Hoy tengo el agridulce placer en ésta, la que será mi última reseña para esta casa de rendir homenaje a un autor que se nos ha ido demasiado pronto, hablo del gran maestro del cartoon, Darwyn Cooke, el canadiense que falleció en 2016 y que nos deja obras para la posteridad como “El gran Golpe de Selina”, “Parker”, o “Batman, Ego” o “Los Hijos del Crepúsculo”. Grandes obras sin duda pero que palidecen al lado de ésta, la que fue la gran obra de su vida, “JLA: La Nueva Frontera” que ECC ha tenido a bien sacar en un imprescindible y lujoso cartoné cargado de extras.
Pero ¿qué es “la Nueva Frontera”? La nueva frontera es una carta de amor de Cooke a los cómics de la Edad de Plata que él leía de joven, es toda una obra documental que aúna los cómics bélicos y de terror, los de la Edad de Oro y posiciona la llegada de Barry Allen, Hal Jordan o Jon Jozz a la par que compara la llegada de los años sesenta a América, la caza de brujas de McCarthy, la carrera espacial contra la Unión Soviética, Vietnam, Nixon y mucho más.
Un cómic que encuentra la comunión perfecta entre el estilo cartoon de Cooke llevado a cuantas fronteras pueda cruzar, sea con islas llenas de dinosaurios, aviones invisibles, kaijus, instalaciones secretas del gobierno o marcianos multiformes, siendo un homenaje a sus grandes maestros a veces virando a Kirby o cambiando rapidamente a Carmine Infantino, y el maravilloso color de Dave Stewart un artista portentoso como dibujante completo pero que aquí dota de un color luminoso este canto a la nostalgia de el añorado maestro canadiense.
El cómic arranca con “Los Perdedores”, un grupo de cuatro aguerridos soldados del ejercito americano que tuvieron la suerte de sobrevivir a todas sus misiones, protagonizaron un serial, “La Guerra que el Tiempo Olvidó” en la serie “Star Spangled War Stories”, en ella el grupo formado por Gunner Strom, Cloud, Sarge y el perro Pooch, tienen la misión de rescatar al coronel Flagg, que posteriormente formaría el Escuadrón X, aunque por aquí lo conocemos más por el nombre de Escuadrón Suicida. Eran unas maravillosas historias que dieron pie a una serie en Vertigo, una película y hasta a ser rescatados por Tomasi para Superman Renacimiento. Y es que los Perdedores es el sueño de cualquier niño, soldados luchando contra dinosaurios gigantes. Todo un canto a la niñez donde a Cooke no le importa dedicar la práctica totalidad de su primer número a unas alucinantes secuencias de acción contra Tiranosaurius, velociraptors y un gran y estético sacrificio. Una tragica historia que comienza con un cansado Cloud en una cueva con Pooch relatando el triste final de los Perdedores.
Toda la Nueva Frontera es una compleja lectura en la que se van viendo hechos que todos conocemos de sobra, pero desde la gran lógica unitaria y de homenaje de Cooke. Así por ejemplo volvemos a ver, el final de la guerra con el Sargento Rock y la compañía Easy, como se obligó a la JSA a desenmascararse y cómo estos decidieron desaparecer, aunque como en el caso de Hourman decidieron seguir luchando encubiertos, un homenaje claro a “La Edad de Oro” de Robinson. Como Batman, en homenaje al Rooschart de Moore, se niega a entregar la máscara y es un luchador antisistema y por contra como Superman y Wonder Woman, a los que Cooke hace desfilar en el hilo entre la admiración y el deseo, siguen trabajando para el gobierno en operaciones encubiertas. Cada página de Cooke tiene cientos de pequeños detalles para tener que repasarlos, por lo que recomiendo muy encarecidamente que hagáis una lectura sosegada de este tomo y que además acudáis a la completísima sección de extras con la que ECC ha adornado este tomo, porque el propio Cooke os contará muchos de sus mensajes y referencias.
Por sólo nombrar algunas de las genialidades que hay en esta maravilla, tendremos la formación de los “Retadores de lo Desconocido”, el trasunto de los Cuatro Fantásticos de DC,con su estrepitoso accidente y un reloj roto que al fin da la hora, la llegada de Jon Jozz, el detective marciano (atentos al momentazo de verle en el cine disfrutando de una película de los 50 sobre alienígenas). Veremos también el gran combate entre Ted “Wildcat” Grant y un tal Clasius Clay, al que muchos conocerán años después como Muhamad Alí. Cierto velocista de Central City surgirá de la caída de un rayo y un joven conocido como Hal “Bola Alta” Jordan arrancara un romance con la dueña del aeródromo Ferris y verá que la carrera espacial es mucho más rápida y lejana de lo que nunca soñó, hasta tal punto que cierto día en un simulador una luz verde le envolverá y descubrirá que en la noche más oscura y en el día más brillante su destino será defender en sector espacial 2814.
Sin duda junto con el Detective Marciano uno de los personajes mejor desarrollados por Cooke en esta obra, el trauma del no belicista que se veo obligado a matar o morir, el sueño de volar frente a cumplir la labor armamentística, todo lo que rodea a Jordan , Carol, Faraday y Flagg es absolutamente genial, un reflejo de la complicada situación que fue la carrera por hacerse con el espacio antes que el gran enemigo soviético.
Los problemas de Wonder Woman para mantener su discurso de igualdad y sobretodo la creación de John Henry Irons, para mí es sin duda lo mejor de este cómic, Cooke ahonda en el problema del Ku Klus Klan y su trato hacia los afroamericanos, así que un cansado y humillado granjero se alzará como una fuerza vengadora portando una capucha negra y un mazo en honor al legendario nubio que venció a un taladro. Son unas páginas desgarradoras y desagradables donde Cooke demuestra con su estilo cartoon que no hay inocencia ni igualdad en los tumultuosos años 50. Una suerte de antecesor del que luego sería Acero, uno de los hombres que aceptó el legado de Superman y lo continuó y que en este mundo tiene muy presente la leyenda de este pobre mártir por la causa del pueblo afroamericano. Además de nuevo un diseño deudor del Justicia Encapuchada de los minutemen del Watchemen de Gibons y Moore.
Puede parecer que en este cómic no hay una trama en sí o acción desbordante, pero nada más lejos de la verdad, todo está relacionado gracias al concepto del “Centro”, una suerte de enorme ser-isla kaiju que será capaz de hacer tomar tierra al Hombre de Acero y que desembocará en uno de los combates más épicos de la historia del cómic, ahondando valentía, y ciencia-ficción desbordante como los mejores clásicos de los años 50, donde un hombre deberá ser más rápido que la luz, un alienígena aceptará ser más humano que monstruo (las galletas oreo conquistan más que el fuego y la destrucción) y muchos grandes pilotos tendrán el vuelo final de sus vidas, mientras el Cooke más psicodélico que hayáis visto fuerza de nuevo el genial coloreado de Dave Stewart, que nos llevan a un homenaje al final de 2001 Odisea en el Espacio.
No quiero dejar de señalar la gran capacidad de síntesis gráfica y documental que elaboró el maestro Cooke en esta obra. Cada avión, coche o escenario que sale es una reproducción exacta de los de la época.
La Nueva Frontera es un continuo gran homenaje, por eso son pocas las páginas en las que veremos a la amazona (a la que más por ser el personaje favorito de Cokke de todos los diseños que hizo para esta obra y por ser el recurso vehicular para expresar la desigualdad y el desinterés por la cultura del feminismo que había en los años 50), al murciélago o al kriptoniano, sin embargo no va a dejar Cooke la ocasión de retratar cuanto pueda del universo DC, sean unas pocas páginas de cierto rey atalante hijo de un farero, o un extraño perturbado que dice venir del planeta Rann, sin olvidar a cierto y gracioso comentarista deportivo el estrepitoso Jack “Creeper” Ryder.
Hay que estar muy atentos a cada página de la Nueva Frontera para ir viendo cómo evolucionan los personajes, por ejemplo Lois Lane y Jimmy Olsen tras lo que van a vivir en Corea adoptaran una postura claramente antibelicista. Por no olvidar que hasta tenemos una breve aparición del sector más mágico de DC como son el Fantasma Errante, Zatanna, el Doctor Destino, el Espectro y el bueno de Billy Batson, un caricaturesco momento que es magia de la Edad de Oro en estado puro.
La Nueva Frontera es la máxima expresión del trazo cartoon de Cooke, aúna en uno todo su talento como animador, guionista y dibujante para convertirse en el narrador de una época, de unos personajes y una historia, da igual que sea complejas conversaciones políticas o científicas, a desbordante e ingeniosa acción, un artista que puede permitirse bromas visuales como hacer que el Capitán Frío sea una caricatura de Grant Morrison. Sus increíbles rostros expresan más que cientos de viñetas o fotogramas, la acción vuela en las viñetas y nos bombardea una gran cantidad de información tanto en texto como en dibujo.
Los diálogos son tan importantes como los silencios, el dinamismo de una película de animación (a lo que al final llegó este genial proyecto). Es un puente genial entre generaciones, el reflejo de una ideología y un momento de ensueño pero que muestra las luces y las sombras del New Deal a ritmo de blues y rock and roll. Una obra que puede rendir homenaje a personajes por aquel entonces casi olvidados como los míticos pilotos Blackhawks o el equipo de rescate marino de los Diablos Marinos.
Los hombres de ciencia tienen un gran peso en esta historia y en mayor o menor medida muchos dejan pasear su genialidad por aquí como King Faraday, el atómico Ray Palmer, el metálico Will Magnus, ese líder condenado encubierto que es Niles Caulder o el retador de lo desconocido Profesor Haley, hay que ver lo que le gusta hacer fumar en pipa a sus genios al bueno de Cooke.
Esta es una historia sobre el Legado otra pieza fundamental para entender a DC, así pues veremos como evolucionan nuestros personajes como Batman y Superman abandonan su atuendos de Action Comics y Detective Comics para adoptar el aspecto más reconocido por todos, cierto joven petirrojo se unirá al hombre murciélago, el emblema de la casa de El pasará de negro a amarillo, un joven John Henry Irons templará el acero de su futuro, mientras que Rick Flagg Jr. estará preparado para comandar tan suicidas operaciones como las que llevó a cabo su padre.
Sin duda lo que mejor resume la Nueva Frontera es su epílogo, en el que con el discurso sobre la Nueva Frontera del propio Kennedy, mientras se ve el legado de los héroes de la Edad de Oro hacia esta nueva Edad de Plata y todo acaba con la mítica reunión de los siete magníficos, la Liga de la Justicia contra Starro en el Brave and the bold n.º 28.
Por si todo esto fuera poco se incluyen tres historias complementarias que formaron el New Frontier Special, en ellas tenemos una historia completa en la que Cooke usando como narrador al viajero temporal Rip Hunter nos narra el choque entre Batman y Superman del que parece que el señor Snyder cogió más que ideas y que es de nuevo un portento visual de la narración y la emoción.
A continuación hay una historia dibujada por David Bullock, que es el director de la película animada de la Nueva Frontera, en la que vemos el inicio de los Jóvenes Titanes, en una aventura entre Robín y Kid Flash que comienza con una genial secuencia de carrera de coches propia de American Graffiti. Por último Cooke se saca la espina de desarrollar aún más la tesis feminista de Wonder Woman y aprovechar al personaje de Dinah “Canario Negro” Lance que al final sólo hace un breve cameo en la obra principal, un divertido acercamiento a las chicas playboy a la liberación de los sostenes y al Femme Power ilustrado por J. Bone.
Además el tomo incluye todas las portadas e ilustraciones realizadas por Cooke, comentarios, bocetos, biografías, en definitiva la mejor edición de una obra incomparable.
El mundo le espera, no pueden quedarse atrás, es hora de que los héroes crucen hacia los desafíos de la Nueva Frontera.
No podía haber elegido mejor obra para despedirme después de casi 10 años de colaboración con esta casa es hora de que yo mismo cruce hacia mi Nueva Frontera, mientras sé que os quedáis en buenas manos, no dejéis de fantasear con mundos mejores y gracias a todos por leer las palabras de este viejo niño ilusionado por transmitir al mundo sus pasiones, fantasías y ensoñaciones.
