Una mujer desposeída, de Shobha Rao: viaje a la intensidad y la historiaShobha Rao es prácticamente una desconocida en nuestro país. Nació en la India, aunque se mudó a Estados Unidos con siete años y actualmente vive en San Francisco. En 2014 ganó el Katherine Anne Porter Prize en ficción, premio que concede el Nimrod International Journal. Su relato “Kavitha y Mustafá”, recogido en este libro, fue incluido por T.C. Boyle en «Best American Short Stories» en 2015. Actualmente tiene concedida una beca de la Elizabeth George Foundation y anteriormente participó de residente en Hedgebrook. El 3 de junio de 2018 saldrá su primera novela, cuyo título en inglés será “Girls Burn Brighter”.

Una mujer desposeída” tiene una narrativa enlazada entre relatos que se basa en los acontecimientos que surgieron a partir de la Partición de la India en 1947. Aunque no todos se ambientan temporalmente en la época, todos tienen relación ya sea histórica, mental o consecuente al acontecimiento.

En 1905 Lord Curzon subdividió la India en Bengala Oriental, Assam, India Británica y Bengala Occidental, provocando conflictos entre religiones. El presidente Savarkar, en su discurso de aceptación en 1937 ya hablaba de las dos naciones, hindú y musulmana, aunque esta teoría ya la había escrito en 1923 en un ensayo. Después de la II Guerra Mundial, el presidente Jinnah proclamó el Día de Acción Directa el 16 de agosto de 1946 para solicitar la creación de un estado musulmán dentro de la India Británica. La protesta sería pacífica, pero se convirtió en un baño de sangre por el que los grupos armados musulmanes atacaron a los hindúes y estos contraatacaron al día siguiente.

En 1947 se llevó a cabo el Plan de Mountbatten, que tuvo su final con la independencia de la India el 15 de agosto de ese mismo año. El antiguo imperio se dividió en Pakistán, India, Birmania, Sri Lanka y Bangladesh. Después de esta partición, se produjo un tráfico de personas de niveles catastróficos, se cree que pudieron moverse alrededor de 14,5 millones para cruzar las fronteras y establecerse en un nuevo estado con su misma religión. Por supuesto, este movimiento migratorio no fue pacífico, sino que se desató una oleada de violencia que provocó un genocidio religioso que pudo acabar con la vida de entre 200.000 y 2.000.000 personas, además del secuestro de mujeres y niños.

Estos hechos aún se recuerdan en la India y forman parte del carácter de los descendientes, cuestión que trata Shobha Rao de manera magistral en esta colección de doce relatos publicada por Alfaguara.

A lo largo de estas doce historias conocemos experiencias en torno a varios periodos de la historia de la India desde “La mensahib”, anterior a los acontecimientos, “Una mujer desposeída”, ambientado en los años de la partición, con un asesinato y el internamiento de una mujer en un campo de viudas, que enlaza con “La amante del mercader”, donde otra de las internas decide tomar las riendas de su vida y escapar para trabajar y conocer mundo o “La Policía Imperial”, que nos cuenta una historia de amor en medio de los disturbios y “Lo contrario de la carnalidad”, con la experiencia de un cartógrafo encargado de trazar la frontera o el premiado “Kavitha y Mustafá”, con la historia de un desafortunado y trágico viaje en tren, que continúa con “Toque de queda”. Después pasamos ya a las consecuencias para las mujeres y el exilio en “Andante”, “Con los ojos vendados”, “La cinta perdida”, “El camino a Mirpur Khas” o el sobrecogedor “Un río imponente” que explora los recuerdos pasados de un hombre que busca desesperadamente a su esposa.

Todas estas historias tienen un hilo histórico conductor en la Partición de la India, sin embargo, también se entrelazan los personajes en un acertadísimo y complejo estudio de las relaciones interpersonales. Desde el principio hasta el final asistimos realmente a doce relatos que nos cuentan la historia de las personas en la India, desde antes de 1947 hasta la actualidad y en la boca de los personajes que las han vivido de primera mano. Son personajes pequeños, quizá anodinos en algunos casos, como una pareja que emigra a trabajar a la otra punta del país o un sirviente de británicos, sin embargo, captan la esencia de un pueblo y ofrecen una lección de microhistoria que muchos autores quisieran.

Una mujer desposeída, de Shobha Rao: viaje a la intensidad y la historiaEn la contraportada, la escritora indoamericana Tania James nos dice que lloró con cada uno de estos relatos, y no es para menos, dado que Shobha Rao se interna en los mecanismos de la mente de las personas y nos hace sufrir con cada uno de sus personajes como si fueran parientes cercanos o nosotros mismos. No vamos a encontrar aquí ninguna historia completamente feliz, pero sí que asistimos en su lectura a la complejidad del ser humano, a lo volátil de los acontecimientos y cómo una u otra acción pueden volcar la vida de las personas.

Quisiera destacar, además del espléndido “Kavitha y Mustafá”, el magnífico relato “Un río imponente”, una historia sobrecogedora que analiza con clarividencia y maestría los derroteros de la memoria humana en las carnes de un anciano que espera a su mujer y sale en su búsqueda. Sin duda, uno de los relatos que considero que más marcan el estilo y composición de Rao, de sufrimiento y esperanza, pero crudos como la vida misma en un país.

Pero además, todos los personajes que nos plantea Rao pertenecen a esa población que nunca ha tenido voz y que por fin parece que el mundo quiere concederle, especialmente mujeres, que en este caso son fuertes y se sobreponen a las circunstancias adaptándose a un mundo hostil, pero que también flaquean porque son humanas y no superheroínas de cómic. La capacidad de Rao para crear personajes verosímiles es abrumadora y cruda, pero eso es lo que le da validez y crea una obra compleja, disfrutable y de carácter único, que tiene la venganza, el amor verídico y la supervivencia como temas indiscutibles en cada uno y en conjunto de los relatos.

Esperaremos con ansia la publicación de su primera novela “Girls Burn Brighter” en 2018 porque Shobha Rao ha entrado con fuerza y esperemos que siga en esta misma línea muchos años. Los lectores lo merecemos.

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Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista y voluntaria como arqueóloga en la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Trabajo en la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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