El caso de la saga Sniper: Ghost Warrior es bastante curioso. El primer título de la franquicia llegó en 2010 a Xbox 360, PlayStation 3 y PC con un resultado bastante irregular que lastraba la experiencia de juego, pero, aun así, cosechó unas ventas lo suficientemente altas como para que los padres de la franquicia, CI Games, se dieran por satisfechos.

Los chicos de CI Games siempre se han caracterizado por trabajar en varios desarrollos de forma simultánea y, salvo honrosas excepciones como Lord of Fallen, la mayor parte de las veces obtienen resultados mediocres que provocan que sus títulos pasen desapercibidos para el gran público. Sin embargo, el éxito comercial de Sniper: Ghost Warrior provocó que trabajaran en una segunda parte que, en general, hacia todo mucho peor que su precuela, lo que vaticinaba el fin definitivo de la saga. Pese a la caída general en el nivel de calidad, las ventas se mantuvieron al nivel de la primera parte, lo que garantizó de inmediato el desarrollo de una tercera parte que llega ahora a Xbox One, PlayStation 4 y PC para enmendar los errores de sus antecesores y convertirse en una opción interesante para todos los fans de los shooters basados en la estrategia y el sigilo.

Sniper Ghost Warrior 3

A nivel argumental, Sniper: Ghost Warrior 3 nos pone en la piel de Jon North, un francotirador de élite de los Estados Unidos que ha pedido ser destinado a Georgia para investigar la desaparición de su hermano en territorio enemigo. Así, tendremos que repartir nuestro tiempo entre eliminar objetivos enemigos relevantes y descubrir el destino de nuestro hermano. Para ello, contaremos con la ayuda de un par de personajes secundarios demasiado planos que nos darán apoyo logístico siempre que lo necesitemos.

Cómo comentábamos anteriormente, esta tercera entrega está repleta de cambios y, por suerte, la mayoría han llegado para mejorar notablemente la experiencia de juego final. El cambio más evidente y, quizás, el más interesante de todos es el de la implantación de un mundo abierto que nos permite afrontar las misiones con más libertad que nunca. En las dos entregas previas, era complicado salirse de los patrones fijados por la desarrolladora a la hora de completar un desafío, pero en esta tercera parte, tendremos una gran variedad de opciones para completar cada uno de los retos. Para el diseño del mundo de Sniper: Ghost Warrior 3, CI Games parece haber bebido de Far Cry 3 y Far Cry 4, lo que significa que nos encontraremos multitud de asentamientos enemigos repartidos por todo el territorio y seremos nosotros los encargados de decidir cómo acabar con los objetivos que estén en su interior.

Esta variedad de opciones viene tanto del uso de las herramientas y del entorno como de ciertas habilidades que podremos ir desarrollando poco a poco subiendo de nivel.  Según vayamos completando niveles y subiendo de nivel, podremos utilizar puntos de habilidad en las ramas de francotirador, fantasma y guerrero. Cada una de las ramas nos permitirá desbloquear habilidades para afrontar las misiones de una forma totalmente distinta. Así, la rama de francotirador nos permitirá aguantar más la respiración o acceder a rifles de francotirador más interesantes, mientras que la rama del Fantasma nos aportará habilidades de sigilo, como hacer menos ruido al andar agachados o eliminar enemigos con el cuchillo por la espalda. La rama del Guerrero potencia nuestras habilidades en el combate cuerpo a cuerpo, pero lo cierto es que esta opción es la menos interesante de todas, ya que de un par de disparos caeremos abatidos y siempre estaremos en clara desventaja, lo que nos lleva a decantarnos por la vía del sigilo y el combate a larga distancia. Algo obvio, por otro lado.

Sniper Ghost Warrior 3

Independientemente de las habilidades que mejoremos, el juego nos invita a evaluar el terreno, a estudiar los patrones de nuestros enemigos y ser pacientes para encontrar el momento perfecto para dispararles a la cabeza. Para ello contaremos con prismáticos y otras herramientas comunes, pero, entre todas ellas destaca el dron. Esta máquina voladora nos permitirá marcar enemigos, cámaras o alarmas para tenerlos localizados en el mapa en todo momento. Esta idea, que sobre el papel parece muy interesante, en la práctica termina afectando negativamente a nuestro papel como francotirador. Lo divertido de este tipo de propuestas es, precisamente, estudiar el terreno con detenimiento, pero usando el dron podremos detectar cualquier obstáculo con una facilidad tremenda, ya que los enemigos casi nunca lo detectarán, lo que provoca que en ocasiones no sea necesario llevar a cabo las labores de estudio del terreno antes de llevar a cabo la misión.

El sistema de apuntado y disparo con los rifles de francotirador también ha mejorado sensiblemente. En esta ocasión vuelve a ser primordial controlar la distancia del objetivo, la velocidad y dirección del viento o la elevación del visor, pero, a diferencia de las entregas previas, aquí parece más creíble la trayectoria de la bala, lo que provoca que cada disparo acertado a larga distancia se traduzca en una sensación de satisfacción tremenda. Además, el juego cuenta con 14 rifles distintos, lo que garantiza que todos los jugadores tendrán uno con el que sentirse cómodos en medio de territorio enemigo.

A nivel de contenido, el juego cuenta con una buena ración de misiones principales, secundarias y coleccionables que nos mantendrán enganchados al mando durante una veintena de horas y, aunque algunas misiones son demasiado repetitivas, lo cierto es que en este sentido el juego cumple mejor que las dos entregas previas.

Sniper Ghost Warrior 3

Por lo que hemos descrito hasta ahora, podría parecer que estamos ante un juego más que notable, pero, por desgracia, Sniper: Ghost Warrior 3 comete algunos fallos que lo alejan de su meta. El más importante de todos tiene que ver con la Inteligencia Artificial enemiga. En un título donde medirlo todo hasta el extremo debería ser necesario para salir con éxito de una incursión en territorio enemigo, el hecho de que la IA enemiga no esté a la altura puede dar al traste con toda la experiencia y aquí esto ocurre con demasiada frecuencia.

El comportamiento de nuestros enemigos se mantiene en dos estados en extremos opuestos: pasividad absoluta o detección total. Pongámonos en situación: tenemos que abatir al general de una base enemiga y, para hacerlo, nos hemos ocultado en lo alto de una montaña desde la que tenemos visibilidad total. Lo lógico sería esperar hasta que el objetivo estuviera solo para eliminarlo y marcharnos antes de que nadie se enterase de lo ocurrido. Ideal, ¿verdad? Pues por desgracia en Sniper: Ghost Warrior 3 no siempre funciona así. Hemos vivido varios momentos en los que, eliminando a un enemigo que se encontraba completamente solo, los enemigos se han alertado al instante y han empezado a disparar a nuestra ubicación exacta pese a estar a más de 200 metros escondidos dentro de un arbusto. También hemos vivido situaciones en la que hemos disparado a un hombre en medio de una calle principal y sus compañeros han seguido paseando tranquilamente por encima de su cadáver sin inmutarse.

Aunque pueda parecer un problema trivial, estas situaciones son las que nos sacan totalmente del juego. No hay nada que fastidie más que llevar 15 minutos esperando la ocasión perfecta para abatir a alguien en silencio y que, mientras apretamos el gatillo, un enemigo que se encontraba a varios metros de distancia mirando en otra dirección empiece a disparar de inmediato contra nosotros. Destroza la experiencia de actuar como un francotirador.

El otro problema principal tiene que ver con la conducción y la interacción con el entorno en el que nos movemos. La principal diferencia entre disfrutar o sufrir un mundo abierto tiene que ver con la cantidad de tareas y actividades que podemos realizar en él y, sobre todo, de lo vivo que esté. Por desgracia, el mundo de Sniper: Ghost Warrior 3 está totalmente vacío, no veremos civiles o enemigos conduciendo por las carreteras, ni grupos de personas caminando por sus bosques. Con suerte, nos cruzaremos con algún animal salvaje que huirá al vernos, pero esa será toda la vida que veremos mientras nos movemos de una zona a otra. Además, por alguna extraña razón CI Games ha limitado la conducción a la de nuestro propio vehículo, si intentamos coger cualquier otro vehículo con el que nos crucemos, nos limitaremos a disfrutar de un mensaje de «cerrado» que nos impedirá acceder a él. Además, la conducción es algo brusca y el sistema de físicas del coche hará que volquemos hasta en las curvas más leves, lo que provocará que terminemos viajando utilizando el viaje rápido siempre que podamos.

Sniper Ghost Warrior 3

A nivel técnico nos encontramos ante un resultado algo irregular. Para empezar, los tiempos de carga son demasiado elevados, algo incomprensible si tenemos en cuenta que el mundo en el que nos movemos suele estar a vacío a excepción de los pueblos y bases enemigas. Además, las texturas y efectos como la iluminación o el humo recuerdan más a un título de la generación pasada que a uno lanzado en 2017. El diseño de los personajes, tanto aliados como enemigos tampoco despunta, pero, aun así, luce a un nivel superior al resto de elementos del título.

Por su parte, a nivel sonoro nos encontramos con un doblaje en inglés con subtítulos en castellano y, aunque en principio así debería bastarnos para disfrutar de los diálogos del juego, el tamaño minúsculo de los subtítulos hará que en más de una ocasión no podamos leerlos bien. Además, en ocasiones los subtítulos no aparecen o lo hacen con retraso, lo que complica aún más el correcto seguimiento de las conversaciones si no se tiene un buen nivel de inglés. La banda sonora del juego es lo mejor del apartado técnico. El título cuenta con varios temas muy interesantes que se adaptan a la perfección a la ambientación y esencia del juego, lo que nos permite disfrutar de momentos muy intensos gracias a la banda sonora.

Conclusión

Sniper: Ghost Warrior 3 es la mejor incursión de la saga. El juego mejora notablemente su planteamiento gracias a la libertad con la que podemos afrontar las misiones y a las mejoras aplicadas en el sistema de apuntado y disparo. Sin embargo, los problemas relaciones con la IA y la falta de vida en el mundo en el que transcurre la acción terminan pasándole factura. No os equivoquéis, no estamos ante un mal juego y, de hecho, si decidís haceros con él disfrutaréis de momentos impactantes, pero lo cierto es que necesita un lavado de cara para llegar al notable.

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Luis Collado
Director de la sección de videojuegos. Economista especializado en marketing. Hablo de videojuegos, cine y libros siempre que puedo.

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