, lo que ha obligado a mejorar temas como la IA para estar altura al resto del juego.

El trabajo aquí también es remarcable; las escenas de acción han cambiado ligeramente y se ha mejorado, sobre todo, el comportamiento de los enemigos. Si bien seguimos teniendo la opción de ir despachando a los malos con el sigilo como nuestro aliado o a tiro limpio, ahora resulta bastante más complicado hacerlo sin pensar y de forma chapucera, acabando con nuestra muerte de forma casi segura. Los grupos son numerosos y están bien coordinados, de forma que nunca te vas a encontrar con, digamos, seis enemigos mirando al mismo sitio y con la espalda descubierta. Hay que aprovechar huecos muy justos y arriesgarse a ser visto continuamente. Si no te llegan a ver, pero descubren el cuerpo de uno de sus compañeros o han visto algo moverse, cambiarán su comportamiento y será mucho más difícil pillarles por sorpresa. Y si te descubren agazapado o sin mucha protección, ve rezando.

A tiros cual Doom tampoco es una buena idea precisamente, ya que las coberturas son más débiles que en anteriores Uncharted y los enemigos intentarán rodearte continuamente, así que hay pocos parapetos disponibles que realmente aguanten un ataque directo. Hay que ir poco a poco, moviéndose, liquidando a un par y avanzando, continuamente. Teniendo también cuidado con no gastar muchas balas, ya que solo podemos llevar un arma principal y una secundaria y la munición para ambas es muy limitada.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

Pero para eso están nuestros compañeros, también con sus propias armas, eliminando enemigos a buen ritmo y adaptándose a nuestras estrategias: no se dejarán ver hasta que no nos descubran a nosotros, se acercarán si tenemos problemas y se alejarán cuando vean que la situación lo requiere. Además, podremos hacer ataques en conjunto, mejorando mucho la experiencia. Aun con todo esto, el nivel de dificultad general es bastante alto, pero como morir no penaliza apenas, es complicado quedarse atascado.

Dicho esto, la campaña tiene una duración aproximada de 15 horas, hora arriba o abajo dependiendo de nuestro interés por coleccionar tesoros y entradas de diario, así como de explorar algunas de las inmensas zonas donde comenzamos cada una de las misiones, varias de ellas con múltiples caminos a explorar antes de llegar a nuestro objetivo principal. Esta libertad es una marca propia del juego, ya que tenemos opciones diferentes para avanzar en prácticamente todos los casos, salvando algunas zonas de escalada que son bastante más lineales. Pero igual que podemos eliminar enemigos mediante sigilo o acción directa, podemos avanzar por caminos más o menos directos y llegar a plataformas altas por diversos caminos, dando a veces la sensación de estar realmente ante escenarios reales, donde tenemos que ver por nosotros mismos la manera de llegar y no buscar el punto exacto donde los programadores nos dejan hacerlo. Solo a veces, eso sí; como decía, en muchas zonas de escalada sigue siendo muy evidente su linealidad.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

Siendo Uncharted desde siempre una mezcla entre acción y plataformas, no íbamos a esperar, que por muy realista, verosímil o cinematográfico que se vuelva su aspecto técnico, guión o jugabilidad, íbamos a librarnos de saltos imposibles, locas ascensiones y resbalones inoportunos al filo de la muerte. Drake, que sigue con una capacidad de agarrarse a las paredes similar a la de Spiderman, se pasará medio juego subido a una pared. El control de los saltos es bastante fluido pero quizá demasiado tolerante con nuestras acciones; es difícil fallar. Hubiera estado bien más restricciones de tiempo y menos ayudas para complicar un poco el juego en esas fases. Esto también se aplica para nuestro nuevo amigo el gancho, con el que, de forma acrobática para variar, podremos engancharnos a maderas sueltas o a salientes y nos permite llegar a sitios que de otra forma sería imposible.

También está presente en los combates, dejándonos llegar rápidamente de un lado del escenario de la batalla al contrario en un par de segundos, a cambio de que nos vean todos los enemigos hacer el mono. Es un buen añadido pero también resulta muy fácil de controlar y no supone mucho peligro para Nathan, salvo que te sueltes adrede cuando no toca; te avisa mediante un movimiento de mano del protagonista que estás en el momento adecuado, haciéndolo muy fácil. En general, solo se muere en los tiroteos, que no ocurren demasiadas veces.

Poco más que remarcar en cuestiones de jugabilidad; los puzles, dispersos en las diferentes fases, normalmente precedidos de un buen número de saltos y acabando en un buen número de tiroteos, son variados y relativamente sencillos de resolver, sobre todo gracias al diario, que apunta automáticamente todo aquello que son pistas. Están muy bien planteados, ya que hay que darle un par de vueltas a la cabeza, pero poco más, consiguiendo no parar el ritmo de juego ni tampoco estar ahí de forma casual. Varias fases se centran en su resolución, aunque para ello tengamos que escalar mucho más.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

Toda esta unión de saltos, puzles, tiroteos y diálogos se llevan a cabo en algunas de las mejores localizaciones que hayamos visto nunca. Gráficamente extraordinario, nuestra misión nos llevará a islas paradisíacas, junglas, enormes mansiones frente a la costa o ruinas de catedrales en los Highlands escoceses, entre otros. Además, muy hábilmente, siempre se nos deja a una distancia amplia del objetivo, teniendo la posibilidad de ver preciosos parajes según vamos avanzando por ellos. Cuando no estamos con la cara pegada a una ladera, claro.

Los escenarios son el pináculo de un trabajo técnico fantástico, de lo mejor que se ha visto en PS4 hasta ahora, tanto en expresiones faciales, animación y desarrollo de personajes, modelado e iluminación, que tiene un papel muy relevante en la ambientación global. Destacar también la variedad y la personalidad de cada uno de estos lugares remotos. Solo echo de menos a Nathan sacando el móvil para hacer fotografías, pero en su defecto, las podremos hacer nosotros con el modo foto, donde podremos no solo encuadrar la imagen y hacer ajustes básicos, sino tratar las fotografías con diferentes filtros y efectos, bastante completo.

Aunque ya he dejado claro que Naughty Dog ha hecho un gran trabajo en el apartado gráfico, se quedaría en nada si el nivel de actuaciones de los diferentes personajes y sus diálogos no estuvieran a la altura, pero no es así. Estamos ante una de las mejores adaptaciones al castellano de un videojuego, con dobladores y traductores profesionales al nivel de cualquier hit de Hollywood. Esto, junto con el estupendo guión y la profundidad que se le ha dado a los protagonistas, redondean la experiencia de juego.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

La banda sonora está también a la altura de las circunstancias. Las piezas compuestas por Henry Jackman, autor también de la BSO de Civil War o Kick-Ass, junto a Alex Belcher, terminan de rematar la ambientación en los punto clave de nuestra aventura.

Para terminar, comentar que una vez más contamos con modo multijugador competitivo en Uncharted. Aunque realmente merece la pena sobre todo por su modo individual, tenemos aquí un aliciente para seguir echándole unas cuantas horas más una vez acabado. Aunque los modos y experiencia de juego no llegan a la excelencia mostrada en su campaña, se prevé un lanzamiento de añadidos durante al menos un año, en un mapa de ruta que incluirá un modo cooperativo previsto para otoño, nuevos modos de juego, mapas, potenciadores y demás elementos propios de un multijugador. Dejando esto de lado, ya que tenemos que analizar solo lo que podemos ver a estas alturas, tenemos varios modos de juego bastante clásicos, tipo deathmatch, variantes de capturar la bandera y algunas pantallas de entrenamiento.

Una vez en faena destacan, por su novedad, los nuevos potenciadores místicos, algo bastante peculiar y un poco fuera del mundo Uncharted, que nos permite realizar acciones como teletransportarnos o invocar a diversos personajes según lo que necesitemos. Los niveles están bien diseñados y se podrá aprovechar el uso de las cuerdas y ganchos como novedad, al igual que en la campaña individual.

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

Poco más puedo decir de Uncharted 4: El desenlace del ladrón. Una enorme experiencia que cierra la saga como se merece, con uno de los mejores juegos disponibles en el mercado ahora mismo y que todo el mundo debería probar, incluso si no se ha sido nunca fan de las aventuras de Nathan Drake, quien, por cierto, ya se iba mereciendo un buen descanso.

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