El espacio, la última frontera. Desde que tengo uso de razón siento una extraña mezcla de emociones cuando miro hacia las estrellas y pienso en lo que hay más allá; siento expectación, el deseo de la aventura, ese pinchazo de curiosidad humana que desde tiempos inmemoriales ha llevado al hombre a mirar al horizonte de lo posible, a tierras lejanas y confines que parecen casi inalcanzables.

Pero también siento miedo cuando miro allá fuera. Tan sólo una fina capa de gases me separa de la inmensidad de lo desconocido, de aquel que probablemente sea el entorno más hostil conocido por el hombre; un paraje recóndito, frío y desolador. En cierto sentido, un lugar muerto donde podría encontrarme con el final de bruces, de una manera rápida, agónica y definitivamente poco glamurosa.

Pero esto no es un cuaderno sobre mis sentimientos personales referentes al espacio y lo que siento por él, así que hablemos de Hellion, un juego de exploración y supervivencia en primera persona exclusivamente multijugador, cuyo escenario elegido no es otro que un sistema estelar en la inmensidad del espacio con el mismo nombre del juego. En el siglo XXI las naciones unidas se convirtieron en la fuerza dominante en la tierra ayudando a eliminar tensiones entre países. Mientras, diferentes corporaciones y empresas se dirigieron al espacio expandiéndose por todo el sistema SOL.

Hellion

Durante el siglo XXII se descubrió la tecnología de desplazamiento por curvatura, permitiéndonos dejar el sistema solar hacia nuevos horizontes, y comenzar así un proyecto masivo llamado “La Expedición”, que acabó en el siglo XXIII con la construcción de la enorme nave espacial Daedalus y el inicio del viaje de casi un millón de almas a través de los confines del espacio en dirección a un nuevo hogar: el sistema estelar Hellion, un viaje que duraría 78 años y que los colonos debían pasar en Crioestasis.

Si esta trama parece algo prototípica es porque lamentablemente lo es; no es nada terriblemente original o que no hayamos visto antes. Pero tampoco es que realmente sea necesaria. Para Hellion, esta historia no es nada más que una excusa, un punto de partida para nosotros. Tomaremos el papel de uno de esos colonos que, 100 años después de abandonar el sistema Sol, despierta solo en una minúscula estación abandonada en el sistema Hellion. La expedición ha fracasado y sólo quedan ruinas de la anterior grandeza y masividad con la que el ser humano comenzó su viaje.

Así comienza nuestro camino en Hellion, nos despertaremos en la cápsula de criogenización de una estación perdida en este enorme sistema estelar. Sin aviso ni delicadeza alguna saldremos fuera de la cápsula a nuestra pequeña y ruinosa estación. Supongo que tiene sentido, cien años de sueño criogénico definitivamente hacen olvidar a uno incluso los más básicos controles.

Pero dejando las bromas aparte, es importante señalar que Hellion no tiene ningún tipo de tutorial ni casi guía alguna. Tan sólo disponemos de un botón que abre la lista de controles que necesitamos para movernos (F1) y algunas pantallas desperdigadas en sitios clave como elementos del propio juego que nos dan pistas a los primeros pasos que deberíamos dar si queremos sobrevivir en nuestra nueva condición como superviviente espacial.

Hellion

Una vez fuera de la cápsula y habiendo leído los controles y las instrucciones que encontramos en el suelo a nuestros pies, deberemos apurarnos a seguir sus indicaciones si queremos medrar en nuestra, por el momento, enana estación. Normalmente esto significa dirigirnos primero a un armario donde se encuentra un traje espacial, casco y mochila propulsora que almacena además nuestro oxígeno y batería del traje. Tras ello, buscar el panel que maneja los sistemas de energía de la estación e iniciar los paneles solares y el capacitador. El primero aportará energía a nuestro modulo y el segundo nos permitirá almacenar la energía sobrante. Lo siguiente sería recoger piezas de las cajas desperdigadas y con un poco de suerte obtener dos filtros de carbono en un estado decente con el que hacer funcionar el filtro de aire del módulo.

Y aquí esta uno de los mejores componentes de Hellion. Justo con la escena que acabo de describir se te podrían pasar muchas ideas por la cabeza de menús e interfaces que definirían estas “tediosas” operaciones, pero eso no es lo que hace esta obra. En Hellion el mundo es la interfaz, el estado de las piezas que necesitamos se muestra principalmente mediante un piloto de color que se encuentra en la misma pieza. Colocar los nuevos filtros de CO2 significa buscar el lugar en nuestro módulo donde indica “Air Filter”, abrirlo y pieza en mano colocarlas en el lugar adecuado para dicho objeto, cerrarlo y volver a la pantalla a tratar de encender el sistema. Incluso las interfaces de los sistemas informáticos que utilizamos se sienten inmersivas: no son perfectos y nos hacen esperar para encender los componentes y para realizar ciertas tareas, tal y como nos imaginamos que se comportarían en la vida real.

Hellion

Esto es definitivamente el paso adelante y la mayor bondad de este juego. Te hace sentirte allí. No esconde las acciones complejas en un puñado de interfaces encadenadas como otros juegos podrían haberlo hecho, sino que crea sistemas y los hace accesibles al jugador dentro de la obra mediante interacciones sencillas con el entorno, creando un ambiente que realmente parece complejo. Además, todas las piezas que mantienen tu módulo y sistemas como el soporte vital funcionales se van deteriorando y, aparte de en las terminales donde se controlan esas piezas y en diferentes pantallas, muchas veces lo mejor para ver si algún componente no está funcionando es abrir el compartimento del sistema que está fallando y echar un vistazo a las piezas. El único menú que realmente se siente foráneo es el que utilizamos para interactuar con nuestro traje e inventario, y está hecho de una forma simple y minimalista de tal manera que no te saca apenas de la experiencia.

Y ahora, con nuestro traje espacial puesto, nos preparamos para salir al espacio. Conforme salimos de la gravedad artificial de nuestro módulo principal a alguno de los pasillos que se dirigen al espacio comenzamos a movernos probablemente con movimientos más erráticos de lo que nos gustaría. Pero así es el espacio en Hellion: frío, cruel y definitivamente Newtoniano en sus físicas. Los objetos siguen orbitas claras alrededor de los cuerpos planetarios, eso incluye tu estación base. La sensación es algo apabullante al principio, el movimiento en el espacio es realista y eso significa sensible: para pararte tienes que hacer la misma fuerza al sentido contrario. Quizás sean mis horas jugando al Star Citizen, pero no me costó muchísimo adaptarme. Aun así, sin tutorial alguno ni guía puedo ver a cierta gente dejándolo.

Eso es importante, este no es otro survival, no es un juego para todos. Definitivamente necesita guiar más al jugador en su control, pero incluso con esto es importante entender que el control es complicado para que realmente podamos experimentar esta sensación de gravedad 0 desconocida para la mayor parte de nosotros.

Hellion

Esta idea del manejo y su complejidad se aplica a todo. El control de las naves funciona de la misma manera. Tanto movernos por los alrededores como poner curso a otro cuerpo planetario o restos espaciales son operaciones que tardaremos cierto tiempo en acostumbrarnos para hacerlo, aunque es cierto que disfruté enormemente al activar el motor de curvatura de mi primera nave y enterarme de que tenía que alinear la posición desde la que saltar a la posición de la órbita de nuestro objetivo.

Artísticamente todo tiene una apariencia funcional. Los diseños de las naves y los módulos están gastados por el tiempo, con aspecto ruinoso y dejado, pero utilizable. Definitivamente es cumplido con la premisa. Ciertos planetas tienen un aspecto visual interesante que invita a la exploración. Tan sólo queda decir que ciertas texturas aún necesitan ser pulidas y un serio trabajo. Pasa lo mismo con el sonido, cumple su función, pero te saca de la experiencia de una manera notable, es poco inmersivo y la falta de música tan sólo hace que esta sensación sea más aguda.

Con respecto al aspecto multijugador, poco puedo decir. Definitivamente la experiencia puede verse alterada según la latencia con el servidor donde se juegue. Pero al no haberme cruzado con nadie en mis horas de juego no puedo hablar mucho sobre el aspecto de interacción con la comunidad.

Hellion

Pero así es el frío y oscuro vacío en el que se han metido los desarrolladores: Zero Games. Pues lo que no os he dicho hasta ahora es que este juego se encuentra actualmente en Early Access, y, al igual que sus jugadores navegan en el espacio de su imaginario sistema estelar sin más información ni sentido particular más allá de sobrevivir, Zero Games surca el espacio de Early Access con la apariencia de quien no ha pensado mucho la decisión de salir de la esclusa, o de quien no ha tenido otro remedio.

En conclusión, Hellion es un juego que, aunque tiene cierto brillo de esperanza de una nueva estrella, aún le queda mucho camino por recorrer. Sin un tutorial ni guía ingame a posibles nuevos jugadores, con muchos bugs por corregir y contenido por publicar; sin conocer cómo funcionará comercialmente no puedo recomendarlo, pues creo que Zero Games se ha echado a la piscina demasiado pronto. Esta obra está en un viaje de años en criogenización para salir del frío vacío del Early Access y, aunque le deseo un buen viaje, lo peor parece inevitable.

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Javier Bellver
Desarrollador web por el día y softofilo en la noche. Se me puede encontrar la mayor parte del tiempo mirando a la pantalla y a veces bailando en cota de malla en algún promontorio bajo la luna llena.

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