Cuando supe de la nueva publicación de este título, ya convertido en un clásico, no dudé que tenía que hacerme con él. Además, es imposible escapar a esta portada obra del genial Manuel Calderón. La traducción ha corrido a cargo de Valeria Watson. Ediciones Pàmies, una editorial independiente que echó a andar en 2007, se centra en la ficción, más concretamente en la novela histórica, la novela negro-criminal y la romántica.  Hacía tiempo que no viajaba en el túnel del tiempo a una de las épocas más sugerentes de la historia. Y es que os lo confieso, de siempre me he sentido atrapado por esta cultura que en los albores de la civilización supo dar pasos tan importantes en aspectos que todavía hoy reflejan su influencia. Es cierto que la literatura decimonónica alimentó esta llama junto a las noticias de expediciones arqueológicas, hallazgos de tesoros y museos con inmensas salas plagadas de sarcófagos, contribuyendo así a crear todo un imaginario universal muy atractivo que mezcla realidad y ficción. Es precisamente, utilizando esta mezcla, donde la escritora Pauline Gedge da en la diana.

Esta autora, nacida en Auckland, Nueva Zelanda, en 1945, pasó parte de su niñez en Oxfordshire, Inglaterra, hasta que su familia se trasladó a Canadá, donde reside en la actualidad. Su primera novela, La dama del Nilo, se convirtió en un impresionante éxito de ventas en varios países. En Águilas y cuervos, su segunda obra, explora la fascinante historia de los celtas. Con Stargate (posteriormente llevada al cine) incorporó la ciencia ficción a su bagaje, para escribir por fin en 1984 su cuarta novela, El faraón. Ya me anticipo a decir que parece escrita ayer mismo o hace dos mil años. Quiero decir con esto que estamos ante una detallada narración que te transporta de manera literal a una gloriosa época que nos ha dejado importantes hitos para el recuerdo.

Dado que ha sido escrita hace varias décadas, me ha resultado difícil cumplir la regla de oro que me impongo de no leer otras reseñas del título que me ocupa. Sin embargo, sí he repasado por encima qué dice la Historia acerca de los hechos narrados en el libro y he de deciros que la autora parece fiel a los mismos, novelándolos para nosotros de tal manera que sin darnos cuenta pasan varios faraones frente a nosotros, los lectores, espectadores en primera fila. No he ahondado en demasía mi investigación, dado lo amplio del tema en cuestión, por lo que no esperéis una sesuda comparativa en mi análisis. Pero sí me ha llamado la atención dos aspectos que a continuación os expondré a lo largo de la reseña (la relevancia de Tiy y la identidad de los progenitores de Tutankhamón). Por cierto, un acierto incluir al principio del libro una Guía de Personajes (los miembros de la familia real) para no perderte ni con la genealogía ni con la complejidad de los nombres; yo la consulté en multitud de ocasiones.

El faraón nos traslada al país del Nilo mediante una estructura de capítulos que se reparten en tres libros. En ellos se nos muestra en todo su esplendor el fascinante reinado de Akhenatón, el faraón de la XVIII dinastía, cuyo personal gobierno en el siglo XIV a. C. llevó a su pueblo al borde del desastre (tesoros esquilmados, una terrible sequía mal gestionada, fronteras mal guarnecidas,…). Fue el primer monarca del Antiguo Egipto en proclamar su deidad e implantar el monoteísmo, y entabló una dura lucha contra la casta sacerdotal adoradora del dios Amón.

Libro 1

Asistimos al traspaso de poder del enfermo faraón Amenofis III a su hijo, fruto de su matrimonio con la emperatriz Tiy, la cual influye sobre su marido para ello a pesar de haber repudiado el faraón a su vástago a reclusión en el harén junto al resto de mujeres por una profecía hecha en su contra por el hijo de Hapu. Pero, no sólo consigue asegurar la sucesión del trono, sino que se concierta el matrimonio de Amenofis IV (futuro Akhenatón) con la célebre Nefertiti.

A lo largo del libro veremos cómo la unión entre familiares de la misma sangre era habitual; esto se hacía en la creencia del mantenimiento de la herencia real. No entraré en detalles en mi resumen de los múltiples enlaces, porque dibujar aquí un árbol genealógico sólo os confundiría. Me ceñiré a los esenciales, pero tened por seguro que durante la lectura asistiréis a los mismos y, por cómo ha enfocado la narración la autora, te haces una idea perfectamente de toda la saga familiar. Bueno, sólo si consigues pestañear tras ver determinadas escenas.

Por tanto asistimos al inmenso poder y capacidad de Tiy, una inteligencia que se extenderá durante todo el libro; de hecho, para mí brilla como personaje más si cabe que el propio faraón, ya que está más y mejor desarrollado. Participaremos del día a día de la Corte, los templos, los múltiples dioses, con Amón a la cabeza; Karnak como templo de referencia y Tebas siendo el epicentro del Imperio. Tras unas pocas páginas, estás metido de lleno en una precisa descripción que hace que entrar en una estancia, navegar por el Nilo u orar en un templo sea tan vívido que te hechiza.

Libro 2

Tras la muerte y funeral, llega la coronación de Amenofis IV y la transformación de este hombre que se siente dueño de su pueblo, subordinados y sacerdotes, consumando su tiranía tras una visión en creerse una divinidad. Cambia la deidad oficial por Atón y traslada la corte a una nueva ciudad que ha construido a cuatro días de Tebas, en pleno desierto. La corte se traslada, pues, desde Malkatta a Akhetatón, con las consecuencias que esto tendrá para quienes dejan de estar bajo su influencia. En medio de todo esto, conjuras, intrigas, guerra de poder y las figuras de Nefertiti y Tiy enfrentadas rivalizando por el favor del faraón. Si bien la primera es archiconocida, me ha sorprendido extraordinariamente cómo pasa a la sombra en pos del triunfo de Tiy, quien se verá avocada a romper la ley de Ma´at y unirse a su propio hijo. Ella, una auténtica superviviente, intentará poner algo de cordura en la alucinada espiral en la que ha caído su hijo y que amenaza arrastrar al país entero. ¿Será la solución Smenkhara?

Me detengo aquí, tranquilos; tampoco he desvelado nada que no salga en los libros de historia. Os dejo disfrutar de la narración de todo el contenido anterior y lo que podríamos llamar desenlace en el Libro 3, en el que aparece la figura de Tutankhatón, quien pasará a llamarse Tutankhamón. Este se nos muestra como hijo de Tiy y Akhenatón, cuando los libros de historia aún no saben a ciencia cierta quiénes son los verdaderos progenitores del faraón niño. En la  novela aparece la anécdota del mechón en su tumba (lo digo para los más doctos).

Una historia bellamente novelada que cala en el lector. Las dos primeras partes no entran en detalles geopolíticos menos literarios, sino que priman más las relaciones interpersonales de los muchos personajes. Y digo bella por la fabulosa descripción de lugares, prendas, personas, sentimientos, todo ello con sutiles datos que nos permiten saber perfectamente dónde esta historia se enmarca en la Historia. La tercera y última parte, más rápida en cuanto a sucesión de acontecimientos compensa esa ausencia anterior de texto histórico. Es increíble ver la evolución de los delirios de un monarca que se cree poseedor de todo el orbe y cómo quienes están a su lado deben lidiar con ello.

Existen dos personajes que requieren una mención especial: Ay (hermano de Tiy y padre de Nefertiti) y el comandante del ejército, Horemheb. Personajes épicos en una trama épica. Me quedo con su influencia, ductilidad, mano firme en ocasiones comprometidas. Lo dicho, unos personajes que no os dejarán impasibles en medio de la pompa faraónica.

¿Se nota que me ha gustado la novela? Eso espero. Aún a riesgo de reiteración, aviso de nuevo que no es un tratado de historia. Es una ficción de la Historia tal y como la ha soñado la autora, en el centro mismo donde se regía el mundo de aquella época.

Videorreseña de «El faraón» en La Nave de LanarkMcKlaor:

Un relato, pues, plagado de tradiciones milenarias, la comunicación con el más allá, descarnadas guerras de poder, sexo incestuoso, ambición desmedida y a cualquier precio, la presencia de la religión/superstición impregnándolo todo, fastos desmedidos, ciudades imposibles hoy ya destruidas, símbolos borrados de las tumbas y demás monumentos por aquellos que desean desaparezca el recuerdo de los antepasados, amor incondicional, traiciones, locura, honor,… emociones cinceladas con magistral sencillez que harán de la lectura de este libro un placer para quien desee viajar al glorioso Egipto de los inmortales grabados.

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Jaime Santamaría
Economista con alma de escritor. Amante de los viajes, tanto de los que requieren maletas como imaginación. Siempre con ganas de aprender.

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