En el 2016 es complicado pensar en «shooter» y que se nos venga a la mente algo distinto a Call of Duty o Battlefield. Las sagas de Activision y Electronic Arts han sido referente en el género durante la última década, marcando lo que está bien y lo que está mal para el resto de juegos del género, poniendo la marca, el registro de lo que hay que hacer en la industria para que algo funcione, apostando por una campaña potente y un multijugador que hace a los fans tan adictos como felices de poder pasar las horas muertas en sus menús. Pero la repetición, si bien es la madre de la retención, a veces cansa. Las entregas anuales (o bianuales) se hacen, algunas veces, pesadas, tediosas y repetitivas. Suerte que llegan juegos como Hard Reset Redux y nos traen un soplo de aire fresco.

Hard Reset Redux

Y es curioso tratarlo como tal, como algo distinto a día de hoy, ya que Hard Reset Redux no hace sino volver a la fórmula original del shooter clásico: el juego arcade. Tomar la diversión por bandera. Dejar a un lado un desarrollo profundo de la historia, los diálogos intensos y con gran carga narrativa para pasar a matar enemigos sin ton ni son. Eso es Hard Reset Redux.

Poniéndonos en situación, Hard Reset salió allá por 2011 en su versión original para PC. Flying Wild Hog (el equipo de desarrollo) quería volver a lo arcade y dejarse de tanta complejidad como venían ofreciendo los shooters de la época, y así lo hicieron. Ahora, cinco años después, relanzan su juego remasterizado en consolas de nueva generación y PC, con gráficos adaptados y una jugabilidad mejorada que hacen que jugar a Hard Reset Redux sea mucho más ameno y disfrutable. No disponemos de Multijugador, por lo que la campaña y algún modo extra (siempre de un jugador) serán nuestras únicas bazas para disfrutar del juego.

Hard Reset Redux

La historia que nos presenta es un tanto simple y la narrativa no da lugar a poder seguirla de manera continua y detallada, en caso de que nos interese. Además, el juego está en completo inglés, sin posibilidad de poner subtítulos o algo que ayude a nuestra compresión en caso de no entender el idioma. Estamos en 2436, en un futuro bastante distinto a la realidad actual. Somos Fletcher, uno de los agentes que protege Bezoar, el «Santuario», el último refugio para humanos en el planeta. Fuera de él, son las máquinas las que tienen el poder, y no un poder precisamente amigable y pacífico. Al contrario, es una inteligencia artificial la que rige las máquinas y quiere eliminar toda «amenaza» humana. Nuestra misión será no permitir que esto ocurra. O al menos en principio, porque al final, lo que importa es el dinero, y Fletcher no es leal a nadie si este está de por medio.

Es cuando pasamos a la jugabilidad cuando Hard Reset Redux brilla con luz propia. Volvemos a lo clásico: Doom, Painkiller o Serious Sam. Se nota desde lejos las referencias que apoyan la jugabilidad, pero esto no es ni mucho menos algo negativo. Hard Reset Redux nos pone en la piel de Fletcher en un shooter en primera persona que va a lo realmente importante: cargarse a todo lo que aparezca en pantalla. El movimiento es muy rápido, y en esta versión remozada del original podremos esquivar con unos movimientos rápidos en las cuatro direcciones principales, que da una sensación de rapidez muy agradable y a la que es muy sencillo acostumbrarse. Este movimiento de esquivar, el salto y la acción de correr serán las únicas opciones de desplazamiento que tengamos en Hard Reset Redux. No hay más movimientos disponibles ni desbloqueables a lo largo del juego, aunque tampoco es que le haga falta ya que en todo momento notamos un control preciso. También tendremos disponible una linterna para la exploración, que será imprescindible en algunas zonas oscuras (muy abundantes) para encontrar los múltiples secretos que esconden los niveles por donde avanzaremos.

Hard Reset Redux

Tenemos a nuestra elección dos armas en todo el juego a las que, sobre la mitad de la historia, añadiremos una katana. Estas dos armas tienen cinco variantes, que serán las que nos darán un poco de variedad a la labor de matar a todo lo que se mueva. La primera de ellas es un arma de balas genéricas, y entre sus variantes se encuentran la escopeta, el lanzacohetes o un lanzagranadas. En el caso de la segunda arma, utiliza munición de energía y cuenta con variaciones como la railgun (que atraviesa objetivos), un arma de rayos a corta distancia o un buscaobjetivos que fija automáticamente el objetivo a abatir. En total son 10 variaciones y en cualquier momento se puede cambiar entre ellas. Aunque hay veces que los tiempos de recarga se hacen desesperantes y el cambio entre variante y variante, o incluso entre armas, son un tanto lentos y cortan el frenetismo de la acción.

En líneas generales el control responde muy bien y en una batalla acabarás usando una gran variedad de estas 10, e incluso la katana, que no tiene variantes, pero cuenta con un gran daño cuerpo a cuerpo. Todas las variaciones se consiguen mediante la elección del propio jugador en una especie de tiendas distribuidas a lo largo de los niveles. Conforme vayamos encontrando tesoros y secretos, así como nos carguemos a todo lo que se mueva, se nos sumarán unos puntos que luego podremos gastar en mejorar las armas y el equipamiento de nuestro personaje. Cada mejora valdrá un punto y no todas estarán disponibles desde un principio, sino que necesitaremos de la mejora de algunas primero para poder desbloquear otras. Cada arma, además, tiene tres mejoras disponibles en cada una de sus cinco variantes, pudiendo desbloquear para, por ejemplo, la escopeta un disparo secundario que inmovilizará a los enemigos cuando entren en contacto con ellos, o un menor tiempo de espera entre disparo y disparo. Conforme vayamos avanzando en los puntos y mejoras, costará más llegar a desbloquear el siguiente punto, así que debemos de tener claro qué queremos y desbloquearlo o mejorarlo cuanto antes.

Hard Reset Redux

Hay abundancia de enemigos en casi todas las zonas, y aunque no hay mucha variedad de ellos, cada uno tiene su propia mecánica para poder vencerlos. Hay enemigos que salen en tropel y para los que necesitarás armas de corto alcance pero de muchos objetivos para acabar con ellos fácilmente. Hay otros, sin embargo, que irán cargando hacia ti y tendrás que esquivarlos mientras les das en la parte trasera. U otros que vuelan y a los que el lanzacohetes será casi lo único que podrá vencerlos. Casi todos ellos aparecen a lo largo del juego y la abundancia de todos ellos en casi todos los escenarios hará que no aborrezcamos a ninguno y que disfrutemos de la cadena de muerte que hagamos cada vez que toque repartir balas.

Hard Reset Redux

Otro de los apartados donde brilla Hard Reset Redux es en su ambientación. Nos sitúan en un futuro distópico, donde la estética steampunk se mezcla de manera perfecta con la robótica. No faltan los neones, los carteles rimbombantes y los anuncios de las grandes compañías de la época pidiendo las compras o votos de los contemporáneos. El remozado gráfico que ha tenido Hard Reset Redux se nota, sobre todo en lo que refiere a esto, al apartado artístico. No es un juego puntero, ni mucho menos, en lo técnico. Pero artísticamente está a un nivel al que pocos pueden aspirar.

El sonido no destaca en absoluto. Aunque el juego tiene efectos específicos para cada uno de los enemigos, y la banda sonora acompaña al frenetismo del juego, hemos echado en falta mayor detalle a la hora de diferenciar a los enemigos, así como un sonido más contundente para algunas armas. Otras, como la katana, sí que resultan muy reconfortantes cada vez que cortas a un enemigo. Además, el juego viene tanto con voces como con textos en inglés, y aunque es cierto que no son lo predominante en Hard Reset Redux, un buen doblaje o la mera traducción en subtítulos, hubiera hecho un gran favor a una gran parte del público que no entiende el idioma.

Hard Reset Redux

Resumiendo, Hard Reset Redux es diversión clásica. No busca entretenernos con una historia profunda y detallada sobre sus personajes o su entorno. Lo que busca, y además encuentra, es el mata mata clásico de los juegos arcade de antaño. Bajo la premisa de matar todo lo que se mueva, Flying Wild Hog nos trae un juego tan frenético y divertido como simple. Un correpasillos en el que descargar adrenalina ambientado en un futuro donde las máquinas serán nuestros cabezas de turco.

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